Cada año, la ciudad lombarda se reinventa a sí misma para rendir homenaje al diseño. Y, aunque lleva ya 55 ediciones, nunca cae en la complacencia ni en la repetición. La última entrega de la Semana del Diseño de Milán siguió deslumbrando a los visitantes con extraordinarias propuestas.

Por Laura Alzubide

Ron Arad

La instalación “Spring to Mind”, dedicada a las piezas de Ron Arad para Moroso. Foto de Alessandro Paderni.

Todo el mundo lo sabe. La Semana del Diseño de Milán se prolonga más allá del Salón Internacional del Mueble. El distrito de Ventura, con sus hangares industriales, vibra con las instalaciones de los jóvenes creadores internacionales. Pero también lo hacen los palazzos, cuyos espacios invaden los arquitectos y diseñadores para demostrar que el diseño, en un contexto y con un propósito específicos, puede convertirse en arte. Este año –y no podía ser de otra manera–, las propuestas han sido más radicales que nunca.

La edición número 55, que se celebró entre el 12 y el 17 de abril, concitó figuras notables como las de Oki Sato, Tom Dixon, Patricia Urquiola, Francis Kéré y Bjarke Ingels. Sin embargo, a veces, lo más importante es dejarse impresionar por lo desconocido. Ro de Rivero comparte la importancia del efecto sorpresa. En Milán, tuvo la oportunidad de ver algunas de las muestras más estimulantes de la Trienal de Arte y Arquitectura, que se celebra en la ciudad italiana en esta época, y recorrer la zona de Brera con sus vitrinas comerciales dedicadas a las cocinas y los baños.

“La Semana del Diseño es una experiencia inolvidable que te deja con el corazón y la mente llenos de ideas y emociones”, afirma el interiorista. “En Ventura Lambrate, Marcelo Rosenbaum y Ricardo Geldres exhibieron una colección creada por diecisiete artesanos del Perú llamada ‘Encuentro bajo el Sol de los Dioses’, y tuve la oportunidad de colaborar con el armado”.

Ateliers Zelij

Stand de Ateliers Zelij en Ventura Lambrate. Foto de Stefano Tripodi.

La hora de las tendencias

Este año, la arquitecta peruana Beatriz Pestana también visitó Milán, en concreto, el Salón Internacional del Mueble. “Tuve la suerte de ver todo lo referente a muebles de sala y comedor”, cuenta. “En el despliegue de diseños de mesas, tanto de comedor como de centro, lo que más me impresionó fue la combinación de materiales: mármoles naturales que casi parecen pinturas abstractas, madera y acero, con propuestas muy modernas que lucen las texturas”.

Pero el Salón Internacional del Mueble no solo es la plataforma ideal para presentar las piezas de la temporada. También se crean las tendencias. Este año, muchos diseñadores han lanzado marcas: Stefano Giovannoni con Qeeboo, Sebastian Wrong con Wrong for Hay. Las colecciones dedicadas a los niños han cobrado fuerza, como en el caso de Kartell. Y el director creativo se ha convertido en el puesto clave en las grandes firmas. La diseñadora española Patricia Urquiola, sobre la que se han dirigido todos los focos, se estrenó al frente de Cassina. Sin duda, el diseño está tomando nuevos rumbos. Y todos ellos parten de Milán. 

Moroso

La silla Shadowy, de Tord Boontje, en el ambiente diseñado por Patricia Urquiola para Moroso. Foto de Alessandro Paderni.

Fotos: cortesía de las firmas mencionadas

Este y otros temas de diseño, arquitectura y decoración en la nueva edición de CASAS, incluida en la nueva COSAS 595.

Las mejores instalaciones de la Semana del Diseño de Milán:

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