La fiesta fue tal como la imaginaron. Un día soleado de julio en Pachacámac, de pie, frente a frente, leyeron sus votos, mientras sus familiares y amigos lloraban de emoción. Luego llegó el baile de los novios y el momento de mostrar la coreografía que habían estado ensayando desde hacía semanas (Álvaro, el novio, no es buen bailarín, debe reconocer). “Fue tal cual lo había soñado desde que era niño”, asegura Luis Fernando, el otro novio.

Álvaro y Luisfer se casaron por civil en Argentina, pero lo celebraron en Pachacámac, en el mes de julio. (Foto de Táhuano)

Álvaro y Luisfer se casaron por civil en Argentina, pero lo celebraron en Pachacámac, en el mes de julio. (Foto de Táhuano)

Álvaro Reverditto y Luis Fernando ‘Luisfer’ Delgado acaban de cumplir diez años de relación sentimental. Se conocieron trabajando en un local de Starbucks cuando ambos eran universitarios de 20 años. Viven juntos hace dos años y medio: antes en Magdalena y ahora en este departamento de Alcanfores, donde ahora preparan café. Como en toda relación, cada uno aportó un elemento importante a la convivencia: Álvaro llegó con Mota, su perrita de 14 años, y Luisfer con Pepper, una pequeña gata negra que es alérgica a la humedad. Los cuatro son bastante hogareños y suelen pasar los sábados en casa.

“Nunca he querido vivir en otro país, pero quiero tener la oportunidad (de constituir una familia) y el Perú no me la da”, explica Luis Fernando Delgado.

“Nunca he querido vivir en otro país, pero quiero tener la oportunidad (de constituir una familia) y el Perú no me la da”, explica Luis Fernando Delgado. (Foto de Táhuano)

Las fotos tomadas en Pachacámac son preciosas. La fiesta empezó con un ceremonia meramente simbólica. Porque Álvaro y Luisfer ya estaban civilmente casados. Un mes antes habían viajado a Argentina, país que permite a los turistas en tránsito casarse, sin necesidad de que sean argentinos. Tras una semana de trámites en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, en la ciudad de Buenos Aires, regresaron a Lima casados. “Después de diez años juntos, poder decir que nos hemos casado es algo que me ha ayudado un montón emocional y psicológicamente”, explica Álvaro. Ambos usan sus aros de matrimonio.

La unión civil “es solo para que nos quedemos tranquilos un rato. Yo quiero un matrimonio igualitario”, dice Álvaro Reverditto. (Foto de Maricé Castañeda)

La unión civil “es solo para que nos quedemos tranquilos un rato. Yo quiero un matrimonio igualitario”, dice Álvaro Reverditto. (Foto de Maricé Castañeda)

PROYECTO DE VIDA

El proyecto de ley para la unión civil presentado por el congresista Carlos Bruce fue archivado en marzo de 2015, luego de un largo debate. Imposible olvidar participaciones como la del congresista Julio Rosas, quien se refirió a la pedofilia como posible consecuencia de aprobarse la unión civil (“Hoy la atracción es entre hombres del mismo sexo, mañana será atracción a menores”, comentó durante su participación ante la Comisión de Justicia), o la del congresista Rubén Condori, quien justificó su rechazo al proyecto citando a Adolf Hitler (“No comparto su criterio, pero él decía que se le haga seguimiento a una prostituta, a un ambicioso, a un comunista, y se dieron cuenta de que eran judíos. Es una situación extrema pero en parte tiene razón, porque hay inconductas que se generan por un tipo de vida. La homosexualidad es más o menos una inconducta”, declaró a Arroba Radio). “Es decir, hubo un nivel de ignorancia respecto a temas jurídicos y, en general, de sentido común, realmente atroz”, dice más de un año después Alberto de Belaunde. El novel congresista del partido Peruanos por el Kambio confía en que esta vez el debate sea distinto.

En su discurso ante el Parlamento, el primer ministro Fernando Zavala habló de luchar por un país en el que no exista la discriminación de ningún tipo, donde todos gocen de los mismos derechos. El presidente del Consejo de Ministros puso énfasis en el caso de la violencia contra la mujer, pero no se refirió a otras poblaciones vulnerables, como la comunidad LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales). Se esperaba que sí lo hiciera, pues en el Plan Nacional de Derechos Humanos 2014-2016 se excluyó a la población LGTBI de las metas y objetivos, también por el hecho de ser hermano de la ex ministra de Transportes y Comunicaciones Verónica Zavala, quien tuvo que casarse fuera del país, en vista de que en el Perú no existe el matrimonio igualitario.

Hay quienes acusan al congresista Alberto de Belaunde de incurrir en un conflicto de intereses por ser homosexual, figura pensada para cuando un interés público se ve perjudicado por uno particular.

Hay quienes acusan al congresista Alberto de Belaunde de incurrir en un conflicto de intereses por ser homosexual, figura pensada para cuando un interés público se ve perjudicado por uno particular. (Foto de Sanyin Wu)

Aunque congresistas como Marisa Glave hicieron notar la omisión, el discurso de Zavala y su mención a la igualdad también fueron elogiados por representantes como el propio Alberto de Belaunde. Sin embargo, el congresista oficialista también aprovechó su intervención para resaltar “la deuda pendiente con la comunidad LGTBI del país”.

De Belaunde fue convocado por Carlos Bruce para trabajar en una nueva propuesta de ley sobre la unión civil que se presentaría en octubre. Esta equipara la unión civil con las uniones de hecho, ampliando los derechos de esa figura. Además, se  le suma la posibilidad de adquirir la nacionalidad de la pareja; también se propone que no se tenga que esperar dos años de convivencia para registrar una unión. Esos cambios no solo beneficiarían a las parejas homosexuales, también a las heterosexuales. “La idea es equiparar en exactas obligaciones y derechos a las uniones de hecho”, señala De Belaunde. Por otro lado, en la propuesta original se incluía un cambio de estado en el DNI: este punto –que, justamente, fue uno de los que más incomodaba a quienes se opusieron al proyecto de ley– se ha retirado de la nueva propuesta. ¿Una concesión? “Al debatirlo, vimos que esto podía convertirse en un elemento de discriminación”, responde el congresista. “La idea es que no aparezca en el DNI, como tampoco aparecen las uniones de hecho heterosexuales, y que las parejas sean tan visibles como quieran serlo”, agrega.

Dos puntos, sin embargo, no serán motivo de negociación: “El primero es que haya una aceptación explícita de la norma, y el segundo, que se reconozca que esa pareja del mismo sexo es un tipo de familia”, enfatiza De Belaunde. “Ambos requisitos son fundamentales, porque uno de los temas de fondo es el mensaje de aceptación, respeto y tolerancia que transmite el Estado a la sociedad”.

Por Rebeca Vaisman
Foto de Maricé Castañeda

Lea la nota completa en COSAS 602