[Wi:k], el primer largometraje del director Rodrigo Moreno del Valle, ya tiene fecha de estreno. Será este jueves 20 de abril en seis salas de la capital (Centro Cultural PUCP, la Sala de Cine Robles Godoy, Cineplanet Risso, Cineplanet San Miguel, Cine Medium y la sala de cine independiente Espacio Plataforma).

La cinta participó en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires el año pasado y obtuvo una mención especial del jurado en el Festival de Cine de Iquique, también en el 2016. La película cuenta la historia de tres jóvenes (interpretados por los actores Pedro Pablo Corpancho, Piera del Campo y Jean Phil Arrieta) que buscan romper la rutina durante un verano aburrido de una ciudad que podría ser Lima.

Conversamos con Moreno del Valle sobre el filme que, junto a anteriores estrenos como Videofilia o El Soñador, nos hablan de un marcado interés en el país en hacer películas de corte indie y juvenil.

Rodrigo Moreno del Valle durante el rodaje

A pocos días de estrenar tu primer largometraje, ¿qué emociones afloran?

Ansiedad y expectativa por saber qué tal le va. Pero, sobre todo, tranquilo porque el estreno comercial es una especie de “cierre de ciclo”. Sin embargo, las satisfacciones que esperábamos cuando el proyecto empezó ya cumplieron su objetivo largamente.

¿Por qué se ha optado por un estreno “chico”, con solo seis salas para el público?

Porque la película es una cinta de nicho. Sabemos que no es una película masiva, para estrenar en múltiples salas, sino que es una cinta más íntima, que tiene un público reducido. Decidimos eso para, en el mejor de los casos, no tener salas vacías, que es un problema más común para la permanencia en las salas del circuito comercial.

Hablas de una película íntima para un público reducido. ¿Qué va a encontrar el espectador en tu primera obra?

[Wi:k] es la forma de expresar el estado de ánimo de la primera juventud, ese momento bisagra cuando sales del colegio y probablemente las cosas no salen como el sistema lo dicta. Te encuentras en esta especie de limbo, en medio de la abulia, sin un horizonte claro, con una ciudad que te exige ciertos parámetros. Y si no los tienes, estás fuera de lugar. Ese estado de ánimo, que muchos hemos sentido al crecer, me pareció interesante explorarlo desde la perspectiva de tres jóvenes en un verano sin mucho que hacer en Lima.

¿La ciudad influye, de alguna manera, en el desarrollo de la película? ¿Qué papel juega realmente en el argumento?

Queríamos construir una ciudad probablemente muy parecida a Lima, donde los personajes tengan una relación con su entorno. Hay una participación constante de la ciudad como personaje. Los jóvenes de la historia, por la edad que tienen, se pasan todo el rato diciendo que en la ciudad no pasa nada. Sin embargo, uno ve que sí pasan muchas cosas, que hay noches cargadas con mucho movimiento.

¿Qué locaciones escogiste para grabar?

Gran parte de la película sucede en Lince o en el límite entre Lince y San Isidro, por el parque Castilla. Es un espacio en el que yo he transitado mucho cuando vivía en ese estado de ánimo en el que están los personajes.

El guión fue escrito a cuatro manos con manos con Illary Alencastre, ¿qué ventajas tuvo trabajar así?

Hemos encontrado una forma de no entorpecernos o no detener el proceso. Es sumar dos mentes, a veces cuestionando lo que el otro propone, y creo que eso es una ventaja. Estar solo, ensimismado, a veces retrasa. Pero tener una dupla hace que uno salga de esos atascos.

Finalmente, ¿por qué ver [Wi:k]?

Es una película que busca conectarte con un momento. No apela a un cine de entretenimiento, sino de construcción de identidad y de memoria para explicarnos cómo somos a través de esta herramienta tan chévere que es el cine.

Por André Agurto