¿Qué tanto valoramos las tareas domésticas? ¿Qué cantidad de mujeres y hombres se dedican a ellas? Preguntas como estas encuentran respuesta gracias a una investigación realizada por Global Home Index (GHI). En ella, participaron más de 9,000 personas de 94 países en cinco continentes. En el Perú, el estudio fue aplicado por el Instituto de Ciencias para la Familia (ICF) de la Universidad de Piura.

Conversamos con Patricia Debeljuh, directora del Centro Walmart Conciliación Familia y Empresa del IAE Business School, que llegó a Lima para presentar este informe.

De esta investigación, se desprende que las mujeres con trabajo remunerado dedican en promedio 20 horas semanales y sus pares varones, 13 horas a la semana ¿En qué lugares la brecha es menor y en qué lugares se amplía?

El informe dice que el país que va a la cabeza es Argentina, que tiene 16 horas los varones y 23 las mujeres. El que va a la cola es Italia, que tiene 6 horas en los varones y 9 horas las mujeres.

Huarcaya: En el Perú, de otro lado, los varones participan en el trabajo doméstico un promedio de 15 horas semanas, comparado a las 18 horas que dedican las mujeres. Están en el promedio, pero bien posicionados con respecto a Argentina, que va primero.

¿Por qué se da esta diferencia de horas?

Tiene que ver por cómo se organizan las familias en cada país y por cuánto apoyo hay por parte de las empresas para acompañar las demandas de conciliación de los empleados. Que Argentina haya salido primero no es dato menor. Dentro de la región, ha sido el país que más ha avanzado con el ámbito empresarial para que se ofrezcan prácticas y beneficios a sus empleados para que les permitan, justamente, tener más tiempo para dedicarle a su familia o estar en casa.

En el Perú, el estudio de Global Home Index estuvo liderado por Gloria Huarcaya, profesora investigadora del Instituto de Ciencias para la Familia.

¿Qué prácticas empresariales se deben hacer para lograr un equilibrio en el tiempo dedicado al hogar y sus tareas entre mujeres y hombres?

Por ejemplo, en Argentina, Walmart le da a los varones ocho días de licencia por paternidad, a pesar de que en Argentina la ley dice que son solo dos. Además, al papá reciente, la empresa le da la posibilidad de volver al trabajo y tener durante el mes siguiente reducción de jornada sin reducción salarial. Eso hace que el papá que ha tenido un bebé, pueda volver a casa y disfrutar de su familia.

Otro resultado de este estudio dice que al trabajo doméstico se le da poca valoración social. ¿Por qué sucede esto?

La sociedad valora más el trabajo fuera de casa porque tiene una lógica que tiene que ver con el reconocimiento por lo que uno hace. Cuando uno trabaja bien, te dan un sueldo, te dan premios y tienes el reconocimiento de tus pares. Todos estos beneficios son por las cosas que la persona hace y eso es lo que se valora socialmente. Pero, en realidad, las personas primero somos y después hacemos. Y en el ámbito en el cual somos valorados por lo que somos es en la familia, en el hogar. El trabajo que supone cuidar y atender a las personas tiene una lógica distinta: no es la de hacer, sino la del ser. El amor, la entrega, la donación incondicional a las personas que queremos. Eso no tiene retribución económica, se hace porque uno quiere. Lo que uno tiene y lo que uno hace es medible. Pero cuando entramos en la lógica del hogar, es la lógica del ser. Eso no tiene visibilidad social. No lo valoramos porque justamente no tenemos cómo medirlo.

Sin embargo, según esta investigación, por la cantidad de tiempo invertidas y las habilidades que uno posee, las tareas del hogar son consideradas como un trabajo profesional. ¿Cómo se puede capacitar uno para desempeñarse de manera óptima en el ambiente familiar?

Las tareas del hogar implican estar capacitado. Por ejemplo, no hace falta ser chef, pero sí tener mínimos conocimientos de nutrición para tener una dieta balanceada. Es necesario saber eso para no crear malos hábitos alimenticios a los niños. Si se rompe una bombilla de electricidad, no hace falta contratar a un electricista. El trabajo del hogar es una profesión y uno tiene que mantenerse capacitado en habilidades y conocimiento que te permitan desarrollar competencias para que puedas hacerlo cada vez mejor. Lo mismo que hacemos en un trabajo. Si alguien viene y dice “Vamos a cambiar de sistema, tienes que aprender el programa o sino te quedas sin trabajo”. El mundo profesional te impone esa capacitación. Del estudio se desprende de que la gente cree que el trabajo doméstico requiera capacitación, cuando en realidad es una profesión, como cualquier otra: requiere adquirir conocimientos, aprender a hacerlo mejor.

El trabajo doméstico sigue recayendo más sobre las mujeres y el hombre participa en las tareas del hogar en menor medida. Sin embargo, una tarea en la que los hombres participan en mayor medida es en hacer las compras de la casa. ¿A qué se debe?

Tiene que ver con que las tareas de alimentación, limpieza y demás requieren más tiempo. Un tiempo que es fijo, además. Si uno quiere cenar en casa, tiene que invertir tiempo en preparar esa cena. Hacer las compras, por el contrario, es algo que le resulta más fácil al varón porque es más ubicable en su agenda. Puede ir al supermercado a cualquier hora del día o los fines de semana. Es fácil que el varón se organice para hacer las compras porque es una tarea que tiene más flexibilidad. Además, muchas veces los varones suelen manejar las finanzas de un hogar.