¿Y qué tanto consumes fútbol?
Ahora menos. Antes cuando era más chico miraba más. Ahora veo partidos puntuales, cuando hay un partido importante del Barcelona, cuando juega Gimnasia, que es el equipo que me gusta. No estaba yendo mucho a la cancha, porque viajamos mucho y por lo general tocamos los fines de semana, que son los días que hay partido… En cambio el cine, el día barato es el martes, que no tocamos… Pero ahora que estuvimos con más tiempo libre me volví a hacer socio de Gimnasia y estuve yendo a la cancha. Y está bueno ir a la cancha porque cuando lo veo por tele me pongo nervioso, no sé por qué.

Para una de las visitas de Él Mató a un Policía Motorizado, Santiago preparó unos afiches utilizando las siluetas de Jefferson Farfán y Paolo Guerrero.

¿Tienes alguna referencia de futbolistas peruanos? ¿O alguna que preocupe? Porque vamos a jugar en octubre.
Claro, se juega en Argentina, en Buenos Aires… Y sí, sí. Hay un montón de jugadores peruanos que siempre me gustaron. Me gustaba mucho, en mi época de adolescente, el Chorri Palacios. Yo quería hacer un afiche con el Chorri Palacios, pero los chicos me dijeron que ahora se hizo político de un partido no muy bueno y que no merecía tal homenaje… Me acuerdo más que nada de la selección de los noventa, de esa época, con el Chorri jugando de diez, como tenían buen pie. Y me acuerdo partidos épicos contra Perú. Fui a la cancha el día que Palermo hizo un gol a último minuto. Recuerdo de un Perú-Paraguay, para el 94, en la misma fecha en que Argentina jugaba con Colombia y nos ganaron cinco a cero. Perú ya no jugaba por nada y Paraguay sí, y empataron dos a dos. Eso salvó a Argentina de quedar fuera del mundial, así que gracias.

Música para todos

Es diseñador, ilustrador, cinéfilo y amante del fútbol. Pero lo que ha traído a Santiago Motorizado más de una vez a Perú es su faceta de roquero. Por eso, ineludiblemente, hay que terminar hablando de música. De la que él hace, de la que él escuchaba y de la que sus seguidores editan sin su permiso, pero con su cariñosa aprobación. 

¿En qué se diferencia la producción de un disco solista con respecto a la de trabajar con una banda?
En un punto es más simple. Porque por ahí las decisiones finales recaen en uno entonces lo resuelvo más fácil. Lo tomo más relajado. Cuando grabo con Él Mató tengo un grado de compromiso mucho más profundo. Es como el proyecto al que más tiempo le dedico. Este proyecto es cuando tengo los huecos con Él Mató y lo tomo más relajado. A veces ese relajo es bueno, a veces no tanto. Pero yo lo siento bueno. Es otro tipo de experiencia encararlo así.

*A finales de abri, Él Mató a un Policía Motorizado publicó tres canciones, una de ellas será parte de su próximo disco, La síntesis O’Konor, que saldrá el 22 de junio.

Las canciones de tu proyecto como solista se filtraron mucho antes de que se dé su propio lanzamiento…
Fue así. Yo grabo canciones en mi casa, las grabo en la computadora para tener la referencia de algo que compuse y no olvidarme… Ahora no tanto, porque pasó esto… Pero antes se los pasaba por Messenger a los amigos para que me hagan la devolución y me digan qué les parecía. A todos les decía que no se lo pasen a nadie, que no lo publiquen, que era top secret. Pero, bueno, eso se filtró en un momento.

¿Y qué sentiste?
No, no. Estuvo bien, no me molestó tanto. Pero bueno, lo publicaron en forma de álbum. Y eso estuvo bueno, me enterneció. Porque era una de esas cosas que yo hacía cuando era chico: buscaba temas inéditos de Weezer, los compilaba, les hacía una tapita yo y los quemaba en un CD. Entonces ver que otros hacían lo mismo con mis canciones estaba buenísimo. No era la manera en la que yo quería mostrar esas canciones, igual todo lo que generó eso estuvo buenísimo. Ahora, el año pasado regrabamos esas canciones con banda y en algún momento lo vamos a mostrar.

Toda la flexibilidad que tiene Internet permite también que uno pueda conocer bandas que de otra manera no hubiera conocido…
Está buenísimo. Yo me acuerdo que cuando era chico no existía nada de esto. Me acuerdo cuando apareció Napster. Una locura. Además tenía una conexión del teléfono toda lenta. Me acuerdo dejar bajando una canción por noche y al otro día levantarme y escuchar la canción y sentir que había encontrado un tesoro increíble. Ahora llegamos al punto en el que uno se puede asociar a Spotify y escuchar la música de todo el mundo, de todas las épocas, de todos lados. Quizás el único problema, que es un problema leve, es cómo asimilar toda esa información que hay ahora, cómo ordenarse uno frente a todo eso.

¿Y tú cómo lo haces?
No, no lo hago. (Ríe otra vez)

Por Omar Mejía Yóplac