Cabo Blanco es un lugar mítico, casi literario. Eso se debe no solo a su impactante belleza, sino también a la proeza narrada con maestría por Ernest Hemingway en El viejo y el mar, su novela más popular, que se inspiró en parte en sus constantes observaciones de la actividad pesquera en la caleta norteña, cuando pasó ahí una temporada.

El mar azul, las arenas blancas y esa poderosa unión entre la corriente de Humboldt y la corriente tropical hacen de la costa norte del Perú un lugar único en el mundo y, justamente, la “Regata del Siglo”, según palabras de Nina Pardo, presidenta de la ONG H2Océanos, “busca impulsar un proceso para declararlo como Patrimonio Inmaterial de la Nación”.

El evento, que se organiza por segundo año consecutivo, celebra la festividad de San Pedro, patrono de los pescadores, y de San Pablo, además del sesenta aniversario del segundo récord mundial histórico de pesca conseguido en Cabo Blanco, en el que se pescó un atún de casi doscientos kilos.

En Cabo Blanco se consiguieron, hace más de medio siglo, dos importantes récords mundiales en pesca deportiva.

Esperanza norteña

Nina Pardo comenta que la idea es aprovechar que el mar Pacífico tropical peruano entró en la categoría de Hope Spot, un punto de esperanza, según Mission Blue, una ONG internacional que apoya la conservación de los océanos y mares alrededor del mundo.

“Lo más interesante de esta zona es que se combina, a través de la regata, la cultura, la tradición, la sostenibilidad y la promoción del turismo”, señala Pardo.

Pescadores de la zona en plena procesión marítima con San Pedro a bordo.

La ballena jorobada es uno de los grandes atractivos del mar Pacífico tropical peruano.

“La idea de celebrar la ‘Regata del Siglo’ surge el año pasado, cuando el empresario y buzo Stefano Camaiora, junto con Rosendo Mimbela, buzo artesanal de Los Órganos, se encontraban buceando entre las dos corrientes, y fueron testigos de la navegación de unos veleros de pesca peruanos y propusieron a Cabo Blanco organizar la ‘Regata del Siglo’ para evitar que el velero de pesca peruano desaparezca”, agrega.

Apoyo total

Nina Pardo nos cuenta orgullosa que el gobierno peruano ha participado activamente de la regata, sumando esfuerzos con empresas privadas locales e internacionales, para que esta se pudiera llevar a cabo y que el mensaje que busca promover la conservación llegara a los lugares adecuados. “Estuvieron presentes el viceministro de Pesca y Acuicultura, Héctor Soldi; autoridades del Ministerio de Turismo, Fondepes, del Ministerio del Ambiente, de la Producción, del Gobierno Regional de Piura, y de las Naciones Unidas, a través de su Programa para el Desarrollo”.

María Isabel Castro Silvestre, jefa del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero; Héctor Soldi, viceministro de Pesca y Acuicultura; Nina Pardo, presidenta de H2Océanos, y Stefano Camaiora, empresario y buzo que creó la regata.

Incluso, la segunda vicepresidenta del Perú, Mercedes Aráoz, aprovechó sus redes sociales para generar más interés en el evento. “Cabo Blanco es conocido a nivel mundial como un paraíso de la pesca desde que, en el año 1950, se empezaron a encontrar y capturar los peces más grandes. Ahora se ha puesto en marcha la ‘Gran Regata del Siglo’, en la que competirán veleros artesanales en el Día del Pescador”, afirmó.

La competencia

La celebración empezó con los primeros rayos de sol, cuando San Pedro fue llevado en una procesión hasta el mar, que recorrió acompañado por los pescadores, tras lo cual los pescadores de la zona quedaron listos para la competición. La primera carrera fue de chalanas, y el campeón fue Juan Purizaca. Después compitieron las balsillas, también navegadas por un solo tripulante, y el pescador Calixto Purizaca se llevó el premio.

Los pescadores artesanales trabajan con veleros que no necesitan de ninguna tecnología moderna.

El evento central del día fue el que congregó a los veleros artesanales y sus cuatro tripulantes por embarcación. El gran ganador de la jornada fue el equipo conformado por Pedro Mercedes Chapa Ruiz, César Querevalu Chapa, Jorge Luis Amaya Periche y Pablo Yenque Querevalu, quienes estuvieron al mando de la embarcación Cautivo Peregrino. El equipo vencedor se llevó dos mil quinientos soles de premio; el segundo, dos mil , y el tercero, mil quinientos. Sin embargo, la parte económica de la competencia fue lo de menos, ya que lo más importante fue mostrar a Cabo Blanco como un lugar único, con una biodiversidad espectacular, y que debe ir convirtiéndose en un polo de turismo no solo para los peruanos, sino para todo el mundo. El mar tiene ese poder casi mágico de congregar a personas distintas, que, de otra forma, no estarían juntas. Esa es la lección principal, y el éxito de la “Regata del Siglo” es prueba de eso. 

Fotos de H2Océanos / Nicolás Landa