A los 24 años, la bióloga Gisella Orjeda, hoy presidenta del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), había empezado a trabajar con el investigador japonés Masaru Iwanaga, quien en una ocasión planteó una pregunta que le provocó una profunda introspección. “Me dijo: ‘Gise-lá, ¿qué quieres hacer cuando tengas 50 años?’. Hasta entonces, yo pensaba que la gente iba tomando las oportunidades como salían y que la vida te llevaba. Es una manera de vivir, pero no la de los científicos”, dice Orjeda. La respuesta llegó: la investigadora quería causar un impacto en su país.

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¿Cómo pensó alcanzar esa meta desde su profesión?
Una manera es dirigiendo investigaciones para solucionar problemas, y para eso necesitaba ser PhD. A partir de los 24 años, mi vida ha sido parte de un plan.

Aprender de los mejores del mundo y volver al Perú.
Cuando acepté la invitación del presidente Humala para ocupar este puesto en Concytec, yo sabía que no iba a regresar a la investigación científica. Es un hecho: es muy difícil volver a la ciencia si la dejas por más de tres años.

¿Qué le atrajo del estudio sobre plantas?
No me gustaba limpiar las jaulitas de los animales. Desde chica me gustó la ciencia. También el deporte y leer. En realidad, me gustaba todo, pero sí me daba cuenta que tenía dificultades en historia.

¿Cómo se ha sentido durante estos tres años y medio en Concytec?
Ha sido muy satisfactorio ver que estoy haciendo algo por mi país. Estoy muy agradecida por la confianza que depositaron en mí el presidente Humala y el Ministerio de Economía y Finanzas, para aumentar nuestro presupuesto en casi diez veces más. Sobre todo, por iniciar esta etapa en la que el Concytec y el MEF tienen una homologación de lenguajes.

Todavía queda espacio para crecer.
Definitivamente tenemos que hacer algo muy radical con las universidades: se están debilitando. Son el pilar sobre el cual un país tiene que avanzar en su capacidad de producción de personas con conocimiento para hacer las cosas. Cuando hablan de la educación, se refieren a la primaria. Pero ¿de dónde van a salir los docentes que van a enseñar a los chiquitos? La capa universitaria es lo primero que tenemos que transformar para cambiar el Perú.

Es algo que aprendió de su experiencia en el Reino Unido y en Francia.
Tuve una gran suerte porque ambos son potencias mundiales en investigación, y su desarrollo nacional, industrial y social descansa en el conocimiento.

¿Qué otros países la han marcado como científica?
Los países desarrollados tienen un potencial para hacer cosas ante las cuales un científico no puede quedarse insensible. Siempre quieres trabajar donde están los mejores “juguetes”, las mejores mentes. Por la calidad de su gente y su comida, y la belleza de sus sitios, elijo Vietnam. Ellos estarán mejor que nosotros en menos tiempo: tienen ochenta mil estudiantes de PhD. solamente en los Estados Unidos.

¿Todos los becados deberían retornar a sus países de inmediato?
Eso es un mito. No creo que un becario tenga que regresar inmediatamente. Cuando hice mi doctorado era como estar en otro mundo, solo había que ser estudiante, no te preocupas por la planificación y la cuestión administrativa. Sería bueno que el estudiante tenga un primer trabajo posdoctoral, gane experiencia, haga nuevos contactos. Un científico no solamente es conocimiento, también se convierte en un facilitador para los que vienen.

¿Qué es el Atlas Peruano de Complejidad Económica que encargó el Concytec a la Universidad de Harvard?
Es una herramienta web con información que describe e identifica geográficamente las distintas capacidades productivas del país. Sirve para tomar decisiones, a muchos niveles, sobre personas e instituciones. ¿Quiénes la pueden usar? Chicos que salen de la universidad que quieren saber dónde requieren gente con sus capacidades; empresas en busca de proveedores, por dar un ejemplo; los gobiernos locales y regionales, porque esta herramienta no solo mapea industrias, sino también las competencias que hay detrás de ellas.

Otro proyecto en curso es el programa de beneficio tributario para invertir en investigación científica, desarrollo tecnológico o innovación tecnológica.
Así es, se trata de la Ley 30309. Concytec ha preparado todo un sistema informático para ello, por lo tanto, las empresas no tienen que estar presentando papeles. En el plazo de un mes tienen el OK. o no de nuestra parte. Si es aceptado, la empresa puede deducir el 175% de su monto imponible del año siguiente, independientemente de si el giro de la empresa corresponde o no con el proyecto presentado. La Sunat ya tiene aceptado estos términos en su página web.

¿Qué hace el Concytec para facilitar este proceso?
Nosotros damos orientación los primeros y terceros viernes de cada mes. Hacemos todo un acompañamiento, por lo tanto, queremos prevenir a la gente que se cuide de buscar consultores externos. Es más fácil que nosotros les hagamos el training.

Por Caroline Mercado

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