Podríamos pensar que Cultura es un ministerio con un campo de acción relativamente limitado, pero nos sorprenderíamos al escuchar todo lo que su titular, Diana Álvarez Calderón, nos cuenta que ha hecho durante los tres años que ha durado su gestión. Desde la difícil publicación de la base de datos de pueblos indígenas a los que se les aplica la consulta previa hasta la casi frustrada construcción del Museo Nacional de Arqueología (Muna), la titular de uno de los ministerios de más reciente creación comparte con COSAS las batallas que tuvo que pelear, los caminos que recorrió y lo que espera del futuro.

La ministra de Cultura coloca la primera piedra de lo que será uno de los grandes legados de su gestión: el Museo Nacional de Arqueología en Pachacámac. (Foto de Christian Osés)

La ministra de Cultura coloca la primera piedra de lo que será uno de los grandes legados de su gestión: el Museo Nacional de Arqueología en Pachacámac. (Foto de Christian Osés)

¿Cuál cree que ha sido el mayor logro de su gestión?
Creo que la consulta previa, porque fue lo más difícil en un inicio. Cuando entré al ministerio ya existía la Ley de Consulta Previa con su reglamento publicado, el cual ordenaba que se publicara una base de datos de pueblos indígenas. Publicar esta base había sido un problema porque muchos mineros se resistían a que se incluyeran los pueblos indígenas de la sierra. Era algo que los asustaba mucho porque es en la sierra donde están los denuncios y las grandes operaciones mineras, así que hubo mucha oposición.

¿Qué implicaba esta publicación?
Me reuní con el viceministro Pablo Vilca y le pregunté qué se debía hacer con respecto a la consulta previa. Me dijo que quedaba pendiente algo casi imposible: publicar esa base de datos. Cuando averigüé lo simple que era la identificación de los pueblos andinos y amazónicos, lo que hicimos fue ver cómo publicar esa base sin que haya un choque con la inversión privada. Yo pienso que es una buena forma de informar a los pueblos indígenas los cambios que se realizarán con la inversión. Solo de eso se trata la consulta previa, porque no es vinculante.

¿Cree que debería ser vinculante?
No. La ley está hecha de esa manera porque, si se requiere una inversión importante que va a beneficiar a todo el Perú, esa inversión tiene que llevarse a cabo. Sin embargo, sí se debe informar a la gente que va a ver afectada.

Una cosa es informar y otra pedir permiso…
A lo largo de los años en que se ha implementado la consulta he visto que los pueblos indígenas están muy contentos de que se les informe previamente. Finalmente, la publicación de la base de datos y la aplicación de la ley no han sido tan traumáticas, y son una manera de invertir con respeto hacia quienes han vivido por milenios en zonas que han estado de espaldas al Perú en cuanto a su desarrollo. Gracias a ese trabajo inicial, también hemos logrado trabajar con el Midis para declarar a ciertos pueblos amazónicos en estado de pobreza y permitirles el acceso a los programas sociales. Asimismo, hemos trabajado con las carteras de Educación, Salud y Vivienda.

Diana Álvarez Calderón considera que el mayor logro de su gestión fue la publicación de la base de datos para la consulta previa.

Diana Álvarez Calderón considera que el mayor logro de su gestión fue la publicación de la base de datos para la consulta previa.

Tener a estos pueblos identificados facilita la llegada del Estado.
Exactamente, para llevarles los servicios básicos que debe tener cualquier peruano. Además, se han creado programas interesantes como los PIAS (Plataformas Itinerantes de Acción Social), buques gestionados por la Marina que navegan por los ríos de las zonas más alejadas llevando salud, servicios del Reniec, del Banco de la Nación, Programas Sociales, cultura, entre otras cosas. Esta es una de las acciones que se toman para acercar el Estado a los pueblos más alejados.

Sorprende que el Ministerio de Cultura participe en tantos sectores.
Digamos que Cultura no tiene los recursos pero se “recursea” (ríe). Como tiene llegada a los pueblos indígenas, ha ido asumiendo un papel de coordinador entre pueblos y los distintos sectores del Estado. Diría que este trabajo conjunto también es uno de los logros que más satisfacción me da porque cuando entré al ministerio me parecía complejísimo; sin embargo, hoy tenemos una excelente relación con los pueblos indígenas y se ha generado confianza. Es una forma de que haya paz social.

Por otro lado, el Ministerio de Cultura ha ingresado al régimen de Obras por Impuestos.
Nos colamos junto al Ministerio del Ambiente. Yo tenía planeado trabajar con el Decreto 1198, que permitía hacer convenios culturales con privados para tener inversión en las zonas aledañas a sitios arqueológicos –como, por ejemplo, parques culturales construidos por privados para preservar los sitios–, y además con Obras por Impuestos, pero no fue aprobado por el Congreso.

 “Finalmente, la publicación de la base de datos y la aplicación de la Ley de Consulta Previa no han sido tan traumáticas”, afirma la ministra Álvarez Calderón.


“Finalmente, la publicación de la base de datos y la aplicación de la Ley de Consulta Previa no han sido tan traumáticas”, afirma la ministra Álvarez Calderón.

¿Por qué cree que en el Perú hay tanta resistencia a la participación privada en temas de cultura?
Creo que por una cuestión ideológica de muchos años. Quienes han tenido el ojo puesto en la cultura han estado vinculados a la izquierda, que veía a la inversión privada como algo negativo, que podía usar lo cultural para hacer dinero… algo que parece que está mal, aunque ignoro por qué. Creo que está bien aligerarle al Estado una carga tan pesada: hay veinte mil sitios arqueológicos, y no hay manera de ponerlos en valor con los recursos que tenemos.

Además de Obras por Impuestos, ¿de qué otras formas puede participar el sector privado?
Debería darse una Ley de Mecenazgo; es una necesidad, porque la industria cultural produce muchos ingresos y crea empleos. Lo hemos venido trabajando con el Ministerio de la Producción.

¿Y en qué ha quedado esa ley?
No hemos logrado convencer todavía al MEF y a la Sunat, pero tengo esperanzas de que en los próximos cinco años eso salga adelante, de la misma manera en que la Ley del Libro salió adelante. Esta exime del pago de IGV a la venta de libros, permitiendo crear una industria alrededor del libro. Gracias a eso, hoy se lee más en el Perú.

Por Adriana Tudela

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