Durante la sesión de fotos –entre flashes, humo y maquillaje– las estrellas de De vuelta al barrio no se limitaron a hablarnos de su vida frente a las cámaras, sino que nos abrieron las puertas a un universo más personal: el de la maternidad.

YVONNE FRAYSSINET

“Es muy bonito hacer un personaje que siento que se parece a mi madre”, cuenta Yvonne sobre su papel en la nueva serie.

Me imagino que Lucía (la hija de veintiséis años que tiene con Marcelo Oxenford) era la más feliz cuando Marcelo y tú se casaron hace poco…

Ay, sí, ella decía: “¡Ya no soy bastarda!”(ríe). Lucía es muy especial…

Cuéntame un poco de tu relación con ella… ¿Cómo es tenerla lejos?

Es muy duro, pero nos comunicamos todos los días. Aunque ella es independiente, se maneja bien, y está bien contenta allá, le gusta mucho. ¡A mí también me encanta! Cuando termine mi vida de actriz podría irme para allá…

¿Cuándo va a ocurrir eso?

Cuando sienta que ya es mucho, cuando me cueste. Ahora no, ahora voy corriendo feliz, lo disfruto, me ilusiona.

“Cuando termine mi vida de actriz, podría irme para Buenos Aires”, comenta Yvonne.

MELANIA URBINA

“Siento que es momento de disfrutar y experimentar juntas, de viajar, y de poco a poco recuperar mi propia independencia mientras ella va creando la suya”, dice Melania sobre su relación con su hija.

¿Cómo es la relación con tu hija en la serie?

Lili tiene un rollo de celos, no quiere que su madre se relacione con nadie porque tiene la esperanza de que vuelva a juntarse con su papá.

¿Algún parecido entre esta relación y la tuya con tu hija en la vida real?

No, no sé cómo reaccionaría Lucía (su hija con el cineasta Frank Pérez-Garland) ahora si tuviera una nueva pareja, ¡pero normalmente es al revés! Ella es cómplice, le gusta la idea, me fastidia… Tenemos una relación bien cercana.

¿Nunca ha sido un problema para Lucía que sus papás no vivan juntos?

Nunca, todo lo contrario. Desde hace ya muchos años que Frank está casado con Vanessa, entonces es muy claro para ella que su panorama familiar es más rico. A mí me parece que somos una familia más funcional que muchas familias convencionales. Siento que hemos logrado una dinámica familiar de la cual estoy absolutamente orgullosa. La relación que tengo con Frank, como padre de mi hija y como amigo, es espectacular, y mi relación con Vanessa, también. Ella es un elemento importantísimo en la vida de Lucía, y en mi vida también, porque el lugar que ella ocupa para Lucía es uno que yo no podría ocupar, y viceversa.

“Mi hija Lucía es una chica superindependiente, con una capacidad de recuperación impresionante”, dice Melania.

TEDDY GUZMÁN

“Mi personaje en ‘De vuelta al barrio’ es un poco superficial, vano. Ama a sus hijos, pero es chochera del que es más ocioso”, cuenta Teddy.

Has contado una anécdota sobre el día en que tu hermana apareció en televisión sin el permiso de tu mamá, y ella la vio; y a ti, por encubrirla, te cayó tremenda tunda…

Ay, sí, mi mamá era mano larga.

¿Has replicado esos métodos de crianza con tus hijos?

No, no.

¿Sientes que ese tipo de castigos, de alguna forma, contribuyeron a tu formación?

¡En esa época no nos cuestionábamos! Ahora escucho a hijas muy bien educadas, muy lindas, decir a sus papás: “Si me tocas, ¡te denuncio!”.

En la octava temporada de “Al fondo hay sitio”, Mónica Sánchez y Teddy Guzmán interpretaron papeles antagónicos.

Antes respondías eso a tu madre y te pegaba peor…

¡Creo que mi madre me hubiera ahogado! (ríe) Mi mamá me sacó el alma y no me pasó nada. Aprendí, tengo valores y principios. No es que esté a favor de que a los chicos les metan un cachetadón; no estoy de acuerdo con la violencia, pero fue una época en la que existía de parte de los padres y la aceptábamos sin cuestionarla. No tenías ni tiempo de cuestionarte, ¡ya te habían metido un bofetón antes! Ahora las chicas empiezan más temprano, son más libres…

¿Tú fuiste una mamá joven?

Sí, a los diecisiete, para cumplir dieciocho, ya tenía a mi Muriel. Estaba casada, aunque mal casada, terriblemente casada (ríe). Mi esposo, al que yo amé, fue el segundo. El primero fue un error. El segundo fue un acierto maravilloso, pero se fue temprano. Me quedé sin amor.

MÓNICA SÁNCHEZ

“Para mí, como actriz, es muy rico pasar de Charo (su personaje en ‘Al fondo hay sitio’) a Malena (su papel en ‘De vuelta al barrio’)”.

¿Cuán difícil es para ti ser mujer y tener dos hijas mujeres en un país tan machista como el nuestro?

Está claro que vivimos en un país tremendamente machista y que vivimos maneras altamente sutiles de violencia. Y estamos acostumbrados. Lo bueno de ser mamá es que les llevas un poquito de ventaja a tus hijos y puedes conversar más tempranamente con ellos. Obviamente, mi mayor anhelo es que Miranda y Mariel sean felices, que a pesar de que vivimos en tiempos difíciles, sin dejar de cuidarse, arriesguen por lo que creen. Que el miedo no las paralice.

“Mariel fue una seda, pero Miranda, la menor de mis hijas, es más brava; ella sí llegó a sacar a mi ‘leona’, como yo digo. Cada una tiene un lado mío diferente”.

Ahora que hablas del tema, se me viene a la mente un video de Magaly Medina hablando sobre tu desnudo para una revista local. ¿Qué les dirías a las personas que, como ella, no entienden el feminismo y creen que el hecho de que una mujer pueda decidir por voluntad propia desnudarse se contradice con una postura feminista?

Esa sesión de fotos la hice, justamente, en un momento en el que quería hablar del erotismo y del cuerpo desde un lugar que lo naturalizara y le quitara el estigma de la culpa o de ser un pedazo de carne en venta, y me pareció más chévere hablarlo con mi cuerpo. Y bueno, está claro que el machismo lo encarnan también mujeres; en este caso, una mujer como ella, que durante mucho tiempo en la tele ha lucrado con la honra de muchas personas. Me parece penoso, pero no me sorprende. Yo acepto tu pregunta porque ya no estoy hablando de ella, sino de una sociedad que está muy acostumbrada a juzgar a las mujeres. Si una mujer se quita la ropa, por qué se la quita; si no se la quita, seguro es una hipócrita; si la golpean, por qué se deja… Yo me pregunto: ¿Qué está pasando con una sociedad que no solamente no tiene leyes que sancionen de manera diligente el delito de la violencia contra la mujer, sino que además las juzga?

Por Vania Dale Alvarado
Fotos de Iván Salinero/Phoss

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