Ya desde sus inicios en la boy band One Direction, Harry Styles conseguía diferenciarse. A base de personalidad, y seguramente con buenos asesores de imagen, logró moldear un estilo propio. Convirtió su melena en un sello personal y logró que muchos aspiraran a vestirse como él. 

Ahora el distanciamiento continúa. Mientras que dos de sus compañeros (Zayn Malik y Liam Payne) incursionan en ritmos más inclinados hacia el hip hop o el dance, y otro (Niall Horan) prefiere quedarse con el folk pop, él se aventuró un poco más. Han sido bastantes los medios y críticos que han reconocido sus esfuerzos por destacar con música, digamos, “más seria”.

Y todo eso es solo el inicio de una transformación que ha decantado en un gran momento. ¿Cuáles han sido las claves? A continuación presentamos cinco.

1. Una justa renovación

Harry Styles cerró su etapa con One Direction con una cabellera bastante larga. Primer paso para su nueva era: cortársela. Esto, que tuvo un motivo cinematográfico detrás, estuvo acompañado por una reinvención sutil. Maduró su manera de vestir e hizo más prolijas sus actuaciones en vivo. Todo lo posible para quitarse la etiqueta de ídolo adolescente. Por ejemplo, sus performance se las pasa casi inmóvil detrás de un micrófono mientras sostiene una guitarra. Ya nada de bailes ni coreografías

2. El proyecto solista

Sin dudas, en esta gran transformación, la música ha tenido un papel central. Su nueva faceta convenció a la mítica revista Rolling Stone de ponerlo en su portada. Algunos análisis de su primer material como solista han reconocido guiños a trabajos de David Bowie, Prince y Coldplay (con lo divergente que eso puede ser). Es más, ha habido quienes (ya en la exageración) han querido llamarlo “el nuevo Bowie”. Sin embargo, al margen de la hipérbole, lo que se puede reconocer es que ha sorprendido a todos. Nadie esperaba algo así de un ex miembro de una boy band. Y los resultados han sido, sobre todo, gratos.