Este mes, a través de Netflix, se estrena la serie basada en la enigmática vida del cantante mexicano. ¿Qué podemos esperar de ella, teniendo en cuenta que ha sido autorizada por el propio Luis Miguel? Nos lo cuentan sus protagonistas.
Por Mariano Olivera La Rosa Foto de Fernando Marroquín / Netflix
Miércoles 21 de febrero de 2018, Ciudad de México. Cuatro días después de un terremoto de 7,2 en la escala de Richter, corre el viento y corren las personas a la entrada del Auditorio Nacional. El viento se quedará afuera; las personas se ubicarán en alguna de las diez mil butacas del Auditorio.
Minutos antes de las nueve de la noche saldrá ‘El Sol’ en la ciudad. Lo hará cantando una noventera, “Si te vas”. Aparecerá como siempre, enternado, bronceadísimo y con la sonrisa más blanca del universo y sus alrededores. En las pantallas gigantes del recinto se le verá más delgado que en persona, pero tanto a través de ellas como en carne y hueso, demostrará que ha vuelto como un astro tiene que volver: cargado de energía.
“Tengo grandes motivaciones para regresar. Una es la música y la otra son ustedes”, dijo Luis Miguel durante una pausa del concierto en el que, a lo largo de dos horas y cuarenta minutos, hizo un repaso por sus treinta y seis años de carrera e interpretó más de cuarenta temas –algunos en clave de popurrí.
Llevaba más de dos años fuera de los escenarios. La última vez que se presentó, lo hizo en el mismo Auditorio, pero apenas permaneció en él por veinte minutos. De un tiempo a esta parte solo había protagonizado titulares por problemas legales, económicos y de salud. Se especulaba sobre su futuro, pero su regreso ha confirmado su vigencia. “Luis Miguel, la serie”, por su parte, confirmará la verdad oculta tras los claroscuros de su pasado.
El padre:
La cita con los protagonistas de la serie es en el Hyatt Regency, frente al auditorio en el que Luis Miguel se reencontró con el mundo. Espero por ellos en una sala alfombrada, frente a una mesa redonda y al lado de otra con snacks propicios para comenzar la mañana. Como previa, la productora Carla González anuncia que el elenco pasó seis meses viviendo en México, preparándose para la serie que, en principio, contará con trece episodios.
“Analizamos la historia de Luis Miguel de manera profunda”, dice a propósito del guion, que fue autorizado por el propio cantante. “Hubo una conversación franca con Luis Miguel. Si quería contar su historia, tenía que estar consciente de todas sus implicaciones”, añade. “Se sabe poco de su vida, pero no quiere decir que no tenga mucho. En su caso, la realidad supera a la ficción. La gente se va a sorprender. No hay tema que no se toque en la serie”, concluye, en alusión a asuntos tan misteriosos como la desaparición de la madre de Luis Miguel en 1986 –desde entonces, no se supo más de ella– o la tormentosa relación que el artista mexicano habría tenido con su padre, Luis Gallego Sánchez, más conocido como Luisito Rey –su padre lo representó hasta 1989 y, según se especula en la prensa, lo habría presionado desde muy temprana edad para que llegara a ser la estrella que él nunca fue.
El primero en llegar a la ronda de entrevistas es el catalán Óscar Jaenada, quien precisamente interpreta a Luisito Rey. Ni bien aparece, se roba la escena. Lleva lentes amarillos, el bigote desordenado, el rostro notoriamente delgado y anillos en todos los dedos. Jaenada no es un actor mediático; la mayoría ni siquiera lo ubicaría si se lo cruzara por la calle, y él está feliz de que así sea.
“A mí no me gusta presentarme en los comedores de la gente; me gusta que se duchen, que se cambien, que bajen a la calle, hagan cola y paguen para verme. Me gusta ese respeto, esa dedicación. Soy un tío que ha cogido el metro toda mi puta vida, lo voy a seguir haciendo, y en el momento en que no pueda dejaré de hacer lo que he estado haciendo para que no pase eso. No me gusta la fama, no me gusta que me señalen, que me miren cuando no me tienen que mirar; me gusta trabajar y que se me respete por lo que hago”, sentencia.
Por trayectoria, es el que más pergaminos tiene en este elenco: en 2005, ganó el Goya a Mejor Actor por el biopic “Camarón” –donde encarnó al cantaor Camarón de la Isla– y, en 2015, fue distinguido con el premio Platino por interpretar a Cantinflas en la película del mismo nombre. No le es extraño eso de meterse en la piel de un personaje de la vida real.
“Me parece un personaje alucinante, con tantos cabos sueltos que necesitaba de una investigación extra”, dice Jaenada sobre su rol en la serie. “Con mis personajes siempre intento acercarme lo máximo posible a la realidad. Tengo que entender las causas o hechos que los forman y tengo que empatizar con ellos al cien por cien”. De Luis Rey tenía que entender un aspecto en especial: el trato con su hijo. “Yo también soy padre; esa fue una investigación larga y muy de sangre”, reconoce.
Jaenada describe a Rey como “un artista con malas decisiones, unas culturales, otras genéticas y otras tomadas de los vicios, pero muy sentido e inteligente; un gaditano de aquel entonces por el mundo, que se suponía mucho mejor artista y culpaba a la mala suerte”. Interpretarlo fue agotador, porque, además, era alguien “muy nervioso, muy altivo, muy tenso, que debía estar controlando todo porque era bastante embaucador”.
Es el tipo de desafíos que gustan más a Óscar Jaenada: los personajes exigentes. “A la larga son mucho más divertidos y agradecidos”, dice. “Demandan una dedicación absoluta, un olvido de tu vida personal. Hay que dejarlo todo, hasta tu continente. Eso me interesa muchísimo, porque me da mucha cultura. Necesitan una investigación profunda. No quiero que caminen ni hablen como yo”, agrega. “No vamos a tomar el pelo al público; vamos a darle un buen trabajo. Que disfruten de lo que estamos haciendo; ¡que se lo crean, coño, que se lo crean!… Es muy difícil, pero, bueno, uno lo intenta”.
El astro:
Diego Boneta aparece con una sonrisa en la cara, un bronceado caribeño y una breve melena sobre la cabeza. Tiene mucho de Luis Miguel –empezando por la precocidad artística, dado que Boneta debutó como actor a los diez años, en el reality “Código F.A.M.A.”, y, además, canta–, y también un aire a Matthew McConaughey. Su sonrisa, como la del Luis Miguel juvenil, está marcada por una pequeña pero notoria separación entre los dientes incisivos superiores.
“Lo de los dientes, para mí, era algo superimportante, icónico”, dice Boneta. “¿Por qué no tratamos de ponerte una resina negra?”, le sugirió su ortodoncista. Y la idea, luego de probar varias prótesis fallidas, quedó.
“Es el papel más importante que he hecho en mi vida”, anuncia ni bien toma asiento. “Luis Miguel es alguien a quien admiro desde niño: cantaba ‘Suave’ cuando tenía tres años; fue el primer artista que vi en concierto… Ha habido muchas coincidencias. Y es un ícono para Latinoamérica; sabía la responsabilidad que esto llevaba detrás”. Una de las coincidencias fue que, para cuando obtuvo el papel, ya llevaba meses estudiando al personaje, pues tenía ganas de contar su historia.
“Cuando me quedé con el papel, lo vi desde dos ángulos: el musical, que, en mi opinión, fue el reto más grande porque tiene una voz impresionante, y el actoral. Platiqué con otros actores a los que ya les había tocado hacer papeles similares; con Jamie Foxx, que hizo ‘Ray’ (el biopic sobre Ray Charles), y con el mismo Óscar (Jaenada), que hizo ‘Camarón’”, cuenta Boneta. Su objetivo fue tomar en cuenta cada detalle. “Creo que los imitadores se van por las cosas más obvias, no se convierten en el personaje. En la actuación, para que realmente funcione, tienes que creértela tú primero”.
Boneta también tuvo ocasión de pasar muchas horas con el propio Luis Miguel. “Es una gran fortuna poder interpretar a alguien que sigue vivo. Nos hemos reído muchísimo; es sumamente carismático, me fascina su sentido del humor. Es un caballero, además, muy old school en su forma de ser. Admiro y respeto que tenga el valor de contar algo que para él es tan importante. Todos saben que ha tenido una vida difícil y, pese a ello, está donde está”.
Finalmente, llega el turno de la mexicana Camila Sodi, conocida en la prensa de farándula por ser ex esposa del actor Diego Luna y ex novia del futbolista Javier ‘Chicharito’ Hernández. En la serie, Camila interpreta a Érika, una de las (tantas) novias de juventud de Luis Miguel, a quien se le atribuyen romances con –tome nota–: Alejandra Guzmán, Yuri, Alicia Machado, Sofía Vergara, Zulema Menem, Gabriela Sabatini, Thalía, Salma Hayek, Kate del Castillo, ‘Kenita’ Larraín, Luciana Salazar, Lindsay Lohan y un largo etcétera; y cinco grandes amores: Daisy Fuentes, Mariah Carey, Myrka Dellanos, Aracely Arámbula –con quien tuvo dos hijos– y la enigmática belga Kristina.
“Ella era una mujer que dejaba que él brillara”, dice Camila sobre su personaje. “No necesitaba tanta atención; entonces, creo que hubo un buen balance entre ellos” añade. “A veces la gente que va por la vida pidiendo mucha atención, por dentro, está más necesitada de amor”. Sobre la química con Diego Boneta, asegura que fue “brutal” –durante el rodaje, incluso se comentó sobre un probable romance entre ambos–.
“Diego está fenomenal; es como si se hubiera comido un pedazo de Luis Miguel”, afirma Camila y, acto seguido, confiesa: “Entré a leer este proyecto sin expectativas, porque no era gran fan, no crecí con su música, pero me sorprendí. Es una historia muy humana, muy compasiva, emotiva. Creo que los espectadores no solo van a encontrar lo que quieren, sino un poquito más”.