El modisto elegido por Sassa de Osma para confeccionar su vestido de novia es también el favorito de las principales it girls de España, como Tamara Falcó y Paula Echevarría. Visitó Lima para presentar su nueva colección, que está a la venta en la concept store Isidra.

Por María Alejandra López Foto de Lalo Rondón

«La elegancia es aquello que perdura y no invade”, dice Jorge Vázquez. A él no le funcionan las tendencias ni las modas. El diseñador gallego prefiere inspirarse en el pasado: sus referencias suelen ser las divas de la época dorada de Hollywood o los anticuarios que descubre en sus viajes. Por eso sus diseños de haute couture buscan ser piezas de arte que se oponen al paso del tiempo, como el vestido de novia que diseñó para Sassa de Osma en su matrimonio con el príncipe Christian de Hannover.

El vestido necesitó seiscientas horas de taller.

¿Cuál fue el proceso para diseñar el vestido de Sassa?

Cuando Sassa nos dijo que le encantaría hacer su vestido con nosotros, fue una gran alegría. ¡Es parte de la familia! Sabíamos que iba a tener en cuenta a otros diseñadores internacionales, pero desde el primer día yo sabía lo que ella quería. No quería estar disfrazada y menos tener un vestido de tendencia. Su anhelo era ver la foto de su boda en diez años y seguir sintiendo que era actual. Le propusimos algunos diseños y nos escogió.

¿Fue difícil cumplir con sus expectativas?

Ella es muy cercana a nosotros y todo fue muy fácil, como si se casara un familiar. Desde el primer momento le dije: “Soy el más interesado en que esto quede de ensueño y tú seas la protagonista”. Si bien ella sentía algunos nervios, conseguimos un buen resultado.

¿Cómo la conociste?

Por un amigo que había trabajado con Mario Testino. Cuando ella llegó a Madrid, él me dijo: “Tengo que presentarte a una chica guapísima que encaja perfectamente con la imagen de Jorge Vázquez”. La invitamos a un desfile y me enamoré… ¡Es bellísima! Tiene un esqueleto perfecto y es una mujer fantástica. Después de conocerla, empezó a venir al estudio, y cada vez que tenía algo especial se compraba algo nuestro, o le preparábamos un vestido único. Ha llevado ‘Jorge Vázquez’ en bodas y también en el Baile de la Rosa. Existe una gran unión y amistad entre nosotros.

No pudiste venir para su matrimonio. ¿Qué hiciste para que el vestido viajara en óptimas condiciones?

Me obsesioné con que alguien viniera, le abrochara los botones y solucionara cualquier imprevisto. Envíe a unas modistas y a la jefa del taller. ¡Ella trajo el vestido en su equipaje de mano! Me angustiaba que se perdiera o terminara en Aduanas y no quería correr ningún riesgo. La persona que vino estuvo totalmente mimada por la familia De Osma, y creo que no olvidará su visita al Perú.

Sassa de Osma con un diseño de Vázquez en el Baile de la Rosa 2017.

Tus diseños también se venden en Isidra, y tengo entendido que Sassa te ayudó a curar los que acabas de traer para la tienda.

Ya vamos tres años trabajando con Isidra. Considero que aquí (en el Perú) mi producto encaja a la perfección y cada vez lo entienden más. He traído vestidos ceñidos y escotes, palabra de honor, algo que no funciona en España, pero aquí sí. Por eso la respuesta ha sido muy buena.

¿Cómo se viste la mujer peruana?

Aún apuesta por un estilo sexy y ceñido. En Europa ya no hace falta ir tan ajustada para verte bien: puedes ir con algo vaporoso y seguir siendo femenina. A la latina le cuesta identificarse con nuestro estilo, así que poco a poco vamos enganchando con esa mujer.

El tiempo entre costuras

Su camino comenzó en el taller de su madre cuando solo era un niño, y continuó a los dieciocho años en el grupo Inditex, del también gallego Amancio Ortega. A los veintitrés obtuvo su primer premio por la Xunta de Galicia, y a los treinta ya figuraba en la escena madrileña con una colección prêt-à-porter en el Mercedes-Benz Fashion Week (cuando era la pasarela Cibeles).

“Si tuviera que decir qué entiendo por moda, diría que mucho trabajo, esfuerzo y dedicación para ver realizado el fruto de un sueño”, explica en el libro España de Moda (2003), cuando era aún el joven talento que se abría camino.

Su dedicación se plasma en un estricto método de trabajo. Antes de iniciar una colección, Vázquez se recluye en su casa de campo por una semana. No hay teléfonos, modistas, ni clientes. Allí, junto con su equipo, observa documentales, películas, libros y espera que nazca ese hilo conductor que lo une todo y que “al final siempre aparece”.

Para su última colección, el hilo fue Dynasty, una serie estadounidense que triunfó en los años ochenta. El diseñador tomó a Linda Evans y Joan Collins como punto de partida para representar una época de glam y elegancia. Es la colección que trajo al LIF Week 2018 como invitado internacional.

Cómo se dio la oportunidad de venir al LIF Week?

Me llamaron dos semanas antes de la boda de Sassa, y en ese momento aún no podía confirmar nuestra asistencia. La idea era bonita, pero mi agenda estaba muy saturada. Cuando se reveló que éramos los diseñadores detrás del trabajo de Sassa, nos volvieron a escribir. Dije: “Venga, es la oportunidad”. Tenía mucha ilusión por conocer el Perú.

Háblame de Dynasty…

Es la colección otoño/invierno 2018 que presentamos en el Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid. Diría que no es tan lady como las colecciones que solemos hacer. La fuente de inspiración es la serie “Dynasty” y dos mujeres que representan los colores blanco y negro. Ellas son parte del mundo ‘Jorge Vázquez’.

¿Qué es lo que más te ha impresionado de tu primera visita al Perú?

La arquitectura me ha parecido fascinante. En Cusco, tengo muchísimas ganas de ir al Mercado Inca y curiosear. ¡Es una fuente de inspiración! Quiero ver todo lo vinculado al folclore y también he propuesto que me indiquen anticuarios para hallar cosas especiales de joyería, orfebrería y arte popular. Es impresionante que aún mantengan esas tradiciones aquí.