El reciente estreno de Bohemian Rhapsody no solo despierta —nuevamente— furor por el vocalista de Queen, sino que saca a relucir los capítulos más extravagantes de su vida. No obstante, algunos de los más polémicos no han sido recreados en la cinta. Uno de ellos, la noche de locura que vivió junto a Diana de Gales.
Freddie Mercury y Lady Di fueron dos de las figuras públicas más famosas y asediadas por la prensa inglesa a mediados de los 80. Pero pocos saben que ambos compartieron una noche de diversión junto a los actores británicos Kenny Everett y Cleo Rocos, en un bar gay de Londres. El hecho ocurrió en 1988 pero se supo muchos años después, cuando Rocos lo narró en su libro de memorias The Power of Positive Drinking, título que tomó de una canción de Lou Reed.
Según detalla la comediante, el grupo se encontraba bebiendo champagne y viendo la serie The Golden Girls en casa de Everett. La noche se puso a tono cuando decidieron bajar el volumen de la televisión e improvisar los diálogos picarescos del programa. La esposa del príncipe Carlos —quien tenía 27 años y estaba harta de su monótona vida— lo estaba pasando tan bien que quiso continuar la noche junto a sus amigos en el Royal Vauxhall Tavern, uno de los pubs gay más populares de aquellos años.
«La noche más loca en la vida de Diana»
El intérprete de Living on My Own y las actrices dudaron de la decisión de Diana y trataron de persuadirla. Sabían cuáles podían ser las consecuencias si los paparazzi descubrían a la princesa de Gales lejos del protocolo, en semejante lugar, por lo que le dijeron que no era un espacio adecuado para ella, que estaba «repleto de hombres peludos», y que a veces estallaban peleas.
Pero ante la insistencia de Diana, todos aceptaron. «Vamos, deja que la chica se divierta un poco», recordó la actriz que le dijo Mercury. Entonces, ocultaron su identidad bajo una chaqueta militar, una gorra de cuero y unos lentes de sol modelo aviador. La actriz nunca supo si alguien reconoció a Diana en el bar. «Parecía un hombre, un modelo masculino gay bastante excéntricamente vestido», se lee en su libro.
«Se tomó un vino blanco y una cerveza», relata Rocos en su biografía. Asegura también que la madre de los príncipes Harry y William disfrutó de aproximadamente 20 minutos de libertad, ya que el grupo no quiso arriesgarse demasiado, y optaron por volver rápido al palacio de Kensington.
«Cuando entramos, nosotros sabíamos obviamente que era la princesa y que podía ser reconocida en cualquier momento. Pero la gente simplemente la ignoró. Ella parecía haber desaparecido. Y eso le encantó», dice Rocos. Al día siguiente, la joven devolvería la ropa con el mensaje: «¡Tenemos que repetir!«. Para muchos, fue la noche más alocada en la vida de Diana Spencer.
La madre del heredero al trono británico y el artista fueron muy amigos, hasta su muerte en 1991. Tanto Mercury como Everett murieron a causa del SIDA. Tras su partida, Lady Di se convirtió en embajadora del National AIDS Trust, dedicando gran parte de sus esfuerzos a promover la concienciación y prevención del VIH.