Su cargo está reservado para aquellas personas con un distinguido historial de servicio público a la nación, y ella tiene las credenciales para ostentarlo: es una destacada ingeniera y exastronauta, cuya trayectoria incluye dos misiones en el espacio. Pero, por encima de todo, es una mujer comprometida con el desarrollo del deporte y una convencida de que todos, sin importar las circunstancias, debemos tener la oportunidad de desarrollar nuestros talentos y aportar al mundo.
Por Gonzalo Silva Infante
Julie Payette vino para la inauguración de Lima 2019 y tuvo un breve encuentro con Martín Vizcarra, a quien dio sus credenciales como embajador del Perú en Canadá antes de que volviera para convertirse en el presidente de la República.
Desde la experiencia de Canadá como organizadora de los Juegos Toronto 2015, ¿cuán importante es ser anfitriones de un evento como los Panamericanos para el desarrollo del deporte y del Perú en general?
Creo que mucho. Soy de Montreal, donde se realizaron los Juegos Olímpicos en 1976, y hasta hoy usamos la infraestructura construida para esos juegos. En 2019, muchos montrealeses y sus hijos, y los hijos de estos, usan esa infraestructura, se interesan en el deporte, han visto la forma de practicarlo, de mantenerse saludables. Lo otro es la inspiración. Es inspirador convertirte en quien quieres ser. El deporte es bueno.
En este momento, a nivel mundial, las mujeres han asumido un rol protagónico que por muchos años les fue negado. ¿Cuánto contribuye visibilizar historias como la suya, que es una de las dos mujeres astronautas canadienses en toda la historia?
Yo no lo veo de esa manera. Siento que soy sumamente privilegiada por ser una de los 520 astronautas que han volado por el espacio. El primero fue Yuri Gagarian, en 1961. Desde entonces, hemos estado en el espacio 62 mujeres. Cuando era joven, era algo impensado que un canadiense pudiera ir al espacio, pero Canadá tuvo su programa espacial y pude postular y tener la oportunidad de trabajar con ellos. Pero más importante: es una cuestión de actitud, de la gente y de su familia.
Personalmente, fui muy afortunada de crecer en Canadá. Somos un país abierto, tolerante, que respeta la diversidad y la inclusión de todos, pero además crecí en una familia donde siempre tuve el aliento para llegar a ser quien quise ser. No importa si soy mujer u hombre, si luzco así o asá. El aliento de la familia es primordial para quien quiera alcanzar algo en la vida. Ese apoyo debe ser para todos, y empieza en casa.
En esa línea, ¿cuán trascendente es mostrar ejemplos como el de su familia, que promueve que sus hijos hagan lo que se proponen en sus vidas?
No sé si sea tan importante que se promueva como que se apoye. Es un verbo diferente, porque apoyar significa “¿quieres ser atleta o futbolista o científico o presidente de un país o bombero o policía?”. Bueno, la familia te apoya porque es tu interés, es tu sueño, es tu objetivo, pero nada es gratis, así que tienes que trabajar fuerte.
Vas a casa y dices: “Quiero ser bailarín de ballet”, y tu mamá y tu papá te dicen: “¿Qué?”. Bueno, la idea es ¿por qué no? Si esa es tu pasión, si eso es lo que te hace sentir bien y estás preparado para realizarlo, es una buena meta. No hay sueño pequeño. Todos los sueños, de quien sea, de donde sea, son grandes. La única cosa que decepciona es no tener un sueño.
Hablaba del privilegio de crecer en Canadá y, justamente, la embajada de su país en el Perú participa del lanzamiento de la primera Pride House peruana. De hecho, Canadá es uno de los principales promotores de la inclusión y el reconocimiento de los derechos LGTBIQ. ¿Cuánto ayudan a visibilizar las problemáticas que sufre esta población eventos masivos como los Panamericanos?
Lo primero que debo decir es q ue no son solo los Panamericanos, sino que el Perú está siendo el anfitrión de los Panamericanos y los Parapanamericanos, de gente que es distinta, pero que es tratada como los demás atletas, y es muy buena, por cierto. Son deportistas del más alto nivel. Pero hubo un tiempo donde no hablábamos de esto.
Eso es un progreso de la sociedad, una que incluye, que les da la bienvenida, que alienta y que celebra a todos, a quien quiera que sea, no en el sentido negativo, sino positivo. Mientras no sea un criminal, cualquiera puede ser quien quiera ser. Todos tenemos algo con qué contribuir. ¿No sería el mundo muy aburrido si todos fuéramos iguales?
¿Cuál es el rol que tiene el deporte para promulgar la igualdad?
Soy muy afortunada de haber estado involucrada en la alta competencia en el gobierno (no como atleta, no soy tan buena). Actualmente, soy miembro de la Comisión de Deporte de Mujeres del Comité Olímpico Internacional. Muchos esfuerzos se han realizado hasta ahora y hay un nuevo concepto, el de alentar la inclusión de las mujeres. El deporte es una plataforma igualitaria. El fútbol es un buen ejemplo, un deporte muy popular en el Perú (recientemente lo hicieron muy bien en el Mundial de 2018).
Un niño, aunque no tenga el mejor estado financiero, puede soñar con convertirse en un futbolista profesional y jugar por Perú. Cuando piensas en la línea de partida de los 100 metros planos, ¿puedes decir cuál es la historia de cada uno? No puedes. Si nacieron en riqueza o no, si tuvieron la oportunidad de ir a una buena escuela o no… No lo sabes, porque cada uno en esa línea merece estar ahí y representar a su país. Ese es el poder del deporte. No es perfecto, pero es un gran igualador.
Las relaciones
Entiendo que fue usted quien le dio al actual presidente Vizcarra sus credenciales diplomáticas cuando fue embajador del Perú en Canadá. ¿Cómo fue volver a verlo?
Tal como lo dijo él mismo, fue muy corto su tiempo como embajador. Vino en octubre (de 2017) y se fue en marzo (de 2018). Lo disfrutamos mucho. Ayudó a estrechar las relaciones con Canadá y a incrementar nuestros intercambios, no solo en lo comercial, sino también en lo académico. Tenemos a muchos peruanos viniendo a estudiar a Canadá y, cuando retornan al Perú, ese intercambio nos hace a todos mejores. (Martín Vizcarra) estuvo muy comprometido con mejorar esa relación para el beneficio y el interés del Perú, y ahora lo tienen de presidente. Fue muy lindo verlo de nuevo.
Tenemos 75 años de relación diplomática entre el Perú y Canadá. ¿Cómo ve su país al nuestro?
Como un líder de esta región. Es un socio muy fuerte para el orden mundial, que está basado en reglas y acuerdos. Vemos eso y lo que está pasando en los últimos años: el Perú fue el anfitrión del APEC, luego de la Cumbre de las Américas y ahora de los Juegos Panamericanos y, por supuesto, es el líder del Grupo de Lima, lo que es un reto político que Sudamérica enfrenta y que se necesita ver seriamente, y eso es lo que el Perú está haciendo. Nos sentimos muy agradecidos de ser aliados del Perú y esperamos muchos años más de relación.
En dos años, nuestro país cumplirá su bicentenario como república.
Espero que hagan una gran celebración, porque son mayores que Canadá. Nosotros acabamos de celebrar 150 años hace un par, así que estamos detrás de ustedes por casi 50 años. Recuerdo vagamente el centenario de Canadá, en 1967. Tenía cuatro años y medio, y Montreal tuvo una gran exposición, que fue una apertura al mundo. Es importante celebrar. ¿Por qué tenemos países y naciones y grupos de amigos? Porque con ellos podemos ir más lejos. No lo podemos hacer solos.
Esta es su segunda vez en Sudamérica. Estuvo en Río de Janeiro en el año 2016. ¿Cuál es la impresión que se lleva de Lima?
Mi primera vez en Río fue al final del invierno. Esto es muy importante porque he estado en una nave espacial rodeando la Tierra muchas veces; he cruzado el Ecuador muchas veces, pero solo dos veces en tierra. Algo que me llama la atención es la luz. El Perú está muy cerca del Ecuador, mientras que en Canadá estamos muy al norte, así que la luz se ve diferente. Los días no son iguales, no tienen la misma longitud, el sol es distinto. En el Perú el invierno, con mucha neblina y nubes, es muy diferente. Veo a la gente y su humor, disfrutan la vida durante el invierno, cuando el clima no es ideal, así que espero volver y ver el verano.