El último fin de semana, Andrea Bocelli ofreció un sobrecogedor concierto en vivo, con motivo de la Pascua, desde el Duomo de Milán. El espectáculo de media hora incluyó piezas como el «Ave María» y el «Domini Deus». A continuación, repasamos la vida del tenor italiano que en medio de la crisis supo llevar paz a los corazones a través de su canto.
Por Redacción COSAS
Un mensaje esperanzador. Así fue el emotivo concierto que Andrea Bocelli ofreció el Domingo de Resurrección, desde la imponente catedral de Milán, esta vez completamente vacía debido a la emergencia sanitaria que azota al mundo a raíz del coronavirus. La plegaria musical tuvo una duración de media hora y se emitió en directo y por las redes sociales.
Antes de empezar el espectáculo, el tenor explicó que creía en «la fuerza de rezar juntos» y en la «Pascua como símbolo universal de renacimiento tanto para los creyentes como no creyentes en un momento en el que siente la necesidad».
Acompañado únicamente por el organista oficial del Duomo, Emanuele Carlo Vianelli, Bocelli interpretó cuatro piezas reconocidas de música sacra y el himno cristiano «Amazing Grace». Entre los temas seleccionados, destaca el «Ave María» del compositor francés Charles Gounod y el «Domini Deus» de la «Petite messe solennelle» de Gioachino Rossini.
El recital, titulado «Music for Hope», alcanzó más de 25 millones de visualizaciones en YouTube en menos de un día. Cabe señalar que este no es el único compromiso de Andre Bocelli en los próximos días. Así, el sábado 18 de abril participará en el concierto «One World: Together At Home» que organiza la cantante Lady Gaga, con el objetivo de financiar el fondo de respuesta solidaria de la Organización Mundial de la Salud.
Una historia ejemplar
Son muchos los cantantes que han narrado lo complicado que es llegar a la fama y poder vivir de su pasión: la música. No obstante, Andrea Bocelli es digno de admiración porque lo logró pese a tener un obstáculo adicional en el camino. Aquejado desde su nacimiento de un glaucoma congénito que le provocaba una ceguera parcial, el intérprete perdió completamente la vista a los 12 años. Un pelotazo en los ojos mientras jugaba fútbol en un internado de la provincia de Reggio Emilia, donde aprendía a leer en braille, desencadenó la tragedia.
Pero aquello no lo detuvo. Decidió que la pérdida de la visión no iba a destruir su carrera y salió adelante demostrando gran fuerza de voluntad y talento. Nunca se amilanó ante los comentarios de quienes trataban de convencerlo de que jamás llegaría a ser cantante lírico. «No creo que tengas el más mínimo talento para cantar ópera», le aseguró alguna vez un crítico musical. Con todo eso, el natural del pueblo toscano de Lajatico ha conseguido vender más de 80 millones de discos en las últimas dos décadas, cantar con estrellas como Bono, Céline Dion, Ed Sheeran y Marta Sánchez, y ser reconocido por el propio Luciano Pavarotti.
«Uno es lo que Dios quiere que seamos. Cada uno de nosotros nace con sus virtudes y sus faltas. Nada es casual en este mundo», afirma Bocelli, cuya fe católica siempre fue profunda y notoria. El tenor, que conectó con la música con apenas tres años en una clínica de Turín, fascinado por la ópera que estaba escuchando un paciente ruso en una habitación contigua a la suya, está convencido de que su pasión por el canto hubiera sido la misma si no hubiese sido ciego. Sencillamente, aseguró al diario «El País» en 2018, «habría sido todo menos penoso».
Primeros años y vida familiar
Si bien su obra artística ahora es mundialmente aclamada, menos conocido es el sendero que tuvo que recorrer desde joven. Entonces ofrecía pequeñas actuaciones en celebraciones familiares y bares, con lo que pagaba sus estudios de Derecho en la Universidad de Pisa. Además de compaginar las clases con las lecciones de canto que recibió del maestro y célebre tenor italiano Franco Corelli.
Aunque empezó a formarse en el mundo de la música a temprana edad, el éxito llegó tarde. No fue hasta 1992 que grabó su primera maqueta. Ese mismo año contrajo matrimonio con Enrica Cenzatti, a quien conoció en 1987 cuando tocaba el piano en bares. Fruto de aquella relación nacieron sus hijos Amos, en 1995, y Matteo, en 1997. Ambos han heredado de su padre su gusto por la música y por eso, el año pasado, Andrea los incluyó en su disco «Sí», su primera producción en catorce años, con material completamente inédito.
En su incesante deseo de volver a sus inicios, a aquellos tiempos en los que cantaba en bares, Bocelli le pidió a su hijo mayor que tocara el piano para las versiones acústicas de «Sono Qui» y «Ali de Libertà». Matteo, por su parte, prestó su voz a «Fall on Me», el sencillo más representativo del álbum.
«Técnicamente [nuestras voces] son muy diferentes, pero hay una cosa que las hace más similares: la actitud. Esa forma característica de expresarse a través de la voz», declaró Bocelli a Billboard. «Esto hace que Matteo y yo nos parezcamos mucho. Pero eso es algo que no se puede aprender, que no se puede enseñar. Eso es algo con lo que se nace».
El videoclip, que evidencia la estrecha relación entre los dos y que incluye conmovedoras fotos de Matteo y Amos de niños, se convirtió en todo un hit, con más de 50 millones de visitas en YouTube.
En 2002, Bocelli se divorció civilmente de Enrica, y obtuvo la nulidad matrimonial eclesiástica. Poco después conoció a Verónica Berti con quien contrajo matrimonio luego de doce años de relación, el 21 de marzo de 2014. La fecha elegida coincidió con el inicio de la primavera y el segundo cumpleaños de su hija Virginia, nacida en 2012. A la ceremonia, realizada en el Santuario de Montenero, en las colinas de la ciudad italiana de Livorno, no faltaron sus hijos mayores, quienes en todo momento se mostraron cariñosos con su progenitor.
En la actualidad, los esposos residen en Forte dei Marmi, y la ex esposa de Bocelli junto a sus dos hijos, viven en la residencia que anteriormente ocupó la pareja, situada en la misma comuna, en Versilia.
Un libro, una película y un accidente
En 2011, el artista lírico creó «Andrea Bocelli Foundation», una fundación cuyas acciones solidarias han sido motivo de múltiples reconocimientos en los últimos años. Una década atrás, publicó su libro autobiográfico «La música del silencio», el mismo que llegó a la gran pantalla de la manos del cineasta Michael Radford en 2018.
«Es inusual y difícil hacer un filme biográfico de una persona que todavía está viva. Lo normal es que vengan a reprocharte que las cosas no sucedieron como lo muestras en la película. Sin embargo, Andrea me dio total libertad para contar su historia. Fue de mucha ayuda», aseguró el realizador.
El filme retrata fielmente algunos de los pasajes más importantes de la vida de Bocelli, como el descubrimiento de su don y su empeño por llevar una vida normal. Cabe señalar que en ese afán el cantante encontró en los deportes acuáticos y la equitación otras de sus aficiones. Precisamente, esta última fue la razón por la que en setiembre de 2017 sus seguidores se llevaron el mayor de los sustos. El tenor tuvo que ser hospitalizado tras sufrir una caída y golpearse en la cabeza mientras montaba a caballo en su finca.
Horas después, envió un mensaje a sus fanáticos a través de sus redes sociales. «Sé que están preocupados por mí en este momento. Lo siento mucho. Deseo tranquilizarlos y decirles que estoy muy bien», expresó. Con una fortaleza envidiable a sus 61 años, el intérprete se repuso en tiempo récord y un año más tarde lo vimos cantando en la boda de la princesa Eugenie de York y Jack Brooksbank. Sin lugar a dudas, admirable.
Conducted by Carlo Bernini, @AndreaBocelli and the Royal Philharmonic Orchestra perform. #RoyalWedding pic.twitter.com/6V64H8r21O
— The Duke of York (@TheDukeOfYork) October 12, 2018