La comedia musical peruana Locos de Amor ya va por su séptima semana en cartelera y acumula alrededor de un millón 200 mil espectadores. Se ha convertido muy rápidamente en la cuarta película peruana más taquillera de la historia. Y el que todavía siga en 40 pantallas a nivel nacional parece indicar que su cifra crecerá aún más.
NOS HABÍAMOS AMADO TANTO
Este es un fenómeno sorpresivo, porque Locos de Amor tenía todo en su contra. Se trataba de un musical, género muy mal recibido comercialmente por estos lares, algo que causó cierto recelo de parte de los cines: se estrenó en alrededor de 150 pantallas, cuando –para que se hagan una idea– Asu Mare 2 había abierto en casi 400 pantallas. Y era una película sobre enamoramientos y desamores entre adultos, algo que limitaba su público: es bien sabido que nuestro país es uno de alto consumo familiar.
La fórmula del éxito: recurrir a baladas populares de antaño, a un director hábil con el manejo de actores como Frank Pérez-Garland, e incluir a figuras del peso cómico de Carlos Carlín o Gonzalo Torres, para aligerar la sensación de drama romántico.
Pero con eso no bastaba. Hay dos factores claves que ayudaron al fenómeno Locos de Amor: el boca a boca y el público que no suele ir al cine.
Y es que este musical empezó tibiamente, al menos para lo que nos tenía acostumbrado Tondero Films: lo fueron a ver 176 787 espectadores en su primer fin de semana, cuando A los 40 llevó a 464 579 en el mismo plazo y Asu Mare 2 convocó a 824 468.
Para que se hagan una idea del singular caso de éxito, Locos de Amor va a salir de cartelera con una cifra muy parecida a la de A los 40, que sumó un millón 686 mil espectadores en 9 semanas: claro que esta se estrenó con casi tres veces más espectadores y se desinfló a un ritmo más acelerado. Esto evidencia que Locos de Amor ha conseguido un boca a boca extremadamente positivo, algo evidenciado en las redes sociales.
Pero también hay que hablar de ese «público que no suele ir al cine», ese demográfico potencial: el de un público más adulto (incluye al adulto mayor) que muy rara vez se acerca a los complejos de cine.
Este público «dormido» ya había despertado antes con ese suceso llamado Viejos Amigos, que en el 2014 llevó a 460 953 espectadores, aguantando en cartelera por largas 11 semanas (¡casi tres meses!). Aquella comedia apelaba a la nostalgia y la ternura de forma efectiva, algo que se repite en Locos de Amor.
EL MITO DEL ‘CHORREO’
Sin embargo, creer que Tondero Films, o cualquier otra productora que produce cine comercial en nuestro país desde que Asu Mare abriera la puerta grande en el 2013, tiene la fórmula del éxito en sus manos es exagerado: sino tomemos en cuenta el caso de Lusers el año pasado, coproducción millonaria entre Perú, Argentina y Chile que, si bien consiguió unos bastante buenos 760 650 mil espectadores, está lejos de las exorbitantes cifras a las que ‘Cachín’ ya había acostumbrado a la productora.
Más turbia es la situación si hablamos de películas ‘no comerciales’, aquellas que se escapan del molde de la comedia o el terror.
A fines del 2013, Tondero Films anunciaba un paquete presentado a la inversión privada que incluía los estrenos de A los 40, El elefante desaparecido, Magallanes y Solos para el 2014. Sólo las dos primeras llegaron a la fecha. Magallanes necesitó del apoyo del Festival de San Sebastián para completarse y se estrenó en el 2015, mientras que Solos acaba de recibir el apoyo del Ministerio de Cultura para distribuirse alternativamente este año.
Ese supuesto ‘chorreo’ del cine comercial a un cine alternativo ha demostrado ser falso. La misma Tondero Films solo tiene bajo la manga dos estrenos comerciales para lo que queda del año: Guerrero, que llega en diciembre, y Siete Semillas, adaptación del best-seller de David Fischman, co-producida con la empresa Cinecorp (El Vientre, No Estamos Solos), que se estrena en octubre.
Y el apoyo del Estado sigue siendo fundamental para ese cine ‘alternativo’, sobre todo para llegar a salas comerciales, la cual sigue siendo la tarea más difícil para las producciones nacionales por ser un proceso demasiado costoso. De las películas que tienen estreno confirmado para los próximos meses, solo El Soñador de Adrián Saba (1 de setiembre) se escapa del molde comercial y va a estrenarse con inversión propia. Pero películas como Solos (4 de agosto), Rosa Chumbe (6 de octubre) y La Hora Azul (13 de octubre) tuvieron que esperar el apoyo del Ministerio de Cultura para poder negociar con los cines. Videofilia (y Otros Síndromes Virales), aún con el mismo apoyo gubernamental, no encuentra lugar donde estrenarse hasta el momento.
La situación del ‘cine peruano’ sigue siendo inestable: sucesos comerciales muy eventuales (no hay que equivocarse y pensar que a todas las comedias y cintas de terror les va bien), frente a un cine ‘alternativo’ que lucha por encontrar un espacio en cartelera. Es una lástima que el Ministerio de Cultura básicamente se dedique a repartir presupuestos, cuando su labor debería ser más enérgica en el fomento del consumo de la producción nacional, así como en la búsqueda de la formalización de los tratos con las distribuidoras y cines, muchos de los cuales aún funcionan con tratos verbales. Asimismo debería encargarse de reforzar espacios alternativos de exhibición de ese ‘otro cine’, tal como sucede en muchas otras ciudades del continente.
Es saludable que se hagan más películas, de las comerciales y las de autor, ya que sólo produciendo más se generarán mejores productos, de todo tipo. Pero lo urgente es que todos los filmes tengan las mismas oportunidades de exhibición y que puedan cumplir sus ciclos bajo las mismas reglas del juego.