Gracias a sus acciones, primero en su serie Ellen –en la que anunció que su personaje era gay– y luego en la vida real, cuando ratificó su inclinación sexual, DeGeneres abrió la puerta para que muchos colegas en Hollywood siguieran su ejemplo de valentía y autenticidad. Desde entonces, continúa marcando la pauta con su taquillero talk show.
Nació en Nueva Orleans el 26 de enero de 1958. Sus padres, Betty y Elliott, se divorciaron en 1974. Ellen continuó viviendo con su madre, y su hermano mayor, Vance, partió a Atlanta a vivir con su padre. Al poco tiempo, Betty se volvió a casar, luego enfermó de cáncer y, por si fuera poco, su nuevo marido abusó sexualmente de Ellen. La actriz nunca se lo contó a su madre hasta que “B” –seudónimo que ambas usan para el padrastro de Ellen, pues se niegan a dar su nombre– falleciera en 1981. En cuanto se graduó del colegio, Ellen abandonó su hogar y trató de alejarse lo más posible de la tóxica situación familiar que enfrentaba.
Abriéndose camino como stand-up comic, filmando varias películas y conduciendo su propio show de televisión, Ellen DeGeneres logró subir poco a poco en el escalafón del éxito y consiguió ser nominada en varias oportunidades a los Premios Emmy. Por si fuera poco, fue nombrada una de las mujeres más poderosas del mundo por la revista “Forbes”, ha sido imagen de Cover Girl y American Express, tiene su propia empresa de música, Eleveneleven, y uno de sus hobbies es comprar mansiones, renovarlas, decorarlas y venderlas. Próximamente, será productora de un programa de televisión basado en competencias relacionadas con el diseño de muebles.
BUSCANDO A ELLEN
En esta película, Dory se encuentra a sí misma. ¿Cuándo lo hiciste tú?
Hace muy poco. De hecho, creo que aún me estoy encontrando, y estoy muy segura de que, a medida que envejezca, iré descubriendo más partes de mí misma. Siempre estamos evolucionando: seguir igual sería muy aburrido. Pero, al igual que Dory, he tenido un viaje muy interesante y, como ella, continúo nadando (risas). En cuanto a este filme, me encanta que Dory logre empoderarse gracias a su limitación en lugar de acomplejarse por no poder recordar las cosas.
¿El mensaje es que está bien ser diferente?
Exacto, que debes seguir nadando pase lo que te pase y saber que siempre existen otros caminos. Si te fijas en los otros personajes, encontrarás la misma idea: mientras que Nemo tiene una aleta corta, Marlin es temeroso, una de las ballenas no ubica su eco y la otra no ve; y, además, hay un pulpo al que le falta un tentáculo. El mensaje es que todos tenemos “fallas”, y eso está bien.
La frase que se repite en la película es: “¿Qué hará Dory?”. Ahora te pregunto: ¿Qué hará Ellen?
Durante mi niñez no tuve un guía ni un líder, y creo que justamente por eso estoy donde estoy hoy en día. Creo que encontré mi propio camino. Hice mucha introspección, medité acerca de quién soy y quién quiero ser; aprendí muchas lecciones de una manera dura, pero creo que es una excelente forma de hacerlo.
¿Y ahora a quién le pedirás consejos?
A Portia, pero probablemente después haría lo opuesto (risas).
Hace trece años interpretaste la voz de Dory. ¿Te costó volver a hacerlo?
En primer lugar, me pareció increíble que se hiciera otra película. Aunque en mi show siempre demandaba una segunda parte, porque seguía pensando que la historia de Nemo tenía que continuar, después de cinco años me di por vencida. Cuando finalmente me llamaron, lo que más me sorprendió fue que esta vez se trataba del viaje de Dory, conmigo como protagonista. Por suerte, cuando regresé al estudio, no me costó reencontrar su voz: ¡volvió a mí inmediatamente!
Ya sea personificando a Dory o como conductora de talk show, tienes mucha llegada con los niños. ¿Cómo lo explicas?
Puedo hablar de ello, pero no podría explicártelo. Creo que los más jóvenes entre mi público son niños de entre 11 y 12 años, pero, cuando hago alguna aparición en público, veo a pequeños incluso menores gritando de felicidad cuando me ven. Mi audiencia fluctúa de niños a abuelitas de 90 años, quienes ven mi programa fielmente todos los días. Creo que soy muy honrada, y el público responde positivamente ante eso, ante la autenticidad. Y, en cuanto a los niños, soy muy inmadura, me fascina jugar y creo que no deberíamos dejar de hacerlo nunca. Tengo 58 y aún me gusta jugar. Eso es lo que los niños notan.
Por Yenny Nun
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