Milagros Saenz González es Lic. en Sociología por la PUCP, MBA en Tuck School of Business y madre de tres estudiantes de primaria que necesitan regresar a clases presenciales como todos los niños del Perú. Además, actualmente es vocera oficial y fundadora del colectivo ‘Volvamos a Clases Perú’.
Por Diana Montalvo
¿Cómo nace el colectivo ‘Volvamos a clases Perú’?
Nace de manera espontánea mediante redes sociales en abril de 2021. Fue a raíz de que nos dimos cuenta que el anunciado retorno a clases, que se supone que sería en marzo, no estaba dándose.
¿En qué consiste el colectivo ‘Volvamos a clases Perú’?
El objetivo del colectivo ‘Volvamos a clases Perú’ es el retorno a clases presenciales para los estudiantes del país a la brevedad posible. Asimismo, queremos garantizar la calidad educativa de todos los estudiantes del Perú.
¿Cuáles cree que son las desventajas de las clases virtuales?
Muchísimas. Empezando por la pérdida del aprendizaje académico y la salud mental. Cuando comenzamos, 1 de cada 10 niños tenía algún tema relacionado a la salud mental. Hoy por hoy, 50% de los niños y adolescentes tienen algún problema de salud mental, estos son datos del Minsa (Ministerio de Salud). Por otro lado, la pérdida es enorme en cuanto a los aprendizajes académicos ya que no son los mismos de antes.
¿Es importante que niños y niñas experimenten las clases presenciales?
Es vital. La educación virtual funcionó como un paliativo por un momento. Pasado este tiempo ya no hay excusa para continuar con las clases virtuales. Las clases tienen que ser presenciales. El aprendizaje es una experiencia integral, una pantalla no va a reemplazar a una escuela o a un maestro. Para aprender uno tiene que conectar con las emociones físicas, el tacto, el oído.
¿Qué han perdido los niños y niñas durante estos dos años de educación remota?
Las pérdidas son enormes. Estamos enfrentándonos a una generación que va a tener grandes trabas y desafíos en el futuro. Mientras más tiempo pasen encerrados, más grandes serán estos problemas. Esto no se trata de diferenciar a las escuelas privadas de las públicas. No porque en las privadas ya empezaron con clases semipresenciales están mejor. Ningún estudiante del Perú está bien. Esto lo dice la Unicef, el Banco Mundial, la Unesco. Dos años de clases virtuales han condenado a esta generación a enfrentar el mundo moderno con menos habilidades de las que requieren, incluso menos de las que sus padres tienen. Eso es una tragedia, por donde lo mires.
¿Se podrá recuperar?
Hay un estudio de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que calcula que para Latinoamérica, los países que han estado cerrados como Perú, les tomaría once años recuperarse. Ya no solo dejan de aprender, sino que empiezan a desaprender. Esto porque empiezan a perder las habilidades al no utilizarlas. Estas pérdidas se dan sobre todo en las zonas más vulnerables, donde precisamente este gobierno dice que quiere reivindicarse y cerrar la brecha, pero al no apoyarlos, esta se agranda.
¿Cuál es el impacto del no retorno a clases?
Creo que ha sido un reto muy duro para los maestros. Hay muchos que realmente han hecho honor a la vocación docente, que realmente es admirable. Algunos han dado horas extras, incluso han buscado a los alumnos cuando no se conectan a clase y quieren saber qué ha pasado, qué está pasando en casa. A estas alturas es absurdo oponerse al retorno, no hay ningún motivo. Ya no es un tema de salud pública, hay evidencia que muestra que eso no es. Desde nuestro punto de vista, la educación ha sido secuestrada y es momento de que nos la devuelvan.
¿Considera que somos un país lo suficientemente responsable como para no propagar el COVID-19 en los salones de clase?
Por supuesto. Esa mirada condescendiente de que los niños o que el país no puede cuidarse, no tiene ningún argumento. Todo está abierto y las cifras siguen manteniéndose bajas. Este es un país que ha privilegiado la apertura de casinos y discotecas, pero no la apertura de escuelas. Siempre habrá gente irresponsable, pero de que hay capacidad para cuidarse, claro que la hay. Los adultos podemos ir al gimnasio, al casino, al bar, al restaurante, ¿y no podemos llevar a nuestros hijos a la escuela? No tiene ningún sentido.
¿Las clases híbridas son una solución para estos problemas o solo algo momentáneo?
Es algo momentáneo, el sistema híbrido no debe ser un sistema permanente. Para todos es mucho más fácil la presencialidad. Obviamente, esta no va a ser igual que como era en la vida pre pandemia. La presencialidad tiene que adecuarse a la nueva realidad, pero eso no significa que no se deba dar. Pueden ir menos horas, llevar las clases en el patio del colegio o tener más horarios disponibles para asistir a la escuela.
¿Confía en volver a clases presenciales en el 2022?
Confío en que el país tiene la capacidad para hacerlo. Confío en que hacerlo no subirá el nivel de contagios, también confío en que nos va a traer más beneficios como sociedad que perjuicios. Sin embargo, no confío en que nuestras autoridades hagan su máximo esfuerzo para lograrlo. Es lamentable que un Gobierno liderado por un maestro no piense en la educación primero y no tenga claro que el centro de esta es el estudiante.
¿Hay algo más que le gustaría agregar sobre el regreso presencial a clases?
Sí. Me gustaría agregar que en estos momentos la evidencia científica y la experiencia mundial nos demuestra que las escuelas son sitios muy seguros cuando cumples los protocolos de bioseguridad. El regresar a clases presenciales es seguro y saludable, perdemos más con las escuelas cerradas que con las escuelas abiertas. Oponerse a esto es cruel y dañino para todo el país. El Gobierno tiene que velar por el interés superior del niño, para tener una educación de calidad. Lo demás es secundario.
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