Vito Rodríguez Rodríguez, infatigable empresario arequipeño con múltiples intereses en el crecimiento económico responsable de nuestro país, nos deja su ejemplo de vida.
Por Elizabeth Dulanto de Miró Quesada
Todo lo que en su momento no había por qué decírtelo, hoy lo hago con esa mezcla de profunda tristeza y emoción de saber que tuvimos en el Perú a un gran hombre que nos representaba como peruano de valía, no solo por su éxito en los negocios, por los que trabajó infatigablemente, sino también por su profundo amor a su familia, que para él lo era todo.
Como persona, tenía una inmensa responsabilidad social para con el pueblo peruano, y todo el esfuerzo de sus diversas empresas estaba orientado a servir a su país, dando trabajo y procurando su crecimiento económico. Su familia es parte de su esfuerzo, ellos le procuraron todo el apoyo y comprensión necesarios para que pudiera cumplir su encomiable labor.
Gloria lleva los colores rojo y blanco de nuestra bandera. Bandera que hizo flamear en diversos países del exterior, a donde llevó consigo su prestigiosa marca. Por esas cosas del destino, él pudo partir sabiendo que, en el 80 aniversario de Gloria, fue elegida la número uno, como la marca más recordada del país. ¡Gracias, Vito, en nombre de las familias del Perú!
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