Tamara Falcó e Íñigo Onieva reunieron a más de 20 personas de su círculo más íntimo para celebrar la pedida de mano.
Por Walter Chunga
Este ocho de julio, la socialité Tamara Falcó y el empresario Íñigo Onieva unirán sus vidas en matrimonio. Como manda la tradición, la pareja celebró una pedida de mano formal en la casa de la madre de Tamara, Isabel Preysler, en Puerta de Hierro, a las afueras de Madrid.
Este sábado 22, un grupo de 26 personas se reunieron para acompañar a la pareja en este importante paso previo a la boda. Como informó la revista ¡Hola!, la residencia estuvo decorada para la ocasión con rosas, lirios blancos y hortensias.
La marquesa de Griñón estuvo acompañada de Isabel Preysler en todo momento. Además, estuvieron presentes su hermana Ana Boyer y su pareja Fernando Verdasco junto a sus dos hijos. También estuvo su hermano mayor, Manuel Falcó, quien será padrino el día de la boda de Tamara con Íñigo. Manuel asistió con su esposa Amparo Corsini. Las hermanas Xandra Falcó y Aldara Falcó también acompañaron a la socialité en la pedida de mano.
Por parte de Íñigo, su familia más cercana lo acompañó; su madre, la empresaria Carolina Molas, y su padre, Íñigo Onieva, directivo de un grupo hotelero, eran los más entusiastas. Además, los hermanos de Onieva, la actriz Alejandra Onieva, Jaime y el pequeño Guillermo, asistieron a la pedida de mano. Entre los Onieva también se encontraba la familia de Mark Fenwick, tío político y arquitecto de algunos estadios del reciente Mundial de Fútbol de Catar 2022.
Los invitados degustaron de un exquisito menú que la propia Tamara Falcó aprobó. Uno de los momentos más especiales fue cuando la pareja intercambió regalos. La chef le obsequió a su prometido un exclusivo reloj de la marca Patek Philippe, mientras que Íñigo le correspondió con una joya única: una pulsera elaborada por el diseñador José G. Onieva, tío del empresario.
Poco después, el padre de Íñigo Onieva y Manuel Falcó fueron muy emotivos al dar dos sentidos discursos. El empresario sorprendió al dedicarle unas bonitas palabras a su futura suegra, Isabel Preysler.
Luego de la cena, algunos amigos de los novios se sumaron a la celebración. El grupo disfrutó de música en vivo, que se prolongó hasta bien entrada la noche. Al día siguiente, la casa de Isabel Preysler acogió otra celebración: el 34 cumpleaños de Ana Boyer.
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