La terraza de madera sostenible del estudio Vicca verde se llevó el premio al mejor proyecto arquitectónico de CASACOR 2023 Mateo Peschiera, líder del proyecto, explica a “CASAS” las motivaciones para desarrollar esta propuesta y su intención de llamar a la reflexión.
Por Edmir Espinoza Ilustración Elmer Yarmas Fotos Renzo Rebagliati
Este es un espacio peculiar. No se trata de un ambiente cerrado que emula un entorno glamoroso o cotidiano, como los demás espacios de CASACOR, pero tampoco es un mero paisaje intervenido al aire libre. Se trata, en cambio, de un lugar de tránsito que pretende resguardar al visitante sin que este deje de sentirse en medio de un ecosistema rodeado de vegetación amazónica.
Ahora bien, la terraza de Vicca Verde es también un espacio de sosiego y reflexión sobre la manera en que estamos construyendo las infraestructuras del mañana. Para Mateo Peschiera, arquitecto líder y responsable de la Terraza de Madera Sostenible, la convocatoria del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) para diseñar y desarrollar un espacio exterior en la feria de diseño y arquitectura más importante del medio local fue, más que una sorpresa, un gran desafío que implicaba repensar la arquitectura sostenible a partir del uso de madera.
“La propuesta nos pareció superinteresante, sobre todo porque requería aprender la manera en que se puede tratar de forma sostenible la madera en la construcción. Y eso nos resonaba muchísimo, porque desde Vicca Verde siempre estamos buscando formas más sostenibles de trabajar. Hemos utilizado bambú, listones de huayruro y otros tipos de madera con el objetivo de seguir innovando y descubriendo nuevos materiales”, comenta Peschiera, quien confiesa que intentar desarrollar proyectos sostenibles puede ser sumamente frustrante. “Siempre se generan impactos. Sea por los materiales o por el transporte de estos, es muy difícil pretender ser cien por ciento sostenibles. Pero el reto está en intentarlo y seguir buscando nuevas maneras de construir”.
Este espacio diseñado por Vicca Verde fue presentado por Serfor gracias al apoyo de USAID/PERU Pro-Bosques, y su propósito como área de exhibición, más allá de la estética y del componente netamente de diseño, fue mostrarse como un entorno educativo que incentive el respeto al ambiente y promueva el conocimiento de las diferentes variedades de madera en el Perú.
La madera como raíz de todo
La terraza de Vicca Verde exhibe cuarenta especies de madera amazónica del Perú. De esta manera, busca resaltar la importancia de realizar compras responsables de productos madereros provenientes de fuentes legales bien gestionadas y certificadas. Es así que este espacio utilizó maderas certificadas por FSC Perú, organización que promueve una gestión forestal sostenible que se lleve a cabo de forma económicamente viable, socialmente beneficiosa y ambientalmente responsable, de acuerdo con normas establecidas. Con ello, la exhibición de Vicca Verde buscó convertirse en una propuesta orgánica, reusable, renovable, reciclable y, por supuesto, respetuosa del medio ambiente.
Peschiera cuenta que para el proyecto se utilizaron tres especies de madera distintas (shihuahuaco ishpingo y mashonaste), con el propósito de mostrar las posibilidades de estos materiales. Pero el arquitecto refiere que fueron más allá del solo uso de madera certificada en su idea de crear un espacio sostenible “Algo interesante fue que, incluso los elementos estructurales, como vigas inmensas de seis metros, fueron elaborados con listones pequeños pegados entre sí. Ningún listón tenía más de un metro. Y ello de alguna manera es una invitación a que otros arquitectos exploren formas de utilizar y reutilizar materiales de formatos pequeños para la creación de grandes estructuras”, explica Peschiera, quien cree que un factor clave del proyecto fue evitar el uso de grandes troncos y, en cambio, trabajar con elementos que normalmente se hubiesen desechado en el bosque.
Otro factor esencial en la idea fue lograr que la estructura no fuera un elemento efímero y descartable. Para ello, se coordinó que, una vez culminada la feria, esta fuera trasladada a un parque en el distrito de Barranco, donde podrá ser apreciada por miles de visitantes de forma permanente. Por otra parte, la terraza debía ser claramente un espacio de exhibición donde los visitantes pudieran apreciar, tocar y admirar la gran diversidad de especies de madera del país. Por ello, cada especie fue exhibida en un pequeño nicho iluminado, acompañada por una infografía con la explicación de su origen, usos y familia.
Peschiera explica que la terraza debía ser un espacio de transición. “Lo que hicimos fue vincular el espacio con el entorno, que contaba con árboles muy imponentes. Además, el jardín donde estaba el espacio tenía una gran palmera en el centro. Y después había un círculo gigante al costado. Aprovechamos la diagonal que hay en la circulación del espacio y los claros en los árboles para ponernos en una sombra donde caía el sol. La idea era armar este espacio de sol y sombra para generar la experiencia de un espacio más protegido, pero con un juego de sombras para generar esa atmósfera especial del lugar”, comenta el arquitecto, quien destaca el paisajismo de Pablo Lucho Herrero, quien se encargó que crear un jardín natural amazónico en el sitio.
“Todos estos elementos hicieron de la terraza una suerte de maloca en la mitad del bosque. Un espacio exterior, pero que, al mismo tiempo, te resguarda. Un lugar intermedio que debía servir como un espacio virtual que te genere diversas emociones a partir de los juegos de luces, de manera que se vayan despertando un poco los sentidos”, explica.
Para Mateo Peschiera, la Terraza de Madera Sostenible ha sido mucho más que otro proyecto. Ha calado en su manera de ver la arquitectura y la sostenibilidad en la construcción. “Para mí, ha sido un viaje de emociones superinteresante. Porque no solo se trata de diseñar un espacio lindo, sino que está el tema de poder trabajar con elementos estructurales grandes hechos de piezas más chicas, que evoca la reutilización y recuperación de materiales. Ha sido también una maravilla tener las cuarenta especies de madera en la mano. Las hemos pesado, tocado y medido, porque si bien en el estudio trabajamos con diversos tipos de madera, claramente no conocía esta cantidad de especies”, comenta el socio de Vicca Verde, quien resalta cómo esta experiencia ha ayudado en su crecimiento profesional.
“Personalmente, poder trabajar con estos elementos de piezas marchitas me parece interesante, porque te hace ver que el cielo es el límite. Se trata de ser creativo e innovar en la forma en que se aprovecha al máximo un tronco o tablitas de madera dispersas”.
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