En Hell or High Water, Chris Pine interpreta un personaje muy diferente de los que había encarnado anteriormente: aparece como un joven decidido a vengarse por el daño que un banco corrupto le hace a sus padres. Lo acompañan en el reparto Ben Foster, intepretando a su hermano, y Jeff Bridges, como el sheriff de la ciudad. Es una película violenta y dramática que ha sido descrita por la crítica como “un nuevo clásico del western”. Conversamos con el actor un día después de su estreno, que tuvo una increíble recepción, incluida una ovación de pie.
¿Por qué te interesó filmar “Hell or High Water”?
Primero, porque me encantó el guion. No es el tipo de libreto que reciba a menudo. Me emocionó Toby Howard, mi personaje, una especie de cowboy-poeta. Generalmente, mis personajes son muy activos, articulados y encantadores. Muy distintos de Toby, que es callado, taciturno y está lidiando con mucha vergüenza interna. Proyecta una masculinidad muy visual: es el tipo parado contra un porche, mirando al horizonte sin decir nada. Esa fue la imagen que se me quedó grabada desde un principio, la de un verdadero arquetipo. Cuando terminé de leer el guion, supe enseguida que quería interpretarlo.
En la película, tu personaje y su hermano no actúan con mucha ética…
No lo pensé. No me gusta juzgar a mis personajes. El guion tiene muchos niveles de lectura, pero me encantan las películas de chicos malos, el lenguaje que usan, y eso fue lo que me atrajo. Respecto a la parte moral, cada uno debe decidir qué piensa acerca de los robos a los bancos; yo no haré un comentario al respecto. Pero en el fondo, si nos sacamos la ropa, todos somos animales. Y si nos colocan en la selva, tendremos que comer, encontrar un arma, matar, conseguir agua y un lugar donde vivir, además de tener sexo para procrear. Me gusta la idea de este hombre transformado en un animal encerrado que hace lo que sea necesario para salir de su jaula. No le importa lo que diga la gente, a excepción de su hijo. Es algo muy visceral.
Este filme deja muy mal a los bancos…
Siempre existirá la codicia. Siempre algunos sufrirán por el interés de otros de ganar dinero, y no creo que nuestro pequeño filme cambie esa realidad. Si alguien lo ve y cambia de actitud me parece muy bien, pero todos sabemos que los bancos son codiciosos y malvados. Soy un actor con dinero y me considero bendecido por eso. Pero crecí en una familia que cayó en la bancarrota. Sé lo que son las llamadas del Servicio de Impuestos Internos, así que no me gustaría volver jamás a esa situación. Es horrible lo que provoca en las relaciones y en la familia.
Esta es una cinta con mucha violencia. ¿Eso te resultó difícil de manejar?
No crecí en una familia violenta. Mi padre es el ser humano más gentil que conozco. Crecí en un ambiente hippie, liberal, abierto; en una comunidad progresista. Muchos de mis amigos pueden ser violentos, yo soy el que les dice: “No vale la pena. ¿Realmente quieres pelear con ese tipo porque miró a tu novia?”. No lo entiendo. Prefiero bailar, hacer el amor y escuchar jazz.
Entonces, ¿eres muy calmado?
Que no sea violento no significa que no sea capaz de enojarme. Tengo mi temperamento.
¿Qué te enoja?
¿Eres mi terapeuta? La verdad es que vengo de una familia muy unida, me gusta la música, leer, la comida italiana, el cine… hay muy pocas cosas que me enojen.
¿Te consideras ambicioso?
Crecí en una familia en la que debíamos ir al colegio y ser buenos niños. No me metí en líos, no tomé drogas y era obediente. La palabra “ambición” me parece algo aterradora, pero reconozco que soy ambicioso. Estaba en Italia filmando La mujer maravilla y conocí a un mesero en el hotel que trabajaba seis meses y los otros seis los dedicaba a vacaciones, a jugar al fútbol, a pasarlo bien, a ser totalmente feliz. Pensé que debía aprender de él. Tenemos un tiempo limitado en este planeta y debemos disfrutarlo. “Ambición” es una palabra muy estadounidense: significa que te levantas a las cuatro de la mañana a hacer ejercicio, trabajas diecisiete horas y duermes tres. Aparte del dinero, ¿qué tiene de bueno eso?
¿Cuándo supiste que querías ser actor?
Si tu mamá o tu papá son médicos o abogados, hablarán de sus carreras en familia. En mi caso, mis padres y mi abuela fueron actores, por lo que las conversaciones en la mesa siempre giraban sobre alguna película que habíamos visto o del papel que alguno de ellos estaba interpretando. Yo fui a clases de actuación desde los 6 años y continué estudiando arte dramático después. Nunca me vi haciendo nada más, pero eso no quiere decir que no me haya preguntado cuánto durará esto o si soy o no un buen actor. Muchas veces me siento como un perrito nadando para salvar su vida.
Por Yenny Nun
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