Art Basel, la prestigiosa feria de arte celebrada en Basilea, Suiza, concluyó este domingo con un claro mensaje de resiliencia frente a los desafíos actuales del mercado del arte. A pesar de preocupaciones por una leve desaceleración tras la pandemia y un contexto global turbulento, las cifras y declaraciones de los participantes subrayan la fortaleza del sector.
Por Redacción COSAS
Con 285 galerías de 40 países y una diversa asistencia de coleccionistas, artistas y curadores, Art Basel se erige como el barómetro definitivo del arte contemporáneo. Maike Cruse, la nueva directora de la feria, enfatizó la continuidad del crecimiento del mercado, contrarrestando el leve descenso del 4% en las ventas de 2023. Desde su perspectiva, las cifras aún superan las de 2019, negando cualquier indicio de declive inminente.
Los grandes nombres del arte mundial no decepcionaron. Galerías como David Zwirner y Hauser & Wirth reportaron ventas millonarias en los primeros días: desde una pintura de Joan Mitchell por 20 millones de dólares hasta obras de Gerhard Richter y Yayoi Kusama. La competencia fue igualmente robusta con transacciones destacadas como una pintura de Georgia O’Keefe por 13,5 millones de dólares y una obra de Philip Guston por 10 millones.
A pesar de las tensiones geopolíticas y económicas, los coleccionistas demostraron un interés constante por la calidad y la historia del arte. Kamel Mennour, galerista parisino, señaló que «comprar arte es un refugio» en tiempos inciertos, subrayando la resistencia del mercado ante la volatilidad global.
La presencia española en la feria, aunque limitada, también dejó su huella con galerías como Mayoral presentando lo mejor del arte español del siglo XX, incluyendo obras de Miró y Tàpies. Jordi Mayoral destacó la importancia de la calidad en tiempos desafiantes, mientras que galerías como Travesía Cuatro mostraron optimismo moderado sobre la estabilidad del mercado.
En contraste con las obras que abordaban la actualidad turbulenta, como las de Miriam Cahn y Henry Taylor, Art Basel también se distinguió por su compromiso con el arte ecológico. Un campo de trigo sembrado en los exteriores de la feria, evocando el proyecto de Agnes Denes en Nueva York, ofreció una metáfora visual de la renovación y la conexión con la naturaleza en un mundo cambiante.
No cabe duda de que Art Basel 2024 no solo demostró la fortaleza del mercado del arte frente a desafíos globales, sino que también reafirmó su papel como un faro de creatividad y reflexión en tiempos inciertos. Con ventas sobresalientes y una presencia global diversa, la feria continúa siendo un punto de encuentro vital para el arte contemporáneo en todo el mundo.
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