Nuestra Lima, más conocida como la “Ciudad de los Reyes”, es un lugar donde la historia y la modernidad se han ido mezclando en medio de su desorden y crecimiento caótico.

Por: Luis Martín Alzamora

Entre sus calles y avenidas, las tabernas limeñas se erigen como bastiones de tradición, cultura y gastronomía. Estos lugares no solo son puntos de encuentro social, sino también guardianes de recetas y costumbres que han perdurado a través del tiempo. Estos establecimientos han sido testigos de la evolución de Lima y han mantenido vivas tradiciones culinarias que son parte fundamental de la identidad peruana. Cada taberna tiene su propia historia, sus propios personajes y sus propios platos que contar. Desde el puerto del Callao hasta los barrios bohemios de Barranco, cada una ofrece una experiencia única y auténtica. Te invitamos a visitar estas tabernas y a sumergirte en su rica historia y descubrir su deliciosa propuesta.

Bar Rovira del Callao

Ubicado en el puerto del Callao, el Rovira es una joya escondida con más de un siglo de historia. Fundado en 1907 por Miguel Rovira, de origen catalan, a lo largo de sus casi 120 años, este bar ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos y ha mantenido su misma esencia. Rovira es famoso por sus platos chalacos tradicionales, siendo el pan con pejerrey uno de sus más emblematicos, el clasico caldo de choros en taza. Su ambiente acogedor invita a los comensales a disfrutar de una buena conversación mientras saborean un pisco sour o una cerveza bien fría. La tradición marinera del Callao se respira en cada rincón de este emblemático bar.

El Bar Cordano del Centro de Lima

En el centro historicode Lima, el Bar Cordano es una de las tabernas más icónicas de Lima. Fundado en 1905 por los ciudadanos italianos Vigilio Botano y los hermanos Luis y Antonio Cordano, este lugar ha sido un punto de encuentro para políticos, artistas y queda en sus paredes fotos de algunas de estas visitas ilustres. Tanto asi que en la decada de los ochentas, este bar fue declarado Patrimonio Cultural de la Nacion. El Cordano es conocido por sus sánguches de jamón del país, chicharron y su famosisimo tacu tacu, entre otros, platos que han mantenido sus recetas originales a lo largo de los años. Con su mobiliario de madera y sus fotografías antiguas, el ambiente de la taberna transporta a los visitantes a una Lima de antaño, llena de historia y encanto.

Antigua Taberna Queirolo en Pueblo Libre

En el tradicional barrio de Pueblo Libre se encuentra la Antigua Taberna Queirolo, un maravilloso lugar con más de 140 años de historia. Fundada en 1880 por Don Santiago Queirolo, esta taberna es famosa por sus piscos, que ademas son de producción propia y sus tradicionales platos limeños, como la butifarra, que es considerada una de las mejores de la ciudad y su caucau, que mantiene la misma receta desde hace más de 100 años. El Queirolo es un lugar de encuentro para los amantes de la buena mesa y del pisco, y su atmósfera cálida y familiar invita a largas tertulias acompañadas de un buen trago. Con su decoración tradicional y un ambiente muy acogedor, la Antigua Taberna Queirolo es un testimonio vivo de la rica historia y tradición limeña.

La Botica en San Isidro

La Botica, situada en el moderno distrito de San Isidro, es una taberna que, aunque bastante más joven que las mencionadas anteriormente, ha sabido ganarse un lugar en el corazón de los limeños. Fundada en 2011, La Botica es conocida por su ambiente bohemio y su variada oferta gastronómica. Entre sus platos más representativos podemos encontrar la papa rellena, los boquerones de pejerrey y su roco relleno en su propia version, relleno de un guiso de frejoles que vuelve loco a quien lo prueba. Todo acompañado de un clasico chilcano de pisco o una siempre bien fria cerveza. La Botica es una parada obligatoria para aquellos que buscan probar buena comida clasica limeña sin tener que ir muy lejos, ya que la centrica ubicación los favorece mucho.

Juanito de Barranco

En el pintoresco y bohemio distrito de Barranco, frente a la plaza, encontramos a Juanito, una taberna con más de 80 años de historia. Fundado en 1937 por Juan Casusol. Este lugar se ha convertido en un símbolo de la vida nocturna barranquina. Juanito es conocido por sus sánguches de jamón del país o del norte. El ambiente es casual y acogedor, con mesas muchas veces compartidas y una decoración que refleja la historia del lugar y el espíritu del barrio. Las noches en Juanito están llenas de música, risas y buena compañía, haciendo de cada visita una noche para recordar.

Isolina en Barranco

Tambien situada en Barranco, es una de las tabernas más recientes pero con una propuesta que rescata lo mejor de la cocina criolla tradicional. Fundada por el chef José del Castillo en 2015, Isolina ha ganado rápidamente popularidad en el publico por sus platos generosos y sabor muy casero. Entre sus especialidades destacan el tacu tacu, el asado de tira y los frijoles con seco. La propuesta de Isolina es un homenaje a las recetas familiares y a la cocina de las abuelas, lo que la convierte en un lugar entrañable y auténtico. Su ambiente rústico y acogedor, junto con su excelente servicio, hacen de Isolina un destino imperdible para los amantes de la buena comida.

Bar Piselli de Barranco

Piselli, fundado en 1915 por Angello Piselli, es una de las tabernas más antiguas de Lima. Situado en una antigua casona de Barranco, este lugar ha conservado su encanto tradicional con una decoración que incluye fotografías históricas y todo el mobiliario de época. Entrar es un viaje al pasado, Piselli es famoso por su fantastico musciame de pato el jamón del país, y por sus refrescantes pisco sours. La taberna es uno de los bares más concurridos de barranco y en tantos años ha sido testigo de grandes historias, inclusive teniendo como un cliente frecuente al celebre vaquero de la epoca John Wayne, quien con su esposa Pilar Pallete, eran clientes habituales de la taberna.

El Carbone en el Centro de Lima

El Carbone, establecido por una familia genovesa en 1923 en una estrategica esquina, es otra joya del Centro de Lima. Conocido por sus emblemáticos sánguches de jamon del norte, pejerrey. Este lugar ha sido testigo de la vida cotidiana limeña durante décadas. Su ambiente clásico, con mostradores de mármol y sillas de madera, evoca una nostalgia que atrae a clientes de todas las edades. Ha sido un lugar de culto entre los escritores y artistas a lo largo de diferentes generaciones. Además de los sánguches, el Carbone ofrece una variedad de platos criollos, como la patita en sarsa criolla y la papa rellena.

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