«Inesperada” es la palabra más usada para describir a la ganadora del Premio Nobel de Literatura de este año. Han Kang, la primera mujer asiática en recibir el galardón, ofrece una prosa inquietante que explora los traumas humanos y la violencia histórica. Aunque su obra no se reduce a su género, es clave para entender su desconcertante prosa centrada en los traumas humanos y la violencia histórica. Su nombre forma parte de una generación de escritoras surcoreanas que confronta el sacrificio y la abnegación femenina frente a la búsqueda de autonomía personal y sexual.

Por: Fiorella Ramírez Menacho

«La vegetariana» de Han Kang

Desde su matrimonio, Yeonghye cumple con el papel tradicional de esposa sumisa, ama de casa enfrascada en una relación de conveniencia sin pasión. Una noche, la mujer se planta frente al refrigerador y se compromete a vaciarlo de todos los productos de origen animal: carne, pescado, huevos, leche. Ante cualquier comentario, formula estas palabras: “Tuve un sueño”. Una explicación insatisfactoria, pero que la conduce a reducir su ingesta de alimentos con un objetivo perturbador: convertirse en una planta. A partir de ahora, pone cara impasible a todas las recriminaciones de su familia, cuyos miembros toman esta nueva actitud como una dieta, una moda pasajera. Pero su rebelión silenciosa es solo el atisbo de la renuncia a su humanidad hasta la progresiva locura. Este
colapso desata pasiones tóxicas y abre la puerta a los temas más difíciles, la violencia y la falta sistemática de consentimiento en materia de sexualidad, desórdenes alimentarios, automutilación.
Han Kang firma un texto hipnótico, sensual y violento, meditativo y transgresor, plagado de poderosas imágenes imbuidas de sensorialidad y terror primitivo.

La vegetariana

Han Kang utiliza un lenguaje vívido y simbólico para crear una atmósfera inquietante y surrealista.

«Kim Ji- young, nacida en 1982» de Cho Nam-joo

Kim Ji-young es una mujer ordinaria dotada de un nombre común, el más repetido en Corea del Sur
en 1982, el año de su nacimiento. Vive en Seúl con su marido, tres años mayor que ella, y su pequeña
hija. Tiene un trabajo de enfermera que le gusta, pero se ve orillada a renunciar para criar a su hijo. Y
luego, un día, de su garganta empieza a emerger la voz de otras mujeres. ¿Qué podría haberle ocurrido? En seis partes, que corresponden a las etapas de la vida de su personaje, la escritura precisa y mordaz de Cho Nam-joo ofrece la radiografía de la mujer coreana atrapada en una sociedad tradicionalista que la deshumaniza y le arrebata su vida para reducirla a una pieza de la comunidad. En los pies de página, la autora se sirve de una serie de datos y estadísticas para dar veracidad a su relato, una decisión que provocó un dramático debate en su país de origen, pero que no impidió que el libro lograra vender más de un millón de ejemplares durante su año de lanzamiento.

Kim Ji-young, nacida en 1982

La obra ha sido comparada con “Una habitación propia”, el clásico de Virginia Woolf.

«Sobre mi hija» de Kim Hye-jin

En Seúl, la narradora, una mujer de unos sesenta años, recibe en su hogar a su hija, que tuvo que abandonar su apartamento por falta de dinero. Pero no llega sola, la acompaña su pareja: Lane.
Sumida en sus prejuicios, la madre no acepta en absoluto la homosexualidad de su hija. No dice nada, pero su hostilidad la mantiene como un alma en pena en su propia casa. En la residencia para adultos mayores donde trabaja tiene una segunda preocupación, una paciente abandonada que sufre de Alzheimer y depende únicamente de ella. Mientras lucha contra una administración desalmada que lucra con los ancianos y los mantiene vivos en condiciones indignas, no puede evitar pensar que su hija acabará sola como su paciente. ¿No podrá volver al buen camino y encontrar un marido?

Sobre mi hija

El texto explora las disputas generacionales entre una madre conservadora y su hija de ideales liberales.

«Shim Chong: la niña vendida» de Hwang Sok-yong

Una novela que transcurre como una leyenda popular, una odisea y hasta una epopeya. El autor
nos ubica en el siglo XIX, en el Mar de China. Sim Chong es una niña vendida por su padre
que se hizo cortesana a los 15 años. A medida que se entrena para complacer a los hombres,
su cuerpo se convierte en un instrumento de poder. Pronto escapa y abre una casa de placer,
que intenta humanizar para sus protegidas. Pero las persecuciones y la condena de su profesión
la obligan a volver a huir: Shanghái, Taiwán, Singapur, e incluso el archipiélago de Ryukyu,
donde un príncipe se enamoró de ella. Romántico y erótico, el relato tiene sabor a poema y, lo que
es más extraño, tintes políticos.

La niña vendida

La novela rescata mitos tradicionales de la cultura coreana relacionados con el chamanismo y el confucianismo.

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