Los chefs Sabina de Szyszlo y Coque Ossio abrieron las puertas de su hogar a Casas para compartir la magia de la Navidad a su estilo: entre adornos únicos, sabores que encantan y tradiciones familiares llenas de calidez. Desde un árbol que refleja su esencia hasta una mesa que combina innovación culinaria con nostalgia, cada detalle cuenta una historia que celebra lo que más aman: el diseño, la gastronomía y estar en familia.

Por Fiorella Iberico

Coque, propietario de Le Coq y La Bonbonnière, y Sabina, dueña de La Dulciteca, unen sus talentos para crear una mesa de Navidad que refleja la perfecta fusión de sus estilos: sofisticación clásica y dulzura creativa.

La Navidad en casa de los chefs Sabina de Szyszlo y Coque Ossio es una celebración donde el diseño, la gastronomía y las tradiciones familiares convergen de manera mágica. Con dos hijos pequeños, Lorenzo y Matilde, la dinámica en estas fechas gira en torno a la ilusión y la alegría de los más pequeños, pero también refleja el talento y la creatividad de la pareja.

Desde la decoración hasta la mesa, todo está pensado para transmitir calidez y originalidad, al mismo tiempo que rinde homenaje a sus raíces y profesiones.

«La Navidad, desde que tenemos hijos, se ha vuelto aún más especial. Es una oportunidad para fomentar esa magia en ellos y compartirla en familia», comenta Sabina.

El árbol: un espejo de su esencia

La decoracion de la casa combina sencillez y personalidad, y refleja la esencia de la familia y sus tradiciones.

El árbol de Navidad en la casa de los Ossio no solo es un elemento decorativo, sino un reflejo de sus vivencias y personalidad. Adornado con piezas únicas de vidrio y motivos gastronómicos como frutas, verduras y utensilios, cada elemento tiene una historia detrás. Empezó con adornos vintage que encontró en una tienda hace años. Luego, inspirada en su pasión por la cocina, incorporó otras piezas que ha ido comprando poco a poco.

«Este año decidí unir todo con lazos, que aportan un toque elegante y diferente a la decoración», comenta Sabina, mientras ajusta uno con cuidado en una rama. Pero lo más especial no es solo el resultado final, sino el proceso. Involucrar a sus hijos en esta tradición ha convertido cada diciembre en un momento único. Ellos ponen los adornos a su manera, y a los esposos les encanta dejar que su espontaneidad brille.

La mesa: tradición con un giro contemporáneo

La casita de jengibre es un clásico infaltable en la mesa de los Ossio, no solo como un detalle decorativo, sino también como un símbolo entrañable que añade calidez y encanto a la celebración navideña.

El punto central de su celebración es la mesa, donde lo clásico y lo moderno se mezclan de manera impecable. El menú incluye un pavo presentado de manera innovadora: deshuesado y laminado para conservar la estética, pensado para familias más pequeñas. «Es una forma de mantener la tradición, pero adaptada a las necesidades actuales», señala Sabina.

Acompañan al pavo una bondiola con salsa de chancaca, naranja y durazno, además de guarniciones que combinan lo tradicional con lo novedoso: arroz árabe, ensaladas coloridas con espinaca, granada y queso feta, y zanahorias baby rostizadas con cranberries y almendras. Todo está diseñado no solo para deleitar a los comensales, sino también para ofrecer una experiencia visual única.

«La Navidad es un equilibrio entre conservar lo tradicional y atreverse con algo nuevo», manifiesta Sabina. «Me encanta incluir guarniciones coloridas que no solo son ricas, sino que fomentan el consumo de verduras». A esta propuesta se suman los clásicos purés, que completan la mesa con un toque de nostalgia y sabor reconfortante.

Coque, quien creció en una familia donde la Navidad era sinónimo de creatividad, ágapes y celebración, comenta: «Mi mamá decoraba la casa diferente cada año, y eso quedó en mí. Ahora, con Sabina, mantenemos esa idea de renovar, pero sin perder los elementos clásicos».

Postres que decoran 

Los postres, decorados con glasé, aportan ese toque artesanal que transmite calidez y dedicación en
cada detalle.

Los postres no solo son deliciosos; también se convierten en parte de la decoración. Desde tortas pequeñas de chocolate o zanahoria con manjar hasta una pavlova en forma de árbol de Navidad y una tarta de frambuesas, todo está diseñado para encantar. «Con La Dulciteca ofrecemos opciones que permiten combinar sabores y tamaños, para que cada familia encuentre algo especial», manifiesta Sabina.

La decoración de la mesa también está llena de creatividad y simbolismo. Este año, en lugar de flores, Sabina optó por ramas de pino y velas, que añaden frescura y un toque natural. «Quería algo diferente, y la corona que coloqué bajo el pavo le dio esa vida que buscaba», sostiene.

En otra parte de la mesa, una estación con frutos secos y otros bocados invita a picar mientras la familia y los amigos conversan. «Todo está pensado para que la experiencia sea acogedora y única, pero también práctica», añade Coque, destacando su enfoque en combinar hospitalidad y comodidad.

Ambos chefs coinciden en que la Navidad no solo es un momento para crear nuevas tradiciones, sino también para honrar las de sus propias familias. El árbol, la decoración en la mesa y la buena comida son infaltables, pero lo más importante para ellos es disfrutar juntos. «Al final, lo esencial es compartir. Para nosotros, la Navidad es el reflejo de nuestra vida familiar y de lo que más amamos: la comida, el diseño y estar juntos», concluye Sabina.

TIPS DE DECORACIÓN PARA INSPIRAR

Sabina comparte algunos recursos para incorporar en la celebración:

  • Verde y velas como elementos clave: un camino de hojas de pino con velas aporta frescura y calidez a la mesa.
  • Coronas decorativas: usarlas como base para el plato principal añade un toque elegante.
  • Detalles personalizados: incorporar adornos que cuenten una historia, como los favoritos de la infancia o piezas hechas a mano.

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