En invierno, cuando Lima se vuelve más gris, más húmeda y más nocturna, hay que levantar la temperatura desde la piel, los labios y el pelo. Junto a COSAS, Sergio Corvacho comparte sus must para esta temporada.
Por Sergio Corvacho*
El invierno en Lima es más nocturno, más urbano, y permite jugar con looks recargados: abrigos, bufandas, botas, texturas. Un maquillaje creativo no le cae mal a ese tipo de look. Yo optaría por el contraste: jugar con mezclas osadas, experimentar con colores. ¿Un delineador negro? Prefiero un azul eléctrico, un naranja, un verde fosforescente o un violeta encendido.
Cuando la temperatura baja y la luz natural se apaga, es el momento ideal para encender el rostro. Durante las mañanas y tardes de invierno, recomiendo bases de texturas cremosas. Por la noche, se puede usar iridiscencia en polvo compacto que atrapa mejor la luz artificial. Y no, el iluminador no está prohibido. Mientras esté colocado solo en zonas estratégicas (los huesos de los pómulos, los párpados, el arco de la ceja), el rostro puede lucir mate y sofisticado sin parecer graso.

Aceite de argán y exfoliante para labios.
Eso sí: evitaría los nacarados e iridiscentes durante el día. Se instalan en las arrugas y no tienen sentido para ir a trabajar. Me parecen espectaculares en pieles asiáticas y andinas, pero en la noche. No los usaría en la mañana ni en la tarde.
Para los labios agrietados, hay que suspender el color y priorizar el tratamiento. Recomiendo llevar un exfoliante de Tarte o la barrita exfoliadora de Dior. Una boca sana es más atractiva que cualquier gloss. Después, sí, labiales cremosos y humectantes.
En cuanto al skincare, hay un error frecuente: la gente se olvida que cambiaron las estaciones y sigue con la rutina del verano, cuando en el invierno la piel necesita otra atención. El sol ya no es tan agresivo, puedes bajar el bloqueador a 20 o 30, pero hay que seguir usándolo, sobre todo en días nublados.
Para evitar la piel agrietada, recomiendo el ácido glicólico de la marca Pixi; es un gran tonificante. Elimina la sequedad roja alrededor de la nariz y los labios. Otro buen producto es la crema de tuna Prickly Pear Face Cream de Irene Forte; me encanta para media estación. Y la crema Eight Hour de Elizabeth Arden es perfecta como tratamiento: se absorbe y ya cumplió su función, porque tiene una humectación drástica. Luego las mascarillas son espectaculares, recomiendo el Daily Detox Sensitive Scrub, de Flora Lab Paris.

Mascarillas, cremas y bálsamos, aliados durante el cambio de estación.
En el Perú no existe la cultura de calefacción. Las casas son heladas, las personas viven vestidas como esquimal, tanto en la calle como dentro del hogar. Entonces, la humedad es constante. Es como tener la cara metida en la refrigeradora. Por eso, la rutina diaria no necesita tratar una resequedad extrema, pero sí mantener una hidratación media constante.

Acido glicólico para piel agrietada.
Sobre el pelo, lo primero que se debe dejar de hacer es salir mientras aún está mojado. Es terrible para la salud. Además, el frizz aparece por la humedad limeña. A las que tienen el cabello liso, se les esponja, y a las que lo tienen ondulado, se les ondula más. Eso sí, las herramientas de calor deben mantenerse a distancia. Hay secadoras que pueden modificar el aire, haciéndolo tibio; no es necesario que sea caliente ni que estén tan cerca del cuero cabelludo. Para evitar el pelo seco, usaría el aceite de argán de Moroccan Oil como mascarilla. Además, menos champú: dos o tres veces por semana está bien, porque es un detergente que maltrata el pelo. Los mejores que he probado son los de Kerastase y Biotin.
Y ojo con los cortes en capas. Eso infla el volumen y terminas siendo esclava del cepillo o del peluquero. Yo optaría por cortes de una sola hebra: pesan, caen y no se inflan como las capas.
Para vestir, menos es más. El cashmere es caro, sí, pero abriga más que ochenta chompas y no engorda la silueta. La sofisticación viene de la calidad, no de la cantidad. Y en invierno, más que nunca, eso se nota.
* Sergio Corvacho, gurú de belleza y maquillista profesional
Suscríbase aquí a la edición impresa y sea parte de Club COSAS.