En esta parte del país, la fe y la cultura se unen para rendir homenaje a Santa María del Monte Carmelo o conocida como la Virgen del Carmen. La fiesta ya empezó y el padre Grover Cáceres nos cuenta cómo se alistan para el día central con una procesión que llegará hasta la Plaza Mayor.
Por Daniel Crespo Pizarro
Julio es un mes de doble celebración para gran parte del Perú. Por un lado, es honrada nuestra independencia como país y, por el otro, se celebran los cultos a la Virgen del Carmen, solemnidad religiosa que tiene gran acogida en el mundo por los católicos.
En nuestro territorio, bien conocidas son las fiestas en Paucartambo (Cusco), Carmen de la Legua (Callao) y en Lima, específicamente en el corazón de los Barrios Altos, una zona tradicional de la capital y considerada la cuna de la música criolla.

Inicio del recorrido de invitación, realizado el 29 de junio de 2025. (Foto: Emanuel Villar)
Y es precisamente en este mes —y desde inicios del siglo XVII— se venera a Santa María del Monte Carmelo, conocida también como la Virgen del Carmen, cuya solemnidad se conmemora cada 16 de julio y con especial fervor en esta parte de la ciudad capital, que la celebra con misas, rosarios, dulces y la tradicional procesión por las calles del cercado y centro histórico.
Este año, la festividad a cargo de su hermandad inició el 29 de junio con el recorrido procesional de invitación, que permite que la venerada imagen salga a “invitar” a sus fieles a sumarse a esta fiesta que moviliza a todo el barrio.
En 1970, Virgen del Carmen de Lima recibió las Llaves de la Ciudad y cuatro años después, fue reconocida de manera oficial como Alcaldesa perpetua.

Miles de fieles acuden hasta el Santuario Mariano de la Virgen del Carmen de Lima para la tradicional procesión. (Foto: HSVCL)

El 16 de julio de 2024, la entonces ministra de Cultura, Leslie Urteaga acompañó el inicio de la procesión.

La Virgen del Carmen es la alcaldesa perpetua de Lima. Ingreso a la Plaza de Armas acompañada de sus fieles el 16 de julio de 2023. (Foto: Janisse Unzueta)
La patrona del criollismo
Cada procesión es sinónimo de algarabía. A diferencia de otras partes del mundo, aquí se unen la solemnidad de los cultos con esta particularidad del barrioaltino: fiesta, música, jarana criolla, fuegos artificiales, alfombras florales, lluvia de pétalos, arengas y, sobre todo, mucha fe.
Por generaciones, el fervor religioso limeño ha encontrado en la música criolla una forma particular de venerarla. La Virgen del Carmen es reconocida como patrona del criollismo desde 1960, y su festividad ha inspirado valses, décimas y serenatas que le rinden tributo con guitarras, cajones y marinera.

Esther Dávila ‘Bartola’ en la serenata criolla a la Virgen del Carmen de Lima. (Foto: HSVCL)
“Vamos a la fiesta del Carmen, negrita. Vamos que se acaba ya la procesión. Vamos a bañarnos de agua bendita a ver si podemos lograr el perdón… se quema el castillo, se va la paloma, vamos que se acaba ya la procesión”, dice la letra de “Se va la Paloma”, vals criollo que vio la luz en 1936 escrito por César Miró Quesada en homenaje a la procesión de la Santísima Virgen del Carmen de Lima.
Otra de las piezas más representativas es el vals “La Carmelitana”, de don Armando Guimet de Mendiburu, que retrata la fiesta del 16 de julio como un “diluvio de jolgorio” frente al monasterio ubicado en el cruce de los jirones Huánuco y Junín. En sus versos se alude a una leyenda popular: la imagen del Niño Jesús habría escapado de los brazos de la Virgen, y ella —como madre— salió en su búsqueda. Las monjas, al no encontrarla en su sitio habitual, la hallaron danzando una marinera entre la música y la algarabía de los vecinos.

Dibujo de Urpy Fischer Ponce que representa la tradición de la Virgen bailando marinera en un solar de Barrios Altos.
Historias como esta han formado una devoción netamente limeña, en la que fe y cultura se entrelazan. Grandes exponentes de la música criolla como Esther Granados, las hermanas Graciela y Noemí Polo, y Rafael Matallana, se reunieron año tras año en la serenata del 15 de julio, que ya es una tradición para los fieles.
Este 2025, reconocidas figuras como Esther Dávila ‘Bartola’, Willy Terry, Eduardo ‘Papeo’ Abán, Carlos Mosquera, Francisco ‘Chiquito’ Rodríguez, entre otros destacados artistas, estarán presentes el 15 de julio en la fiesta que reúne a todo Barrios Altos en esta zona de devoción conocida como Carmen Alto. La Virgen saldrá de su santuario a recibir el homenaje de sus hijos, los criollos, que le cantan en las vísperas de su día central.

Jarana criolla en las vísperas del 16 de julio, en el frontis del santuario.
Alcaldesa perpetua de Lima
El 16 de julio del 2023, en el homenaje que ofreció la Municipalidad de Lima, el alcalde Rafael López Aliaga se dirigió a la venerada imagen: “Usted va a quedar y yo seguiré mi vida. Pero usted va a quedar siempre porque es la alcaldesa perpetua y esto no lo mueve nadie. Pasarán los alcaldes, pero la Virgen quedará como alcaldesa, autoridad de Lima”.
La trascendencia de la imagen de la Virgen del Carmen de Lima ha sido reconocida tanto por el pueblo como por las autoridades. En 1970 recibió las “Llaves de la Ciudad de Lima” y, en 1974, fue reconocida de manera oficial por la propia comuna limeña como “Alcaldesa perpetua de Lima”. Más adelante, recibió la Medalla Ciudad de Lima, que es la máxima condecoración de la entidad.

La Santísima Virgen del Carmen de Lima es la depositaria de las Llaves de la Ciudad. (Foto: HSVCL)
También ha sido distinguida con la Medalla de Honor del Congreso de la República (1991, en grado de Gran Cruz) y la Orden El Sol del Perú en dos ocasiones: grado Gran Cruz y grado Gran Cruz con Brillantes.

La presidenta Dina Boluarte en el homenaje que rindió en Palacio de Gobierno el 16 de julio de 2024. (Foto: Presidencia Perú)
En 2024, la Presidencia del Consejo de Ministros otorgó la Medalla al Mérito Ciudadano a la Hermandad de la Santísima Virgen del Carmen de Lima, institución compuesta por fieles organizados en 20 cuadrillas de cargadores, un grupo de hermanas cantoras y otro de sahumadoras.
Para este 2025, la hermandad ha anunciado sus recorridos procesionales. El 16 de julio visitará el Centro Histórico, pasando por la Iglesia San Pedro, la Municipalidad de Lima, Palacio de Gobierno, Palacio Arzobispal y Congreso de la República. El 29 de julio, en el recorrido de despedida, la imagen visitará las calles de los Barrios Altos, incluyendo Jr. Huánuco, la plazuela Las Carrozas y Jr. Junín, que ya se alistan para rendirle homenaje.

Miembros de la quinta cuadrilla durante su jornada procesional. (Foto: Janisse Unzueta)
El origen de la devoción
En el cruce de los jirones Huánuco y Junín, en los Barrios Altos, se encuentra el primer monasterio de Carmelitas Descalzas del Perú, fundado el 17 de diciembre de 1643. Este hito marcó el inicio de la presencia carmelita en el país y consolidó una devoción mariana que ya se vivía en Lima desde algunas décadas antes.
La historia, documentada por la historiadora Martina Vinatea y recogida por el padre Grover Cáceres Rivera, comisario de la Orden de los Carmelitas Descalzos del Perú, se remonta a 1605, cuando llegaron al Perú los esposos Domingo Gómez de Silva y Catalina María Doria. Tras sobrevivir a un naufragio, Catalina hizo la promesa de levantar una ermita en honor a la Virgen del Carmen, la misma que edificaron inicialmente en Carmen de la Legua, Callao.

Rafael López Aliaga, alcalde de Lima; Vicente Domínguez Solano, presidente de la Hermandad de la Santísima Virgen del Carmen de Lima; y el Padre Grover Cáceres Rivera OCD, comisario de los Carmelitas Descalzos en el Perú. (Foto: HSVCL)
Más adelante, ya viuda, Catalina se trasladó a los Barrios Altos, donde fundó una casa hogar para niñas y comenzó a formar un pequeño recogimiento. “Es ahí donde más adelante se funda el monasterio. Esta señora dona todos sus bienes para que se levante el convento”, señala el padre Grover Cáceres, quien también es el director espiritual de la hermandad.
Carmen Alto fue el primer monasterio de carmelitas descalzas del Perú, y desde allí nacieron las fundaciones de Cusco, Ayacucho, Arequipa y Trujillo. “Y eso no es menor: desde aquí partieron a muchas otras regiones, incluso fuera del Perú”, añade.
La devoción en Barrios Altos es incluso anterior a la fundación del monasterio. “Cuando llegan las carmelitas, ya existía una capilla y ya se veneraba a la Virgen. Había un grupo de hermanos que llevaban la imagen en procesión. Ese grupo es el origen de la actual hermandad”, explica el sacerdote. Aunque el convento tiene 381 años, la hermandad cumple este 2025 nada menos que 398.

El coro bajo: el lugar donde descansa todo el año la imagen titular que sale en procesión.
Para el padre Cáceres, la fiesta es la celebración más importante dedicada a la Virgen del Carmen en el país. “Todo Barrios Altos históricamente ha tenido esta devoción. Y al ser también la cuna del criollismo, se da una unión muy especial entre la fe y la cultura”, afirma.
Pero el fervor no se limita a la festividad. Portar el escapulario —símbolo carmelita por excelencia— implica una responsabilidad espiritual. “La Virgen se lo entrega a San Simón Stock como signo de protección. Pero esa protección no es mágica: quien lo lleva debe esforzarse por vivir el Evangelio, como lo hizo María. Es un símbolo de fidelidad a Dios y a la Iglesia”, sostiene.
Y concluye con una invitación clara: “Si uno se considera devoto de la Virgen del Carmen, tiene que vivir como ella: atento a la Palabra, disponible a la voluntad de Dios. Esa es la verdadera manera de celebrar esta fiesta: con fe, con coherencia y con el corazón dispuesto”.

Chococarmen y limones rellenos, tradicionales dulces que prepara la comunidad de madres Carmelitas Descalzas.

Ingreso triunfal de la Virgen del Carmen a su Santuario luego del recorrido de invitación.
Suscríbase aquí a la edición impresa y sea parte de Club COSAS