En diálogo con COSAS, el vicepresidente de la Cámara de Turismo de Cusco (Cartuc), Juan Stoessel, expone las problemáticas que rodean a nuestra maravilla del mundo, desde el desprestigio generado por el caos en Aguas Calientes hasta la mala gestión del Ministerio de Cultura.

Por: Mery Jiménez

En Machu Picchu, la venta presencial de mil boletos diarios se ha convertido en el ejemplo perfecto de un sistema que beneficia a pocos y perjudica al país entero. Esta medida, instaurada en 2022 por el Ministerio de Cultura durante la gestión de Betssy Chávez, ha provocado que el turismo extranjero crezca apenas un 4 % en comparación con el año pasado, según explica Juan Stoessel.

El CEO de Casa Andina y vicepresidente de Cartuc añade que «casi el 85 % de los extranjeros que visitan nuestro país viajan a Cusco. Sin embargo, la gestión de Machu Picchu ha retrocedido, en gran parte debido a la medida populista que destina el 25 % de las entradas a la venta obligatoria en Aguas Calientes».

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Diez mil 500 visitantes menos al mes por boletos no vendidos afectan la economía turística del Cusco.

Stoessel advierte que la medida, además, reduce entre un 20 % y un 30 % la disponibilidad de boletos en plataformas digitales, el canal preferido por la mayoría de viajeros. Esto genera largas colas, reventa ilegal e incluso boletos falsos. ¿El resultado? Casi 350 entradas diarias que no se utilizan, lo que equivale a unos 10 500 turistas menos al mes.

Si se considera que cada turista podría gastar aproximadamente US$ 100 dólares por día, se alcanza la cifra de más de un US$ 1 millón, todo a causa del populismo y de la exigencia tácita hacia el visitante de permanecer una o dos noches más en el pueblo de Aguas Calientes.

En tal sentido, varios turoperadores internacionales ya han decidido dejar de ofrecer Machu Picchu en sus paquetes por la incertidumbre de conseguir entradas, lo que contribuye a que las proyecciones para este año sean de solo 3.6 millones de turistas frente a los 4.4 millones que se alcanzaron en 2019.

Cabe mencionar que la pérdida económica no es el único daño. «Es un desorden terrible, mala imagen, videos en las redes de los maltratos, el tema de imagen ahorita no se puede cuantificar, pero es sumamente grave», enfatizó Stoessel.

Problemas y pocas soluciones

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Más de un millón de dólares mensuales en pérdidas por el secuestro de los tickets.

Adicionalmente, Stoessel advierte sobre otros tres problemas de fondo en la zona. El primero, es el incumplimiento de proyectos acordados con la Unesco: “El Ministerio de Cultura no está ejecutando las inversiones que se habían programado, acordado y aprobado con las entidades responsables antes de la pandemia. Y justamente estos planes trataban de mejorar la experiencia de visita”.

Entre las acciones previstas se encontraban la construcción de un centro de visitantes al pie de la montaña, en un terreno del ministerio, así como la puesta en valor de dos Caminos Incas.

“La idea de fondo es implementar un circuito, porque actualmente solo se visitan siete hectáreas y se busca ampliar a 70. Luego vendrían el acceso amazónico y el acceso mecanizado. Todo esto ya está definido por las entidades competentes y aprobado por la Unesco, pero no se ha avanzado nada por una desidia enorme del Ministerio de Cultura. No es un problema de recursos, porque el ministerio se limita a pagar planillas y no invierte un centavo”.

El segundo problema se trata de la imposibilidad de comprar entradas a Machu Picchu para 2026, al menos hasta diciembre de este año, mes en que recién se habilitará la compra: «El ministerio no es capaz de vender los tickets para el próximo año. Antes no había problema, tú programabas tu viaje a Perú y sabías que ibas a conseguir entradas, pero hoy, donde la capacidad es limitada y se ha reducido, inclusive, por estos mil boletos presenciales, un turista conocedor del tema no va a decidir venir a Perú».

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Para Stoessel, es necesario que el Mincetur tenga injerencia en la administración de nuestra maravilla del mundo.

La tercera dificultad es la obligación impuesta a los turistas de permanecer en Aguas Calientes a lo largo de varios días para conseguir una entrada. “En muchas ocasiones ni siquiera se venden las mil disponibles; la gente se queda sin visitar Machu Picchu y, aun así, no le venden el ticket porque quieren que se quede. Es un tema muy duro. Entonces tenemos como cómplice de la destrucción del turismo, a nuestro propio Ministerio de Cultura”.

Cambios en la gestión

En tal sentido, Stoessel menciona que el Ministerio «no tiene la más remota idea de cómo manejar al turista, ni la importancia que tiene Machu Picchu para el turismo». Señaló que, por esa razón, «estamos pidiendo que el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) tenga una injerencia en el manejo, no solamente de Machu Picchu, sino de todas las zonas arqueológicas y monumentales que tengan un flujo importante de turistas, pero no quitándole al Ministerio de Cultura su responsabilidad de mantener las zonas arqueológicas».

Aclaró también: «Las entradas que se venden acá, en la Muralla China, en el Coliseo Romano, ejemplos que dio el ministro, todas se venden en plataformas, y, si no se venden, siempre hay una boletería que venderá entradas de último minuto; pero eso es totalmente distinto a que un gran paquete de las entradas solamente se venda en la boletería, porque, primero, no se venden, y, segundo, se genera una cola espantosa».

En esta línea, el vicepresidente de Cartuc lamentó que quienes se benefician de los viajeros que esperan incluso hasta dos días para conseguir boletos son las personas que tienen negocios en Aguas Calientes. «Casa Andina tiene un hotel allí, y yo soy el primero que te dice que eso es una aberración. Tú no puedes secuestrar a los turistas. Los principales perjudicados acá son la ciudad de Cusco y toda la región que vive del turismo».

Finalmente, puntualizó: «Aguas Calientes es una ciudad reciente que sigue creciendo; no se trata de un pueblo originario. ¿Gente pobre? La mayoría tiene un hotel o un restaurante en una zona donde el metro cuadrado cuesta cuatro mil dólares. ¿Eso es pobreza?»

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