El cantante chileno-estadounidense se presentará en el Teatro Municipal de Lima el próximo 23 de agosto a las 8:00 p. m. como parte del Ciclo Grandes Voces. Poco antes de su debut en el Teatro Colón de Buenos Aires, Tetelman toma una pausa y conversa en exclusiva con COSAS

Por Pablo Macalupú Cumpén

Si la ópera es una aventura fascinante para la audiencia, resulta mucho más excitante, estimulante y retador para el artista. La historia de Jonathan Tetelman, el tenor considerado como “una estrella total” por The New York Times, es muy particular por su desarrollo artístico. La constante es que la música lo acompañó siempre a lo largo de su vida, sea como miembro de un coro, como barítono, como DJ en Manhattan y, ahora, como tenor.

Jonathan Tetelman

El tenor chileno-estadounidense, ganador del Gramophone Award y del Opus Klassik, actuará el 23 de agosto en el Ciclo Grandes Voces. | Fotos: Fadil Berisha.

Jonathan atendió en exclusiva a COSAS para una entrevista desde Buenos Aires, a pocas horas de su debut en el legendario Teatro Colón. Pero ante nosotros, el tenor se emociona al recordar su anterior visita a Lima. “La cultura, la comida, la gente, es maravillosa, es embriagadora. Me encantó cada momento que pasé allí”, nos dice con mucho entusiasmo. 

La última vez que llegó Jonathan al Perú fue antes de pandemia, en 2019, para cantar el rol principal de Werther, de Jules Massenet, en una producción que se importó de la Ópera de Colombia a cargo de Alejandro Chacón. “Me encantó ir a Lima para hacer esta ópera sobre el hombre que se enamora de Charlotte”, recuerda el tenor y lo asocia a su experiencia en nuestra ciudad: “es como si yo hubiese ido a enamorarme de ese hermoso país y de la gente tan maravillosa que tienen. Me sentí muy afortunado”. 

En el Camello Parlante, revista digital en la que durante varios años dediqué junto a algunos colegas a reseñar espectáculos de música clásica y ópera en Lima —y de la cual hoy solo queda un repositorio a modo blog— comentamos aquellas funciones. El autor de la nota, Ariel Hernando Campero, entonces agregado cultural de la Embajada Argentina en el Perú, destacó la línea de canto y el fraseo elegante de Jonathan en su interpretación de Werther y dijo algo casi premonitorio: “Contar con su presencia en Lima fue un acierto porque, probablemente, su agenda pronto estará completa de compromisos en el circuito internacional durante los próximos años”. Curiosamente, el estreno de Werther en Lima con la participación del tenor también fue un 23 de agosto.

Exactamente, seis años después, el cantante lírico volverá a cantar en Lima, esta vez convertido en estrella. En 2024, ganó el prestigioso premio de la revista Gramophone por su álbum The Great Puccini publicado bajo el sello Deutsche Grammophon, en la categoría vocal; en 2023, obtuvo el Opus Klassik como artista revelación del año; y la revista Oper también reconoció su disco como el mejor álbum solista del 2023. 

Tetelman

Su concierto en el Teatro Municipal de Lima antecede a su debut en el Teatro Colón de Buenos Aires y se suma a una agenda que incluye escenarios como el Metropolitan Opera de Nueva York, la Wiener Staatsoper y la Arena di Verona. | Foto: Ben Wolf/Deutsche Grammophon.

Su agenda además incluye presencia frecuente en escenarios como la Ópera de Roma, la Metropolitan Opera House de Nueva York, la Wiener Staatsoper, Arena di Verona, La Fenice de Venecia, el Carnegie Hall, el Teatro Comunale de Bolonia, la Elbphilharmonie de Hamburgo, el Kennedy Center, la Ópera de Zúrich, entre muchos otros.

El camino del tenor

En el último siglo, desde que se tiene documentación concreta sobre la vida y formación de muchos cantantes líricos encontramos casos como el de la leyenda chilena Ramón Vinay (1911-1996), quien empezó en el mundo de la ópera como barítono antes de desarrollar una carrera como tenor. Ocurrió algo similar con Plácido Domingo (1941), quien también empezó como barítono, hizo una transición a tenor y en 2009 volvió a aquella voz de registro medio. Y así, hay muchos casos similares en tenores del último siglo.

Jonathan también se formó como barítono, aunque reconoce que no lo era realmente. “Cantaba repertorio de barítono porque mi profesor pensó que era la opción más segura. Hacer un repertorio de tenor puede ser muy peligroso sobre todo cuando eres joven. Incluso ahora, si afronto papeles demasiado dramáticos o heroicos, puedo dañar mi voz. Hay que tener mucho cuidado”, asegura el cantante. 

Jonathan Tetelman

El tenor regresa a Lima tras seis años al Teatro Municipal de Lima. | Fotos: Fadil Berisha.

Para Jonathan, su vida entre los 18 y 20 años fue una etapa de hacerse como músico “sin importar tanto lo que yo quisiera cantar, sino descubrir qué era mi voz y cómo desarrollarla de forma segura para que me sintiera invencible en lo que hacía. Creo que mi profesor tenía razón en ese momento y le agradezco por eso, pero, como sabemos, no duró mucho”. 

El artista chileno-estadounidense recuerda cómo en todas las escuelas de posgrado le decían que su voz se estaba inclinando hacia el registro de tenor y que debía explorarlo. Para lograrlo tuvieron que pasar por lo menos tres o cuatro años. «Sentía que ya era un muy buen barítono y no quería cambiar de repertorio ni de identidad. Así que me desanimé un poco y me volqué en otras vías musicales. En ese momento me interesaba mucho la música electrónica y producía con algunos amigos. Tuve una pausa, lo llamo mi crisis de cuarto de vida, y viví la vida nocturna de Nueva York como DJ durante cuatro o cinco años. Al final de ese tiempo, me di cuenta de que era un cantante de ópera y un tenor, y que el momento de comprometerme era ahora”. 

El gran desafío en el desarrollo vocal de Jonathan fue aprender a controlar el passaggio, el punto de transición entre los distintos registros de la voz, como el paso de la voz de pecho a la de cabeza. Dominarlo implica poder afrontar las exigencias de las partituras sin perder naturalidad ni sonar forzada y manteniendo potencia y resonancia.

“Si quieres cantar ópera lírica tienes que dominar (el passaggio), entender que necesita un tratamiento especial y ser constante con ese trabajo. A mí me tomó dos o tres años una vez que retomé el canto. Con el tiempo, gané flexibilidad para hacer lo que quiero con la voz, pero siempre con el passaggio bien integrado”, explica Jonathan. 

Jonathan Tetelman

Su debut en Lima fue en 2019 con Werther de Jules Massenet, antes de convertirse en figura internacional. | Foto: Ben Wolf/Deutsche Grammophon.

Pero hacer lo que uno quiere con la voz no significa cantarlo todo. Al menos no en este momento. Eso lo tiene claro el Jonathan, ya que ahora está centrado y concentrado principalmente en repertorio lírico pleno con roles como el de Faust, Werther, Cavaradossi (Tosca), Duca (Rigoletto), Don José (Carmen) y Turiddu (Cavalleria Rusticana) que, si bien está al otro extremo de la vocalidad, se mantiene dentro del ámbito lírico, aunque acercándose hacia lo dramático. 

Y lo dramático quizá sea la evolución natural de su voz. “Me encantaría hacer Calaf (Turandot), es un sueño. Me lo ofrecieron muchas veces, pero estoy esperando el momento y lugar adecuados, con el elenco y el director correcto, porque será muy especial para mí cantar la última ópera de Puccini. El Nessun Dorma ha impulsado mucho mi carrera en redes sociales y en todo el mundo. También me interesan roles como el de Don Álvaro (La forza del destino) y, quizás en diez años, Otello. No tengo prisa: todavía tengo mucho Verdi por hacer antes, como Don Carlo, Un ballo in maschera o Forza del destino”, detalla Jonathan. 

Los retos y lecciones de un artista consolidado

Jonathan reconoce que su popularidad, fama y la categoría de estrella que le da la crítica y la audiencia internacional solo es producto del trabajo duro. “Ser una estrella de ópera realmente no es algo que pase mucho por mi cabeza. Yo me siento un artista joven tratando de abrirse camino, de decir y cantar en el escenario las cosas que son importantes para mí y para mi alma. Para mí, la fama es solo eso, resultado del trabajo, la concentración y de mucha suerte. Pero definitivamente no me veo como una estrella. Me veo como un servidor de la música afortunado de poder compartirla con todos ustedes alrededor del mundo”, confiesa.

Jonathan Tetelman

En 2024 ganó el Gramophone Award por su disco The Great Puccini y en 2023 recibió el Opus Klassik como artista revelación. | Foto: Ben Wolf/Deutsche Grammophon.

Para manejar las exigencias escénicas como actor-cantante durante una ópera, Jonathan Tetelman afirma que es muy importante comer bien, mantenerse sano, hacer ejercicio y estar estable a nivel mental y emocional. Sobre la dirección escénica para ópera, cuenta el tenor, a veces hay momentos en los que no se está de acuerdo con la propuesta, pero si uno es joven solo debe aceptar las oportunidades y adaptarse. “Ahora que me he consolidado como el artista que soy, dejo en claro que no haré nada que ofenda a la gente, ni a su religión, ni al compositor. Es importante ceñirme a las obras maestras y a quienes las escribieron porque son ellos los que siguen ahí”.

Sobre la dirección musical y de orquesta, Jonathan también tiene una posición firme: “Un buen director no solo conoce la música, sino que entiende las voces y cómo funciona cada una. No se trata de su ego o de lucirse, sino de sacar lo mejor de su elenco y mostrar sus fortalezas. Antes, muchos directores conocían mejor las voces, incluso sabían cantar un poco; ahora muchos vienen del piano, de instrumentos de viento y los cantantes debemos adaptarnos y educarlos con paciencia. Un mal director, sobre todo si es egocéntrico, puede arruinar no solo una función, sino incluso las voces”.

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