En entrevista con COSAS, Javier Silva Meinel, destacado fotógrafo, que recientemente presentó su muestra “La luna del cóndor. Retrospectiva 1974-2024” en el primer Festival de Fotografía MAC Foto, reflexiona sobre sus inicios, el uso del blanco y negro en su trabajo y el próximo lanzamiento de su libro «Son encantados».
Por: Mery Jiménez
Antes de consagrarse a la fotografía, Javier Silva estudió economía, pero cambió de rumbo para expresarse a través de su obra: fotografías, especialmente retratos que lo llevaron a explorar diferentes rincones del Perú, particularmente los Andes, donde halló en las festividades, los rostros y las ceremonias una fuente inagotable de inspiración.

El fotógrafo asegura que su vocación se fue revelando de a pocos.
Usted empezó estudiando Economía antes de volcarse de lleno a la fotografía. ¿Cómo fue ese cambio de rumbo en su vida?
Un acto fortuito despertó en mí el interés por la fotografía. El encuentro con personas que seguían ese mismo rumbo fue trascendental. Todos buscando algo. Y al principio, como un proceso fotográfico, se fue revelando lentamente. Tu forma de mirar.
¿Cómo recuerda sus primeros pasos en la fotografía, en una época donde este tipo de arte no era tan apreciado como lo es hoy en día a nivel académico?
Estuvimos movidos por una enorme curiosidad. Los pocos libros de grandes fotógrafos en esa época eran verdaderos tesoros. Investigar y mirar fue una forma de acercarnos a algo que nos tomaría de por vida.

Javier Silva Meinel.
Su obra es principalmente retrato ¿Qué significa para usted esta forma de expresión?
Todo aprendizaje te lleva por un camino. Con los años descubrí que el retrato era el vehículo que más me acercaba a la gente, sobre todo a la gente del Ande, y, por lo tanto, me convertí también en un viajero. He pasado gran parte de mi vida para ir tras esos personajes que acuden a las fiestas patronales, a las celebraciones y festividades religiosas, a las ceremonias y rituales. También voy tras los sitios arqueológicos. Me conmueven.
Pertenece a una generación que vio cómo la fotografía pasó de ser un arte poco valorado a entrar en los museos. Hoy en día tenemos exposiciones como la del MAC. ¿Qué reflexión nos puede compartir al respecto?
Antes mencioné que me considero un retratista. Me interesan las personas y descubrir en ellas esa chispa de vida dotada de sabiduría ancestral, de comprensión, de risas y de magia. Una vida que asoma delante o atrás del lienzo. Como dijo el poeta Cisneros, seres dolientes, trágicos, rostros hieráticos, la danza misma de los encantados.
Un momento muy fecundo que germinó un interés que siguió poniendo en la visión de país. Una fuerza que hoy, después de tantos años, celebramos y reconocemos como un gran evento. El Festival MAC Foto acoge una iniciativa de Pedro Pablo Alayza de generar espacios para exposiciones fotográficas en diferentes lugares de Lima, incluido el Callao.

Retratos de fiestas patronales y ceremonias andinas, parte de su archivo vital.
Su sensibilidad hacia el blanco y negro es evidente. ¿Por qué eligió ese lenguaje? ¿Qué encuentra en esa paleta que no le ofrece el color?
El blanco y negro me eligió a mí. Una fascinación a partir de la admiración por los grandes maestros como Adams, Weston, White, Koudelka y, como no, al legado de nuestros íconos como Chambi, Max de Vargas y Juan Manuel Figueroa Aznar
¿Qué opina de la fotografía digital y cómo han influido las redes en este arte?
Me mantengo fuera de los avances digitales, los uso como instrumento funcional, pero me mantengo bajo la vocación de la fotografía analógica. Reconozco lo digital como un nuevo lenguaje y lo veo totalmente válido como forma de expresión. Esperamos también qué nos traerá la inteligencia artificial.

Javier Silva Meinel.
¿Qué ha aprendido del Perú después de tantos años detrás del lente de la cámara?
Hay mucho que apreciar y hay mucho por aprender. Nuestro país tiene muchísimo que ofrecer para los diferentes campos que abarcan la fotografía. Tenemos costa, sierra y selva en un extenso territorio. Tenemos historia, restos arqueológicos de muchas culturas precolombinas muy importantes. Si quisieras ser paisajista, estás en el lugar adecuado. Nuestros pueblos rebosan de cultura. Desde sus inicios, nuestro país cuenta con una tradición fotográfica muy rica.
Cuáles son los fotógrafos peruanos contemporáneos que más admira hoy en día.
Los fotógrafos peruanos contemporáneos que admiro: Fernando La Rosa, Billy Hare, Roberto Huarcaya, Roberto Fantuzzi, Milagros de la Torre, Juan Enrique Bedoya y tantos más.
En el mes de agosto se ha presentado ya el libro La Mirada Persistente, de Marisa Mujica. Y a mediados de este mes presentaremos mi libro Son Encantados, en el Museo de Arte Contemporáneo. Así vamos los contemporáneos, empujando el carro.
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