Ubicado a más de 3.000 metros de altura, Chavín de Huántar destaca por su patrimonio arqueológico reconocido por la Unesco, así como por sus paisajes naturales, gastronomía y tradiciones vivas.
Por: Mery Jiménez
Chavín de Huántar, en Áncash, ha sido reconocido oficialmente como el décimo tercer “Pueblo con Encanto” del Perú por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), reafirmando su potencial turístico, ya que en 2023 fue incluido en la lista de los Best Tourism Villages (BTV) de la ONU Turismo.
La distinción quedó establecida en la Resolución Viceministerial N° 0048-2025-MINCETUR/VMT, publicada en el diario oficial El Peruano. De este modo, Áncash también suma su segundo “Pueblo con Encanto”, ya que Chacas cuenta con el mismo reconocimiento.
El Mincetur reconoció a Chavín de Huántar como el décimo tercer “Pueblo con Encanto” del Perú, reforzando su valor patrimonial y turístico junto a otros destinos que destacan por su autenticidad y diversidad cultural.
La titular de la cartera, Desilú León, destacó la importancia de este paso para la estrategia nacional de diversificación de la oferta turística. Según explicó, el objetivo es impulsar destinos con autenticidad cultural, valor patrimonial y capacidad de generar desarrollo sostenible.
“Reconocer a Chavín de Huántar como ‘Pueblo con Encanto’ es poner en valor su historia, su gente y su identidad. Este logro refleja cómo el turismo sostenible puede convertirse en un motor de orgullo y progreso para las comunidades del Perú”, afirmó.
Cabe mencionar que el Mincetur, además, viene trabajando de forma paralela en la asistencia técnica a diferentes regiones del país para identificar nuevos lugares que puedan incorporarse a esta iniciativa. La apuesta es construir una red de pueblos que atraigan tanto a visitantes nacionales como internacionales.
Con este reconocimiento, Chavín de Huántar se suma a una red nacional de pueblos que promueven turismo sostenible, identidad local y experiencias auténticas para visitantes nacionales e internacionales en diferentes regiones del Perú.
El reconocimiento cobra aún más relevancia por la riqueza cultural y natural que ofrece Chavín de Huántar. Ubicado a 3,137 metros sobre el nivel del mar, resguarda el monumento arqueológico declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1985, considerado uno de los principales centros ceremoniales de la civilización andina.
La experiencia turística en este distrito no se limita a su sitio arqueológico. Los visitantes pueden realizar caminatas hacia la laguna Tishguyoc y la quebrada Weya Ruri, recorrer las salas del Museo Nacional de Chavín y disfrutar de una gastronomía que mantiene vivas las tradiciones ancestrales.
Los «Pueblos con encanto» de Perú
Ollantaytambo
Ollantaytambo es uno de los pocos lugares del mundo que conserva intacto un trazado urbano inca en uso cotidiano.
Ollantaytambo, ubicado en Cusco, es considerado “el pueblo inca viviente” porque conserva intacto el trazado urbano diseñado en tiempos del Tahuantinsuyo, con calles estrechas de piedra y canales que siguen en funcionamiento. Su sitio arqueológico es uno de los más importantes del Valle Sagrado, con imponentes terrazas agrícolas, templos y fortalezas que muestran el alto nivel de la ingeniería inca.
Además de su patrimonio arqueológico, el pueblo cuenta con turismo comunitario que permite compartir la vida cotidiana de las familias locales, festividades tradicionales, gastronomía andina y hospedajes que integran modernidad y tradición, convirtiéndolo en un destino clave antes de llegar a Machu Picchu.
Lamas
Lamas, capital folclórica de la Amazonía peruana, es hogar de la comunidad Kechwa Wayku que mantiene viva su lengua y cultura ancestral. Su identidad se refleja en la música, la danza, la cerámica y en festividades de gran convocatoria.
Lamas, ubicada a solo 20 kilómetros de Tarapoto, en la región San Martín, es conocida por ser la capital folclórica de la Amazonía peruana. En este pueblo conviven tradiciones andinas y amazónicas, lo que le otorga una identidad única. Su atractivo principal es la comunidad Kechwa Wayku, donde los pobladores mantienen viva su lengua ancestral, sus bailes y su música.
El pueblo también resalta por su producción artesanal en cerámica y tejidos, además del Castillo de Lamas, una construcción singular que se ha convertido en símbolo local. Sus festividades, como la Virgen del Carmen, son de gran convocatoria y reafirman la riqueza cultural de la región.
Malabrigo
Malabrigo, también llamado Puerto Chicama, es reconocido por albergar la ola izquierda más larga del mundo, un atractivo que lo conecta con el surf internacional.
Malabrigo, conocido también como Puerto Chicama, en La Libertad, es un pueblo costero famoso internacionalmente por tener la ola izquierda más larga del mundo, un atractivo que lo ha convertido en un destino de surf de primer nivel. La vida en Malabrigo no se limita al mar: la pesca artesanal es parte esencial de su identidad, y en su litoral aún se aprecian faenas tradicionales transmitidas de generación en generación.
La gastronomía marina, basada en productos frescos, complementa la experiencia. Este equilibrio entre deporte, tradición pesquera y vida costera hace que Malabrigo sea un punto de encuentro entre visitantes extranjeros y la comunidad local.
Sarhua
Las tablas de Sarhua, declaradas Patrimonio Cultural de la Nación, son el principal símbolo de este pueblo de Ayacucho
Sarhua, en la provincia de Víctor Fajardo, Ayacuc.ho, es reconocido en todo el Perú por sus célebres tablas de Sarhua, piezas pintadas en madera que narran la vida de familias y comunidades, y que se han convertido en un símbolo del arte popular andino. Además, han sido declaradas Patrimonio Cultural de la Nación y representan un valioso medio de transmisión oral y visual.
Además de su arte, el pueblo conserva tradiciones religiosas y festivas que se celebran con música, danzas y vestimenta típica. Sus paisajes altoandinos, su vínculo con la memoria histórica y el carácter acogedor de su gente enriquecen la visita.
Quinua
En Quinua se libró la batalla de Ayacucho en 1824, hecho que selló la independencia de América Latina.
El pueblo de Quinua, situado a 37 kilómetros de Huamanga, en Ayacucho, tiene un profundo valor histórico para el Perú y América Latina. En su pampa se libró en 1824 la batalla de Ayacucho, que selló la independencia continental, y allí se levanta un obelisco de 44 metros en conmemoración.
Pero Quinua no es solo historia militar: también es cuna de una reconocida tradición ceramista. Sus talleres producen piezas en miniatura y de uso doméstico que reflejan escenas costumbristas y religiosas, convirtiéndose en un atractivo para visitantes nacionales y extranjeros.
Yanque
En pleno Valle del Colca, Yanque combina patrimonio arquitectónico, aguas termales y paisajes naturales. Sus danzantes del Wititi, reconocidos por la Unesco, mantienen una tradición festiva que simboliza la unión cultural de la región andina.
En el Valle del Colca, Arequipa, Yanque destaca por su equilibrio entre patrimonio arquitectónico, paisajes naturales y tradiciones vivas. La iglesia de la Inmaculada Concepción, de estilo barroco mestizo, es considerada una de las más hermosas de la región. En la plaza principal, los danzantes del Wititi mantienen una costumbre ancestral reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Desde los miradores cercanos se pueden observar cóndores en pleno vuelo y disfrutar de vistas privilegiadas del cañón. Yanque ofrece, además, aguas termales, artesanía local y una fuerte identidad comunitaria, lo que lo convierte en un destino de gran riqueza cultural.
Sibayo
Conocido como “el pueblo de piedra”, Sibayo mantiene casas de arquitectura ancestral con muros rústicos y techos de ichu.
Sibayo se ubica a más de 3,800 metros de altura y es conocido como “el pueblo de piedra” por sus casas construidas con materiales locales y techos de ichu, que reflejan técnicas ancestrales de adaptación al entorno. La localidad se ha convertido en un modelo de turismo comunitario, donde los visitantes pueden participar en la crianza de alpacas, la elaboración de textiles y la preparación de platos típicos. Sus paisajes de puna, su cercanía al río Colca y su hospitalidad lo convierten en un destino que combina cultura, naturaleza y sostenibilidad.
Villa Rica
Villa Rica es famosa por su café de alta calidad, cultivado en los bosques de neblina de la selva central. La localidad organiza cada año el Festival del Café y ofrece rutas turísticas que conectan tradición agrícola y naturaleza.
Villa Rica, en la provincia de Oxapampa, Pasco, es reconocida como la “capital del café más fino del mundo” por la calidad de su producción cafetalera. Sus cultivos se encuentran rodeados de bosques de neblina y forman parte de rutas turísticas que explican todo el proceso, desde la cosecha hasta la degustación.
La localidad celebra cada año el Festival del Café, que atrae a visitantes y especialistas del sector. Además, su ubicación en la selva central le otorga un entorno natural privilegiado, donde se combinan cataratas, miradores y biodiversidad. Su población mantiene costumbres agrícolas y tradiciones ligadas a la caficultura.
Cascas
Cascas, capital de la provincia de Gran Chimú, es un destino vitivinícola con viñedos y bodegas que producen vinos y piscos artesanales. Su clima templado y sus paisajes andinos complementan la experiencia cultural y gastronómica del visitante.
Cascas es la capital de la provincia de Gran Chimú, en La Libertad, y se caracteriza por su tradición vitivinícola. En sus andenes y viñedos se cultiva la uva con técnicas transmitidas de generación en generación, y las bodegas artesanales producen vinos y piscos reconocidos en la región.
El pueblo cuenta con un clima templado ideal para los cultivos, celebraciones religiosas, atractivos como su plaza central y rutas de senderismo con formaciones rocosas sedimentarias, un afloramiento que tiene forma de rostro humano llamado «El Cristo de las Rocas», su higüera gigante con raíces en el aire llamada «El árbol de las mil raíces» o su catarata El Molino.
Chacas
El centro histórico de Chacas conserva calles empedradas y balcones tallados en madera que evidencian su tradición artesanal.
Chacas, en la provincia de Asunción, Áncash, conserva un centro histórico con calles empedradas y balcones de madera tallada que evidencian una tradición artesanal de gran valor. El trabajo de los talleres Don Bosco, donde jóvenes aprenden carpintería, escultura y artes aplicadas, ha posicionado al pueblo como un referente cultural.
Rodeado por paisajes de la cordillera Blanca, Chacas es también punto de acceso hacia el Parque Nacional Huascarán. Su plaza principal, su iglesia y sus festividades religiosas muestran un arraigo profundo a las tradiciones andinas y cristianas.
Oxapampa
Oxapampa combina herencia austro-alemana con tradiciones andinas y amazónicas. Sus casas de madera con techos a dos aguas, su gastronomía y su ubicación dentro de la Reserva de Biósfera la convierten en un destino de identidad cultural única.
Oxapampa, en Pasco, combina herencia austro-alemana con tradiciones amazónicas y andinas, lo que le otorga una identidad cultural única en la selva central del Perú. Fundada por colonos europeos en el siglo XIX, aún conserva casas de madera con techos a dos aguas y festividades que evocan su origen.
Forma parte de la Reserva de Biósfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha, que protege una vasta biodiversidad. Su gastronomía, que fusiona sabores locales con recetas de origen europeo, es uno de sus atractivos.
Huancaya
Ubicada en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas, Huancaya deslumbra con sus lagunas turquesas y cascadas. Su entorno natural, sumado a tradiciones agrícolas y ganaderas, convierte al pueblo en uno de los destinos más valorados de la sierra limeña.
Huancaya se encuentra en la provincia de Yauyos, Lima, y es uno de los destinos más valorados por su belleza paisajística. Forma parte de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas y se distingue por sus lagunas de aguas turquesas y cascadas que forman un circuito natural único en la sierra de Lima.
Sus habitantes mantienen tradiciones agrícolas y ganaderas, y ofrecen al visitante experiencias de turismo vivencial. El pueblo combina la tranquilidad de su entorno con actividades como caminatas, pesca artesanal y festividades religiosas, lo que lo convierte en un ejemplo de turismo rural sostenible en la región.
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