El X Congreso Internacional de la Lengua Española se llevará a cabo del 14 al 17 de octubre, y tendrá como invitados al rey Felipe VI y al director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, entre otros académicos y literatos. Conversamos con Alonso Ruiz Rosas, poeta, gestor cultural, diplomático arequipeño y coordinador general del CILE, acerca de la importancia de este encuentro en el Perú.
Por: María Laura Hernández de Agüero
Alonso Ruiz Rosas construyó puentes entre la literatura y la política cultural, y como responsable de la inscripción del Centro Histórico de Arequipa en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, formuló el Plan de Política Cultural del Perú. Ha sido agregado cultural de la embajada de Perú en Francia y lo es ahora en nuestra embajada en España.
“La idea de traer el Congreso a Arequipa nació en un almuerzo en París, cuando Juan Manuel Bonet era director del Instituto Cervantes en Madrid, y luego, cuando asumió la dirección Luis García Montero, retomamos el tema. Durante su última visita a Arequipa, en noviembre de 2018, Mario Vargas Llosa propuso que la próxima edición de realizara en la ciudad.

Al celebrarse en distintas ciudades, el Congreso de la Lengua suele incorporar expresiones artísticas locales.
Se coordinó con las autoridades locales para que de inmediato respaldaran la iniciativa, y se creó una comisión de apoyo encabezada por el rector de la Universidad de San Agustín. Finalmente se pidió a la Cancillería que se pusiera a la cabeza de la gestión y echamos a andar el proyecto”, cuenta Alonso.
¿Por qué es importante el Congreso Internacional de la Lengua Española para el Perú?
Es una lengua que venimos enriqueciendo desde hace cerca de medio milenio con diversos aportes, una lengua que compartimos con seiscientos millones de personas en el mundo, lo cual tiene un valor excepcional. Es, también, una puerta de acceso al aprendizaje de las otras lenguas latinas y a su influjo en otros idiomas. Con el español llegó también la escritura alfabética al Perú y la primera imprenta de América del Sur.
Al utilizar el alfabeto latino y los números llamados arábigos, el español marcó desde el siglo XVI un cambio de paradigma en nuestro país, sobre el que se levanta el edificio de la cultura letrada del Perú. En ese edificio viven las obras de nuestros clásicos, del Inca Garcilaso y Guamán Poma a Vallejo, Arguedas o Vargas Llosa, pasando por Churata, Blanca Varela, Ribeyro y tantos otros. En el español del Perú se han escritos todas las gramáticas y vocabularios de nuestras lenguas originarias; al español se han traducido las obras de nuestras tradiciones orales, y en la lengua española se ha desplegado aquí el más amplio conocimiento en todas las áreas de las humanidades y las ciencias, para no referirnos al enorme patrimonio que, a través de la lengua, compartimos con la comunidad iberoamericana.

Alonso Ruiz Rosas lidera el X Congreso Internacional de la Lengua Española.
Muchos piensan que el español fue impuesto como lengua mayoritaria durante el Virreinato.
Llegó con la Conquista hace cerca de medio milenio, se fue esparciendo durante el Virreinato, pero su mayor expansión se produjo durante la República, a medida que se fue ampliando la alfabetización y la educación en todos sus niveles. El quechua se expandió también durante el Virreinato, con el impulso evangelizador. No olvidemos que el primer libro impreso en el Perú, en 1584, fue un catecismo en español, quechua y aimara.
¿Crees que desaparecerán las lenguas nativas del Perú?
No creo, al menos no las más extendidas. Ahora sabemos que la diversidad es un tesoro y que los tesoros deben ser protegidos. El quechua y el aimara gozan de buena salud, aunque hay que darles más apoyo. Las más de treinta lenguas amazónicas tienen un número menor de hablantes: urge redoblar esfuerzos para conservarlas y tener al menos un registro cabal de todas. Según el “Atlas de las Lenguas del Mundo en Peligro” de la Unesco, solo en América del Sur hay unas cuatrocientas lenguas. En el mundo hay unas 7 mil lenguas, de las cuales cada dos semanas desaparece una. De esas 7 mil lenguas, solo 350 son usadas como medio de instrucción.
¿Qué lugar tiene ahora el español como lengua global?
En términos de hablantes nativos, es la segunda lengua materna más hablada del mundo, con 500 millones de hablantes, a los que se suman otros 100 millones de hablantes no nativos. La primera es el chino mandarín, con 950 millones de hablantes nativos y 1140 millones de hablantes en total. El inglés tiene 380 millones de hablantes nativos y 1500 millones en total. Es la primera en términos totales, seguida del chino mandarín, el hindi y luego el español. El español es la lengua oficial de 22 países y la segunda lengua más hablada de Estados Unidos, con 42 millones de hablantes. Su riqueza está en la variedad de expresiones culturales que la nutren y en el desarrollo de una política lingüística panhispánica.

Gabriel García Márquez saluda al rey Juan Carlos I y a la reina Sofía tras su discurso en el IV Congreso, Cartagena, 2007.
Se dice que cuando muere una lengua muere el alma de un pueblo.
Es un tema complejo. Es evidente que morimos todos los individuos que formamos todos los pueblos, pero los pueblos –salvo en los casos de extinciones totales, debido a matanzas, genocidios, epidemias, cataclismos, etc.– sobreviven o prosiguen, en una continua transformación de comunidades, cuerpos, almas y lenguas.
¿Qué pasa con las lenguas muertas?
Hay muchas lenguas de las que prácticamente no queda rastro y otras que no se hablan, pero que permanecen en sus textos, dado que pasaron al registro escrito (en términos históricos, la grabación es, como sabemos, muy reciente). Un caso curioso es el latín, lengua muerta a la que algunos llaman en desuso, porque todavía se escribe y se lee o entona ritualmente.

En abril de 1980 tuvo lugar en Lima el VIII Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
¿Qué consideras lo más importante del próximo CILE?
Los temas y los participantes. Conversar sobre el mestizaje y el diálogo intercultural en nuestra lengua, sobre la necesidad del lenguaje claro y accesible, y ocuparse también del impacto de la cultura digital y la inteligencia artificial es, sin duda, muy oportuno y relevante. Habrá también un muy merecido homenaje a Mario Vargas Llosa, aparecerán algunos libros importantes y se desplegará un nutrido programa de actividades culturales paralelas.
El CILE busca siempre ciudades intermedias para su realización, y Arequipa es, en esos términos, ideal. No debe olvidarse que es una ciudad profundamente mestiza, donde se habla un español cargado de quechuismos, aimarismos y términos provenientes de otras lenguas, ni que el primer presidente de la Academia Peruana de la Lengua fue el notable jurista arequipeño Francisco García Calderón Landa, presidente provisional de la República y autor del “Diccionario de la Legislación Peruana”.
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