Su escultura, elaborada con 35 kilos de chocolate amazónico, ganó el primer puesto en el Salon Du Chocolat por encima de siete maestros chocolateros franceses. En declaraciones para COSAS, Olivares brindó detalles sobre su paso por este concurso.
Por: Mery Jiménez Heredia
El chocolatero peruano Frank Olivares obtuvo el primer lugar en la categoría de esculturas del Salon Du Chocolat de París. Su victoria es doblemente significativa, pues superó a siete maestros chocolateros franceses en su propia casa. “Me siento muy emocionado porque no pensé venir a un país que es potencia mundial en esculturas de chocolate y ganar”.
Su obra, titulada “Monumento al Theobroma Cacao”, fue elaborada con 35 kilos de chocolate amazónico y representa a una bailarina de marinera norteña mostrando un grano de cacao. Con esta figura, el artista rindió homenaje a la diversidad genética del cacao peruano y a las raíces culturales que lo inspiran. “Este año el Salon du Chocolat cumple 30 años y la temática era fiesta, entonces ahí nace la idea de presenta la marinera, la elegancia de la mujer norteña con el cacao que representa nuestro grano de oro. Quise mostrar que el Perú no solo vende granos, sino que también crea productos con identidad”, explica.

La escultura de Frank Olivares: “Monumento al Theobroma Cacao”, elaborada con 35 kilos de chocolate amazónico.
Olivares, chocolatier principal de Chozu, participó en el certamen tras ganar el primer puesto en esculturas durante el Salón del Cacao y Chocolate del Perú 2025, lo que le permitió representar al país en la edición internacional. Según contó, su participación en París fue casi inesperada. “Inicialmente solo iba a exhibir la escultura ganadora aquí, pero me avisaron que podía concursar en Paris. No lo dudé ni un segundo, sabía que era un concurso muy importante contra chocolateros con experiencia, con tecnología, pero no me iba a amilanar, tenía que estar a la altura”.
El proceso no fue sencillo. Además de las exigencias técnicas, debió adaptar su pieza a las medidas del concurso y enfrentar limitaciones logísticas en un país ajeno. “Trabajar en París, un lugar donde no tienes a nadie, sin un taller fue muy retador. Las cocinas son pequeñas, no tenía una mesa de granito ni los equipos necesarios. Tuve que improvisar con técnicas distintas. Muchas veces el chocolate no salía bien y debía empezar de nuevo”, relata.

Olivares superó a siete maestros chocolateros franceses en el Salon Du Chocolat de París.
Para la creación de su obra utilizó técnicas avanzadas de chocolatería como el atemperado o modelado, logrando una pieza de gran precisión. Sin embargo, para Frank, este logro no había sido posible si su estrecha colaboración con productores nacionales. “Gracias a un chocolatero de Ucayali, de la marca ‘Piri Piri’, pude conseguir el chocolate necesario. Apenas le conté mi proyecto, me dijo ‘toma cuanto necesites’, sin pedirme nada a cambio”, revela. “Trabajar con cacao es muy costoso”, agregó.
En esa línea, también expresó su gratitud a quienes hicieron posible su participación. “Estoy muy agradecido con la señora Marines Justiniano, del Museo del Cacao y Chocolate del Perú y también a quienes me apoyaron, incluyendo mi propia marca, Sumaq Kamari, que cubrió casi todos los gastos”, señala.
El Salon Du Chocolat reunió este año a más de 250 expositores de 60 países, entre ellos Bélgica, Francia, Japón, Ecuador y Perú. En este contexto, la hazaña de Olivares se convierte en un motivo de orgullo nacional. “Para mí este premio es un paso más para demostrar que el cacao peruano está a la altura del mundo”, afirma. “Es el fruto de mucho esfuerzo, pero también de una pasión enorme por mostrar lo que somos”.
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