El proyecto de remodelación busca recuperar el diseño que tuvo la Plaza Mayor en el siglo XIX y devolverle su carácter histórico. La propuesta, que incluye cambios en el empedrado y las áreas verdes, ha generado diversas opiniones entre especialistas y ciudadanos.

Por Redacción COSAS

El proyecto de remodelación de la Plaza Mayor de Lima, elaborado por Prolima, órgano de la Municipalidad Metropolitana de Lima, ha abierto un amplio debate sobre cómo debe lucir el corazón histórico de la capital. La propuesta plantea recuperar el diseño de 1860, adaptándolo a los usos contemporáneos y a criterios de sostenibilidad ambiental.

Desde su fundación en 1535, la Plaza Mayor ha cambiado de aspecto en al menos seis ocasiones. La última gran transformación ocurrió en 1996, cuando se incorporaron jardines y palmeras. Hoy, el plan de Prolima busca retomar su trazo original y devolverle el protagonismo urbano que tuvo durante el virreinato, cuando era considerada la plaza más importante de Sudamérica.

La propuesta de Prolima propone extender sus límites hacia los ejes perimetrales.

Luis Martín Bogdanovich, gerente de Prolima, explicó que el objetivo es consolidar su papel como punto de encuentro ciudadano y escenario de celebraciones cívicas, religiosas y culturales. “La plaza es un lugar donde todo sucede”, señaló en entrevista con El Comercio. “Debe poder albergar conciertos, procesiones y ferias, sin obstáculos que limiten la participación de la gente”.

¿Qué plantea el proyecto?

El rediseño propone ampliar los límites de la plaza, que pasaría de 11.205 a 19.069 metros cuadrados, nivelando el suelo con las calzadas que la rodean para mejorar la accesibilidad peatonal. El piso sería reemplazado por piedra granítica blanca y gris oscura, con detalles en basalto y canto rodado, siguiendo las técnicas tradicionales de pavimentación. “El empedrado se colocará sobre tierra y cal, lo que permite una mejor permeabilidad del suelo y reduce la retención de calor”, precisó Bogdanovich.

El proyecto propone ampliar el área actual de la plaza de 11.205,43 a 19.069,22 metros cuadrados.

Uno de los cambios más discutidos es la sustitución de los jardines y las 15 palmeras actuales por 24 molles costeños, especie que, según Prolima, consume menos agua y proporcionará mayor sombra y frescura. “Debajo de los árboles habrá bancas para que las personas puedan descansar cómodamente”, agregó el funcionario. Además, se colocarán macetas con flores de estación alrededor de la pileta central para realzar su entorno.

Así lucirán los molles costeños propuestos en el plan de trabajo de Prolima.

La inversión estimada es de S/ 31,6 millones. Para su elaboración, el equipo técnico tomó como referencia plazas emblemáticas de Hispanoamérica, como el Zócalo de México, la Plaza Mayor de Bogotá y las de Madrid y Salamanca. “En muchas de estas ciudades las plazas habían sido convertidas en parques, pero luego se recuperó su esencia urbana. Lima es la última donde falta dar ese paso”, comentó Bogdanovich.

Así lucía originalmente la Plaza de Armas en 1860.

El proyecto tiene una inversión estimada de S/ 31,6 millones. Para su diseño, el equipo técnico tomó como referencia plazas emblemáticas de Hispanoamérica, como el Zócalo de México, la Plaza Mayor de Bogotá y las de Madrid y Salamanca. “En muchas de estas ciudades las plazas habían sido convertidas en parques, pero luego recuperaron su esencia urbana. Lima es la última donde falta dar ese paso”, apuntó Bogdanovich.

Voces a favor y en debate

El historiador David Pino, director del Instituto de Estudios Históricos de Lima, considera que la iniciativa es beneficiosa. “La propuesta busca devolverle a la plaza el espíritu que tuvo en el siglo XIX, cuando era un gran espacio de concentración social. En los últimos años, los jardines han limitado la afluencia y se deterioran cada vez que hay celebraciones o procesiones”, indicó.

Sin embargo, en redes sociales y foros ciudadanos, algunas voces han expresado su preocupación por la pérdida de áreas verdes y el reemplazo de las palmeras, que forman parte del paisaje actual. Otros cuestionan si el proyecto debería priorizar la movilidad peatonal y la sombra natural por encima de la reconstrucción histórica.

Actualmente, el plan se encuentra en fase de validación técnica y proceso de socialización, a pedido de la Unesco.

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