La diseñadora colombiana Ana Tafur recibió el Bicester Collection Award en el Teatro alla Scala de Milán, reconocimiento que celebra The Sake Project y su innovación en moda sostenible colaborando con comunidades indígenas del Perú.

Por: María Jesús Sarca AntonioFotos: cortesía de Ana Tafur

“Los primeros tres años en que yo llegué al Perú, no sabía por qué estaba ahí”, recuerda Ana Tafur, cuyo primer acercamiento al mundo textil surgió a través de una tesis sobre los Arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia.

Ese proyecto académico se convirtió en el punto de partida de una búsqueda personal y profesional que la llevó a recorrer el Perú, desde los Andes hasta la Amazonía, en diálogo con comunidades que preservan tradiciones milenarias. En esos viajes descubrió materiales naturales, técnicas olvidadas y la conexión profunda entre cultura y territorio que hoy define a su trabajo.

Artesanas de Cóndor Pallay realizan pago a la tierra por el inicio de la producción de Sake en el nevado de Ausangate.

Su recorrido comenzó en zonas rurales, observando la elaboración de textiles tradicionales y explorando procesos de producción con comunidades locales. “Primero empecé a viajar mucho por los Andes y a conocer un poco cómo era la sensación, dónde estaban, qué hacían, cómo eran los procesos productivos, las técnicas«, explica.

Ana trabajó durante más de una década trabaja con los artesanos de Pinchimuro en Cusco, desarrollando talleres, capacitación en teñido de fibras y apoyo en infraestructura local. Su trabajo implicó construir confianza, revalorar su oficio y mejorar su calidad de vida.

Así es como se consolidó The Sake Project, un laboratorio textil vivo, donde en su experimentación destaca el uso del cuero de paiche, fruto de años de investigación para descubrir una fórmula natural que permite curtir la piel del pescado sin contaminantes ni olores, utilizando aceites vegetales en lugar de químicos industriales. Además, Ana se preocupa por el bienestar animal y selecciona cuidadosamente piscigranjas que cumplen con estándares éticos: “Hay muchos criaderos que no cuentan con el espacio adecuado, que están llenos de animales enfermos y que no tienen ni un tema de sostenibilidad ni nada”.

Cuero de paiche curtido sin contaminantes y sin olor.

Cuero de paiche curtido sin contaminantes y sin olor.

Botas Paiche.

Bolso con escamas de paiche.

Ana Tafur junto a miembros que trabajan la shiringa, en la comunidad de Rebalse, Chazuta.

Abrigo de shiringa creado por Jorge Escompani, en Madre de Dios.

Chaqueta de shiringa y top de mostacillas creado por Emilia Teco Canayo.

También emplea shiringa, un biocuero natural extraído de árboles de caucho, producido por comunidades amazónicas con conciencia de aprovechamiento forestal, como la que hace una comunidad en Rebalse, Chazuta. “Me llevé la fórmula al laboratorio y todavía la sigo desarrollando para dejar de usar el amoníaco o ácido sulfúrico, que terminan siendo contaminantes, sobre todo en la Amazonía”. En Megantoni, en el Bajo Urubamba, lideró un programa para rescatar el uso del algodón azul, una fibra nativa de la selva peruana.

“Busco dar importancia a la cadena de producción y a las piezas terminadas”.

El impulso que la llevó a crear The Sake Project comenzó tiempo atrás, cuando Ana residía en Asia. “Hace veinte años, viajaba mucho por Bangladesh, Vietnam y China. A pesar de que son destinos que gozan de verdes paisajes y grandes culturas, hay mucha contaminación y esclavitud. Al ver toda esa realidad, empecé a obsesionarme con hacer algo diferente”, cuenta. Su paso por las grandes fábricas textiles le permitió comprender el costo humano y ambiental de la industria. Desde entonces, su objetivo fue construir un sistema basado en la ética, la educación, la preservación de técnicas ancestrales, la restauración ecológica y construir una economía circular que promueva independencia y sostenibilidad. “Lo que busco es dar importancia a la cadena de producción y a las piezas terminadas. Busco una moda que cree piezas de valor emocional”, afirma.

Ana Tafur

Durante la Milán Fashion Week, Ana Tafur fue premiada por integrar saberes ancestrales y sostenibilidad en la moda contemporánea.

La premiación en Milán

La diseñadora recibió el Bicester Collection Award en los CNMI Sustainable Fashion Awards 2025, celebrado en el Teatro alla Scala de Milán, en una gala que reunió a referentes internacionales de la industria. En el evento, figuras como Anna Wintour reflexionaron sobre la visión de Giorgio Armani y su influencia en el diseño contemporáneo.

Ana recuerda el momento con emoción: “Me paré y tuve un sentimiento que no se compara a nada anterior. Di un discurso genuino, con el alma, que es la que me impulsa a hacer todo este recorrido. Es muy gratificante que se reconozca todo el trabajo que hay detrás con tantas comunidades, y creo que lo logré”.

Chompa de alpaca y algodón bordada a mano, con falda a crochet en algodón pima.

Chompa de alpaca y algodón bordada a mano, con falda a crochet en algodón pima.

Ana recibió el premio Bicester Collection en los CNMI Sustainable Fashion Awards.

Aunque detrás del logro aún prevalecen los retos. Un ejemplo es la desventaja de la moda sostenible frente al ‘fast fashion’. Mientras este último lanza decenas de colecciones al año, la moda ética que ella promueve produce menos piezas y con un costo significativamente mayor: “Tu producto termina siendo cinco veces más caro en la tienda. ¿Cómo explicas que la misma prenda cueste 30 soles en un lugar y 500 en otro?”. Defender el enfoque que priorice calidad, respeto por los recursos y valor emocional es, por el momento, el mayor desafío al que se enfrentará la diseñadora en el futuro.

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