El fallo de 14 años por coimas en Moquegua dominó la conversación pública: brindis tajantes, portadas sin matices y un Parlamento dividido entre celebración y críticas al cálculo político.
Por: Renzo Espinosa Mangini
El país vivió una jornada intensa tras conocerse la sentencia contra el expresidente Martín Vizcarra. Primero hablaron las voces influyentes en televisión y redes; luego, los diarios le pusieron título al veredicto; y finalmente, el Congreso tomó la posta entre aplausos y reproches. El caso Moquegua fue leído como un punto de quiebre, pero también como un recordatorio de cuán rápido se mezcla justicia, política y narrativa mediática en el Perú.
Líderes de opinión no tardaron en fijar postura. Hubo desde celebraciones frontales hasta advertencias sobre el contexto político que rodea al fallo. En paralelo, la prensa nacional marcó la agenda con encabezados contundentes, mientras los parlamentarios debatían el impacto institucional y electoral de la condena.

Martín Vizcarra en la sala de audiencia, minutos antes de la lectura de la sentencia. Expectativa en silencio, documentos listos y un protagonismo inevitable que luego saltaría del tribunal a las portadas, la TV y las redes.
Líderes de opinión: el veredicto de las pantallas y las redes
El influencer político Aldo Mariátegui marcó el tono más duro: celebró el fallo con un brindis con whisky escocés y lo calificó como “coimero” y también “golpista” por su periodo presidencial, recordando la pandemia y el Vacunagate. “Ha sido encarcelado un coimero, un golpista venenoso, un traidor sistemático, un cobarde que se vacunó a escondidas y que por su culpa murieron más de 220 mil peruanos debido a su pésimo manejo del COVID. Brindo porque todas las pruebas están contra él”, dijo. Un mensaje frontal que encendió seguidores y detractores.

Tras conocerse el fallo, Aldo Mariátegui brinda con whisky en mano por la sentencia.
La periodista Juliana Oxenford adoptó un punto crítico. En su programa sostuvo que la condena “era obvia” por los pagos ilícitos, pero que el sistema judicial peruano también sentencia por “ideas o presunciones”, subrayando el contexto político del Congreso y la inhabilitación de la fiscal Delia Espinoza. Para Oxenford, detrás del fallo también hay cálculo: “bajarse a cualquier adversario político” rumbo al 2026.
Mientras tanto, la periodista Milagros Leiva celebró la noticia tras años —y costos personales— de señalar a Vizcarra en pandemia. “Hoy se ha hecho justicia. Falta juzgarlo por todo el daño que hizo durante la pandemia. Falta todo su capítulo presidencial y el daño del COVID-19”, añadió.
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Finalmente, el semanario En sus Trece, de César Hildebrandt, también tomó la posta en redes. Recordó que fue el primer medio en destapar lo que describe como la “estafa detrás del proyecto Lomas de Ilo”, un informe que remonta a junio de 2018, cuando encendieron la alerta pública sobre la viabilidad de la obra. Años después, un testigo eficaz revelaría la presunta coima de S/ 1 millón que Vizcarra habría recibido por el proyecto, un dato que volvió a circular el mismo día del fallo, reforzando el rol de los medios alternativos en marcar la agenda antes que los grandes diarios.
Portadas: la sentencia convertida en titulares
La prensa completó el segundo acto. Los noticieros marcaron la agenda digital, pero el papel también ardió. La República abrió con “Vacado, inhabilitado, impedido de postular y ahora va preso”. Por su lado, Ojo lo tituló como “‘Lagarto’ pasará 14 años preso” y recordó que es el cuarto presidente sentenciado con encierro en Barbadillo, donde ya están Humala, Toledo y Castillo.






Perú21 y El Comercio coincidieron en el enfoque anticorrupción: “Condenado por corrupto” y “cobró S/2,3 millones de coimas por obras en Moquegua”. La nota más popular llegó desde Trome: “¡Vergüenza de presidentes!”. La indignación como resumen y como postura.
Congreso: celebración, imagen país y deslinde electoral
En el hemiciclo, el congresista Alejandro Muñante celebró el fallo y lo interpreta como “la primera de varias sentencias” por casos aún abiertos, como los de su gestión en Transporte y el expediente pendiente del Vacunagate. El legislador Elvis Vergara aseguró que la decisión no sorprendió y recordó el caso Humala como antecedente. Pero lamentó el efecto país: “proyecta una imagen negativa afuera; toca reforzar controles”.
El tercer vicepresidente del Congreso, Ilich López, marcó distancia política del entorno familiar del exmandatario, afirmando que “nadie debe tener miedo” a los hermanos Vizcarra y que el debate 2026 requiere menos improvisación y más propuestas sólidas.
La reacción también vino desde el círculo más cercano. Mario Vizcarra, candidato a la presidencia y hermano del expresidente, no ocultó su indignación por la sentencia. En declaraciones públicas, el líder del entorno familiar criticó con fuerza al sistema judicial y a la clase política tradicional. “Ya Vizcarra está derrotado, por eso creen que su partido muere. Jamás, acá estoy yo para reemplazarlo”, exclamó, acusando al fallo como parte de un “pacto mafioso”. En esa línea calificó la jornada como un “día negro” y de “vergüenza”, defendiendo la figura de su hermano —a quien llamó “honesto” y “del pueblo”— y aseguró que su único delito “fue enfrentarse a los mafiosos que caminan libres por la calle”.

Martín Vizcarra durante su traslado al penal de Barbadillo, donde cumplirá prisión efectiva. La imagen que simboliza el cierre judicial del día, pero no el final de su relato político en la conversación digital.
Cierre desde X: “no es justicia, es venganza”
El tercer acto se jugó en redes. Tras escuchar el fallo, Martín Vizcarra llevó su defensa al móvil. Escribió desde X: “Me han sentenciado por enfrentar al pacto mafioso. No es justicia, es venganza. Pero no me van a doblegar. La respuesta está en las urnas”.
Minutos después, insistió recordando sus procesos anteriores: “Me han vacado. Me han inhabilitado. Me han sacado de mi partido. Y ahora me meten a la cárcel. ¿Tanto miedo tienen a Vizcarra?”.
La sentencia de Moquegua marcó su destino inmediato. Pero el relato —y la batalla por el 2026— recién empieza.
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