Creadora, mamá, esposa y heredera de un linaje joyero que marcó su vida, Denisse Dickson Murguia celebra esta Navidad rodeada de tres generaciones de mujeres que la inspiran. Entre recuerdos de infancia, tradiciones familiares y la magia cotidiana que comparte con su hija Ania.
Por Renzo Espinosa Mangini | Fotos: Paolo Rally
La historia de Denisse Dickson Murguia podría contarse a partir de un brillo: el de las joyas que han acompañado a su familia durante generaciones. Creció entre anillos antiguos, relatos de bisabuelos joyeros y tardes enteras escuchando a su abuela, Marisa Indacochea de Murguia, hablar del origen de cada piedra. Ese universo familiar –cálido, femenino, luminoso– moldeó silenciosamente su destino, incluso cuando ella misma creía que estaba lejos de convertirse en diseñadora.
“Siempre le pedía a mi abuela desde muy chica que me contara historias: por qué las piedras tenían esos colores tan especiales o de dónde venían. En esas historias nació mi curiosidad por las joyas”, recuerda. Aunque estudió Administración de Empresas, la llamada del oficio fue más fuerte. “Dije: ‘En verdad quiero ser joyera’, esa certeza me llevó a Milán, donde me formé como diseñadora de joyas y aprendí todo lo que necesitaba para crear el universo de mi marca”.

Marisa Indacochea de Murguia, Ania Herrera Dickson, Denisse Dickson Murguia y Verónica Murguia. Cuatro generaciones unidas por el amor, los valores y la magia de las fechas que las reúnen.
Su familia siempre lo vio venir. Su bisabuelo y abuelo también fueron joyeros, y desde niña escuchó una frase que hoy le hace sentido: “Me decían que yo tenía ‘el gen joyero’ en mí. Que ese legado trasciende conmigo”. Ella sonríe y lo confirma: ha convertido esa herencia en una marca personal, llamada Isse Fine Jewelry, hecha a pulso, intuición y memoria.
Diseñar vida: la creatividad como legado
Como directora de su marca, Denisse se mueve entre dos mundos: el creativo y el empresarial. “Disfruto más la parte creativa, pero dirigir una marca también implica estrategia. Aprendí a encontrar equilibrio entre la inspiración y la gestión”, confiesa. Pero siempre vuelve a lo esencial: las historias. “Cada colección nace con una intención, porque creo que las joyas cuentan historias”. Para ella no se trata solo de estética, sino también de significado.
“Convertirme en mamá transformó mi forma de crear: ahora imagino piezas que cuentan momentos, memorias y vínculos”, señala Denisse. Así nació la colección I Love You, inspirada en Ania, en el amor profundo entre una madre y su hija, y en ese lazo que las une para siempre. Es una colección Mommy and Me, compuesta por una pulsera de oro 18K con corazones de madreperla para la mamá y otra para la hija, pensadas para usarse juntas y celebrar ese vínculo único.

Denisse Dickson, entre historias familiares y un oficio que terminó convirtiéndose en su destino.
Esa inspiración continúa. “Esa conexión es demasiado bonita. Cada vez que puedo me inspiro en ella, en los momentos cotidianos”, afirma. Y reconoce que su propio modelo maternal –su mamá, Verónica Murguia– la guía: “Mi mamá trabajaba todo el día, pero siempre encontraba momentos de calidad. Eso trato de replicar: trabajar, pero almorzar con Ania o traerla conmigo. Ese tiempo nos une”.
Además, diseñó las joyas de su propio matrimonio, un capítulo profundamente especial en su historia. Se inspiró en el bordado de su vestido de novia para crear piezas femeninas y románticas, y las trabajó durante meses para que estuvieran listas para el gran día. Su intención no fue solo celebrar ese momento, sino también dar vida a piezas que, con el tiempo, se convirtieran en un legado para su familia.
Por eso, cuando le preguntan qué aconseja a una novia, no duda: “Que piense en piezas que pueda volver a usar y que algún día quiera transmitir a la siguiente generación. Las joyas del matrimonio son el inicio de un legado. Y si desea diseñarlas desde cero, mi mejor consejo es hacerlo con tiempo: el proceso creativo merece calma para que cada detalle quede perfecto”.

El legado amoroso, emocional y cotidiano que conecta a abuela, hija, madre y nieta.
Navidades que unen generaciones
La Navidad en casa de Denisse tiene algo de ritual heredado y mucho de complicidad familiar. Para ella, estas fechas son un regreso al origen. “Los bisnietos de mi abuela, incluida Ania, tratamos de mantenernos unidos. No somos muchos, pero nos juntamos el 24”, cuenta. El 25 es territorio de su mamá, quien organiza un almuerzo pensado “sobre todo para los niños”.
Y hay dos tradiciones que nunca fallan: la oración antes de cenar y el menú clásico de pavo y ensalada. “Siempre, desde chiquitos, rezábamos en Navidad”, recuerda. Este año será especial: celebrará como esposa recién casada con Michael Woodman Valdez, junto a las dos familias. “La unión familiar es lo principal. Este año haremos el 24 con mi familia y el 25 con la suya”.
Pero cuando piensa en lo que quiere que su hija recuerde, lo tiene clarísimo: “El amor y los valores que siempre nos han inculcado y que yo trato de trasladárselo a ella”.

La memoria viva de la familia: su abuela Marisa, guardiana de historias y tradiciones.
Su mamá y su abuela, protagonistas silenciosas de esta historia, recuerdan la Navidad con la misma emoción. “Siempre tratamos de reunirnos el 24, estar unidos, compartir y agradecer lo que tenemos: una familia”, afirman. La tradición del amigo secreto es infaltable.
Ver a Denisse convertida en mamá es, para ellas, una emoción profunda. “Es una nueva vida. Me fortalece más el lado de la amistad con ella; ya no tanto mamá-hija, sino amigas”, dice su mamá, educadora de profesión. “Lo que tiene que hacer con su hija le corresponde a ella, no a mí. Yo solo acompaño”.
Su deseo para su hija en estas fechas es claro: “Que siga construyendo una familia estable, dentro de un vínculo de armonía. Todo parte de ellos dos”.

Valores que se enseñan con el ejemplo: unión, amor y tradición en tres edades distintas.
Un deseo para cerrar el año
Cuando Denisse mira hacia el 2025, lo resume con un deseo sencillo y cálido: “Deseo una feliz Navidad, que la pasen súper lindo en familia y que todos esos momentos sean recordados a lo largo de la vida”.
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