Durante su mensaje navideño, el pontífice destacó el sentido espiritual de las tareas cotidianas y renovó su pedido de una tregua global en Navidad, con un llamado directo a la reconciliación personal y entre los pueblos.

Por Redacción COSAS

En su primera celebración de Navidad como pontífice, el papa León XIV centró su mensaje en el valor del trabajo cotidiano, la necesidad de la paz y la urgencia de detener los conflictos, al menos por un día, en el mundo entero.

Desde el Vaticano, el Santo Padre invitó a mirar el pesebre como un reflejo de la vida diaria y de las tareas que dan forma a la existencia humana. “En el pesebre, la imaginación popular ha incluido a menudo muchas figuras extraídas de la vida cotidiana, que llenan el espacio alrededor de la gruta. Nos recuerdan que todas nuestras actividades, nuestras ocupaciones cotidianas, adquieren su pleno sentido en el designio de Dios, que tiene su centro en Jesucristo”, afirmó.

Un llamado a la paz

El mensaje espiritual se enlazó con un llamado concreto a la paz en un contexto internacional marcado por los conflictos armados. El Papa expresó su preocupación por la falta de avances en la propuesta de una tregua navideña y manifestó su tristeza ante la respuesta negativa de Rusia. “De las cosas que me causan mucha tristeza es que Rusia aparentemente ha rechazado la petición de una tregua de navidad”, señaló ante los medios a la salida de su residencia en Castel Gandolfo, donde descansa entre el lunes y martes.

León XIV reiteró su pedido a todas las partes involucradas en conflictos armados para que respeten la festividad cristiana. “Yo hago esta petición a todas las personas de buena voluntad para que respeten al menos la fiesta del nacimiento del Salvador un día de paz”, instó. Y agregó: “Ojalá nos escuchen para que haya 24 horas de paz, un día de paz, en todo el mundo”.

«Renuevo mi llamado a todas las personas de buena voluntad para que respeten un día de paz, al menos en la festividad del nacimiento de nuestro Salvador”.

En la misma línea, el pontífice animó a trasladar ese deseo de concordia al plano personal. “Antes de Nochebuena, piensen en una persona con la que hacer las paces: será un regalo más valioso que los que se pueden comprar, porque la paz es un don que solo se encuentra en el corazón”, expresó.

Días antes, el Papa ya había profundizado en el significado de la paz desde una perspectiva espiritual y social. “El nacimiento del Príncipe de la paz (Is 9,6) nos revela el auténtico sentido de esta palabra, paz, que no es solo la ausencia de guerras, sino una amistad entre los pueblos basada en la justicia”, recordó. En ese mensaje, subrayó que el camino hacia la concordia comienza en lo cotidiano: “Todos deseamos esta paz para las naciones heridas por conflictos; pero recordemos que la concordia y el respeto comienzan en nuestras relaciones cotidianas”.

 

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