Sed de venganza. Esa es la característica principal de Judy Moncada, el desalmado personaje con el cual millones de personas, en casi doscientos países, han quedado impresionados gracias a la solidez interpretativa de Cristina Umaña. “Judy es una mujer dolida que lleva una gran oscuridad en su corazón, producto no solamente de la muerte de su hermano (Jaime, asesinado a manos del personaje de Pablo Escobar) y de su marido (el narcotraficante Julio Moncada, también víctima de ‘El Patrón’), sino de un negocio tan sórdido como el narcotráfico”, explica la propia Cristina, mientras su hijo de 6 años, Baltazar, mira una película. “Nunca suelo juzgar a mis personajes, y siempre les ofrezco mi alma para que puedan brillar con toda su esencia, pero Judy es una mujer muy lejana a mi naturaleza”.
¿Existe algo tan intenso en tu vida capaz de llevarte a compartir sus ánimos de revancha?
¡Uy, ruego a Dios que eso nunca me pase! Creo que el peor de los caminos que uno puede tomar es la venganza. No deja nada bonito para nadie; al contrario, llena de mucho dolor. No es una buena arma ni una buena decisión.
¿Qué diferencias encuentras entre el tipo de serie que es Narcos y las demás producciones en las que has participado hasta ahora? (Además de Capadocia, la lista incluye a El Capo y Cumbia Ninja, entre otras).
Cuando haces una serie como Narcos, entiendes que el presupuesto es un tema que hace la diferencia. Tienes mucho más tiempo para tus escenas, más juguetes a la mano, y eso, pues, es una delicia.
En un plano más superficial, tu personaje también destaca por el vestuario que lleva.
¡Sí! María Estela Fernández, la diseñadora de vestuario, me decía: “Estoy vistiendo a puro macho; no me puedo divertir tanto con las chicas”. El personaje de Tata (la esposa de Escobar) era muy conservador; en cambio, Judy era ‘show off’. Podía usar el mejor cinturón, el mejor pantalón, los mejores aretes, los mejores lentes… y todo le iba bien. Fue muy rico, gozamos mucho. Cada prueba de vestuario era una fiesta.
Junto a tu familia, te mudaste a Miami hace algunos meses (antes vivían en Bogotá). Ya en Estados Unidos, ¿se han abierto las puertas de Hollywood?
Digamos que, en este momento, la serie respalda mi trabajo, la gente sabe perfectamente quién soy y eso me ayuda a entrar al mercado, y la intención es poder tener acceso a castings y a cosas que puedan generarme oportunidades.
Sí estás interesada en incursionar en Hollywood.
No sé si “interesada” sea la palabra, pero sí es una opción. Es un mercado que cada vez presta más atención al talento latino, porque su audiencia latina es muy fuerte y está creciendo aún más; en esa medida, claro que me interesa. Estoy en Miami, pero una vez al mes viajo a Los Ángeles. Voy, tengo un manager, una agencia… Pero también me interesan mucho los proyectos a nivel de Colombia y Latinoamérica; no los quiero perder nunca porque forman parte de nuestra historia, y a cada uno siempre le gusta contar su propia historia, ¿no?
¿Has estado en el Perú alguna vez?
Una vez, hace como cuatro años, ¡y es de las veces que más rico he comido en mi vida!
Todos dicen lo mismo.
¡Ay, no, no, qué cosa tan espectacular!; ¡qué delicia! Tengo una deuda con Perú y conmigo misma que espero poder saldar; quisiera viajar mucho por Perú. Lo más divino no lo conocí todavía.
En Cumbia Ninja, tuviste la oportunidad de trabajar con Christian Meier.
¡Sí! Me parece un tipazo, además es guapísimo y carismático y un gran actor. También íbamos a coincidir en una peli ahorita, pero no fue posible. Una coproducción entre Perú y Colombia, se llama Doble, ¡divina!
¿Volverá Judy en la tercera temporada de Narcos?
Sé que ya están filmando los dos primeros episodios, pero todavía no tengo confirmación de si voy o no en la tercera temporada. Me siento muy agradecida por haber tenido un personaje tan importante en la segunda temporada; todo lo demás va a llegar por añadidura. Una siempre tiene que ser muy agradecida con la vida. Para mí fue un gran regalo.
Por Mariano Olivera La Rosa
Retrato de Oscar García