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«No hubo una pedida, fue una conversación. Tomas no es conservador. Solo sabíamos que queríamos estar juntos, ya habíamos tenido otra fecha, pero, por motivos laborales, no pudimos. Nosotros hemos estado hablando de casarnos, por lo menos, unos cinco años, pero recién lo hicimos a los diez años de estar juntos; supongo que si sigues feliz después de tantos años es hora de celebrar. Para mí casarme nunca fue un sueño, pero decidimos que sería una linda manera de celebrar la vida, con nuestras personas favoritas. Elegimos hacerlo en Pulpos, porque es mi playa favorita del Sur; hemos pasado muchos veranos felices ahí, así que no hubo dudas; no hubo matrimonio por iglesia, ya que somos budistas, y ese día un maestro celebró una pequeña ceremonia por nosotros en la India”, cuenta la novia.