En 2010, MAQU nació como un proyecto multidisciplinario que involucraba fotografía y creación de vestuario, pero sin un énfasis particular en el diseño de moda. “Entonces todavía no lo tenía tan claro”, dice Marisa Fuentes Prado. Aunque ya diseñaba para algunas marcas, aún sentía que le faltaba mucho por aprender. “Participé en distintos eventos, como el Lima Foto y el Perú Moda, y recién en este último, en que presenté una colección de alpaca con algodón orgánico, me metí de lleno en ese mundo”, cuenta.
Lo que vino dos años después fue una oportunidad que le permitiría, luego de un tiempo, llevar sus diseños donde siempre quiso que estuvieran: en Europa. Fue seleccionada para practicar con el diseñador Henrik Vibskov, en Dinamarca. “Para mí, él es uno de los mejores diseñadores, así que no lo pensé. Dije: ‘¡Me voy!’”. Como parte del team de diseñadores de Vibskov, trabajó tres colecciones que se presentaron en la Fashion Week de París y la de Copenhague. “Ahí vi cómo funcionaba la industria”, dice Marisa.
Luego de esa experiencia, se unió al staff de Freya Dalsjø para diseñar calzado. “Nunca había hecho zapatos a mano, pero me dijeron: ‘Haz los zapatos’, así que los hice. Y, como jugando, quedaron increíbles. Los mostramos en el Fashion Week de Copenhague y a todo el mundo le encantaron”. Gracias a eso, la Fundación Danesa de las Artes le concedió un premio en efectivo para que retomara MAQU, su proyecto personal, que, esta vez, se enfocó completamente en el diseño de moda.
Ahora, Marisa viene trabajando en su cuarta colección entre el Perú y Alemania, país en cuya capital estableció su marca de ropa en 2015. “La mitad de la colección la hacemos allá y la otra mitad, acá. Trabajamos con algodón orgánico de Portugal, Turquía y el Perú, pero cada colección es distinta. No seguimos tendencias, hacemos un trabajo muy personal”.
Por Vania Dale Alvarado
Publicado originalmente en la edición impresa de Cosas 618.