La imagen habla por sí sola. La televisión se apresta a mostrar en una moderna gráfica la figura de quién será el próximo presidente de Francia, o, eventualmente, presidenta. Cinco, cuatro, tres, dos… Uno. Emmanuel Macron obtenía más del sesenta por ciento de los votos en una segunda vuelta histórica para la política francesa y que el mundo entero miraba con atención, aquel domingo 7 de mayo.
En una pequeña sala de su comando, rodeado de sus más estrechos colaboradores y su esposa Brigitte, el ahora presidente más joven en la historia de la República celebraba casi conteniendo la alegría. Tal vez, aún no lograba dimensionar el tremendo hito que logró construir: despojar del poder a los dos partidos tradicionales de Francia y armar un nuevo referente político que mezclaba desde socialistas y ecologistas hasta gente de derecha.
La escena es parte del documental con el que Netflix sorprendió solo unos días después del triunfo de Macron, y que muestra cómo este político atípico, de treinta y nueve años, y ex ministro de Economía de François Hollande, logró lo imposible.
Han pasado casi dos meses desde entonces y el mundo entero ha visto cómo el presidente francés tomó las riendas con un discurso que está logrando posicionar a su país, nuevamente, en la primera línea de la política internacional, sobre todo, con una figura opuesta como Donald Trump, al otro lado del Atlántico, y una Europa en constante ebullición por los sentimientos antieuropeos de la extrema derecha y atentados terroristas.
LA PRIMERA CRISIS
Pero hace unos días, poco tiempo después de asumir, el flamante nuevo mandatario enfrentó el primer escándalo en su gobierno.
Todo parecía indicar que la luna de miel de su administración llegaba abruptamente a su fin. En un día, Macron sacó del gabinete a cuatro de sus ministros, tres de ellos relacionados con un escándalo de proporciones, acusados de usar dineros del Parlamento Europeo en contrataciones ficticias, y también de nepotismo.
Muchos medios europeos se aventuraron a comentar que el presidente había sacado la guillotina para no permitir que su administración se viera envuelta en una polémica, sobre todo, después de la aplastante victoria de su conglomerado político en las elecciones legislativas, que lo dejaron con mayoría absoluta en el Parlamento. El presidente tiene ahora asegurado el poder para llevar adelante sus reformas, con más de 350 escaños en el Legislativo y mayoría absoluta. Los analistas indican que la primera gran reforma debiera ser la laboral. La victoria en las elecciones legislativas también lo fortalece dentro de la Unión Europea, ya que un presidente con capacidades para gobernar tendrá siempre más peso en Bruselas que uno con una mayoría parlamentaria débil o una coalición multipartidista y poco estable.
LA ENCRUCIJADA EUROPEA
Entrevista a Pierre Lebret, especialista en política francesa
¿Se puede convertir Macron en el nuevo líder mundial que contrarreste la figura de Trump?
A lo que debe apostar el presidente francés es a que Europa, con sus diversos liderazgos, logre una unión política coherente para contrarrestar no solo la figura de Trump, sino también sus decisiones en materia de política exterior, como, por ejemplo, la reciente retirada del Acuerdo Climático de París. Europa debe escribir la historia con los que creen, sinceramente, en la idea de que la posibilidad de un mundo mejor no puede esperar, y menos ir hacia atrás. Cuando Europa ve retroceder a Trump respecto del acercamiento que Raúl Castro y Barack Obama habían logrado, debe profundizar su acercamiento con Cuba. El liderazgo europeo debe reforzarse para defender el modelo democrático y reafirmar valores comunes en un mundo donde las libertades individuales sufren retrocesos, y donde la principal potencia mundial opta por la estrategia del aislamiento.
¿Cómo ve la alianza generacional que ha formado con Justin Trudeau?
Es muy positivo ver a líderes políticos de una nueva generación llegar al poder, pero no tanto por su juventud, sino por sus ideas y las nuevas formas de hacer política. Un ejemplo es el compromiso de Canadá con los refugiados. En Francia, hoy se cuenta con un gobierno paritario, y con un Parlamento liderado en casi la mitad por mujeres, algo inédito y muy positivo.
Por Jonathan Reyes
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