Tu ayuda puede hacer la diferencia en la vida de niños que necesitan un hogar. Conoce el programa de padrinazgo de Hogares Nuevo Futuro y únete a esta noble causa. Descubre el impacto del programa en la vida de niños en abandono.
Por Ariana Cortez Fotos Christian Oses
La Asociación de Hogares Nuevo Futuro, del grupo Fundades, tiene dos líneas de trabajo principales: el sostenimiento de cinco hogares para niños en estado de abandono y la gestión de tres programas de prevención contra el abandono infantil. Estos hogares han sido el punto de partida del camino de superación de más de cuatrocientos niños. Gracias al programa de adopción, lograron cumplir su sueño de encontrar una familia que les diera calidez y amor. Sin embargo, la pandemia puso en riesgo el financiamiento de la asociación. Su principal fuente de ingresos, la feria El Rastrillo, que este año se desarrollará del 24 al 27 de octubre, fue suspendida por dos años seguidos. Esto llevó a las directoras a buscar nuevas formas de conseguir apoyo. Así surgió el programa de padrinazgo, que consiste en el abono de una cuota mensual para la manutención de un niño hasta su adopción o reinserción familiar. A puertas del trigésimo aniversario de la feria, nos gustaría recordar las historias que Hogares Nuevo Futuro ha ayudado a construir.
La historia de Mateo
Hogares Nuevo Futuro ha brindado a muchos niños la oportunidad de crecer en el seno de una familia que los ama y los apoya. Este fue el caso de Mateo, quien llegó de bebé a la asociación y salió de una de las casas hogares en Villa El Salvador a los 2 años de edad. Ahora vive en Suiza, donde continúa sus estudios para ser chef.
La adopción para él no es un estigma, es una bendición. “Sé que nací en el Callao, estuve en una cuna en La Molina y luego en una casa hogar en Villa El Salvador. Después de la adopción, mi vida fue buena gracias a Dios y a mis padres. Pasé por momentos difíciles, pero hoy soy un chico feliz con muchas ambiciones”, nos cuenta.
Sobre sus padres, asegura que “nunca me escondieron la adopción, siempre me dijeron todo, y esto me ayudó bastante cuando crecí”. El verdadero reto para Mateo apareció en el colegio, donde el tema de la adopción era tabú y algunos compañeros suyos le hacían comentarios hostiles. “Ser niño en un país en el cual no me parezco al resto fue complicado. Especialmente cuando tenía que explicar que mis padres no son los que me dieron la vida. Algunas personas se reían o me fastidiaban con esto. Al inicio de la adolescencia pasé por dificultades de comportamiento importantes y entré a varios centros para menores. Veo psicólogos desde mi infancia con respeto a la adopción”, revela.
Eventualmente, las dificultades fueron superadas, y ahora Mateo vive feliz en Suiza. Terminó su carrera de chef en 2022, y empezará sus estudios de Hotelería y Administración de Empresas este año. En sus últimas vacaciones, realizó prácticas en algunos restaurantes de Lima, como La Huaca y Mérito, donde profundizó en sus conocimientos culinarios. “Ha sido una experiencia increíble. Estos viajes me han permitido conocer a mucha gente, como mi novia, que vive en Chorrillos”, narra. Sin embargo, es el amor el que lo ha encaminado hacia las lecciones más importantes. “Gracias a mi novia, logré conocer a la familia que me encontró en la calle cuando era un recién nacido. […] Esta familia logró encontrar a mi madre biológica, y he podido comunicarme con ella por Facebook; estoy en contacto con ella y con mi hermana biológica”.
Él reconoce que el apoyo a la asociación es importante para permitir más historias de superación como la suya. “Apoyar iniciativas como las de la Asociación de Hogares Nuevo Futuro permite a niños que no tuvieron la suerte de tener padres o un hogar seguro contar con otra oportunidad para empezar una vida con padres que los aman y los cuidan”, asegura.
La historia de un padrinazgo: Catherine Mulder
La adopción no es la única forma en que los bebés y niños de Hogares Nuevo Futuro logran tener mejores oportunidades de vida. El programa de padrinazgo les brinda el apoyo económico necesario para que tengan una vida digna dentro del hogar. Algunos padrinos pueden solicitar conocer en persona a sus ahijados. Tal es el caso de Catherine Mulder, quien hace poco conoció a la niña que apoya desde los once meses, a puertas de su cumpleaños número 6.
Aunque ella y su familia ya habían colaborado con el grupo Fundades en diversos proyectos, no es hasta que sufre una pérdida importante que se animan a involucrarse con la Asociación de Hogares Nuevo Futuro. “En setiembre de 2020, al fallecer un querido ejecutivo de la empresa y amigo, vimos la oportunidad de hacer, en su memoria, un donativo a Fundades Nuevo Futuro. Cristina, presidenta de la Asociación Hogares Nuevo Futuro, nos respondió dándonos la idea de apoyar por padrinazgo”, comenta.
El emotivo encuentro se dio tras el regreso de la niña del colegio. Para ambas fue un momento lleno de felicidad. Antes de esto, la comunicación se daba por medio de correspondencia y tarjetas de saludo que le enviaban en fechas especiales. Catherine guarda todos estos archivos y dibujos con mucho cariño. Además, de su visita destaca la labor de la asociación en los hogares. “El ambiente es muy profesional y el equipo a cargo trata a los niños y visitantes con calidez; el programa es completo e incluye horario de comidas, escuela, recreo y juegos; la infraestructura es ordenada y limpia; y sobre todo, hay un especial énfasis en el cuidado y seguridad de los niños y niñas”, destaca.
La experiencia de padrinazgo es para ella también una fuente de alegría. Contribuir al desarrollo y bienestar de una pequeña tiene un papel importante en su vida. “Ver la felicidad de la niña es un apoyo importante y gratificante”, menciona, y destaca sobre todo “su salud y su sonrisa”.
Otras formas de padrinazgo
Es común también que se creen grupos que asumen el padrinaje en conjunto. Algunos se contactan solicitando previamente que se les asigne un niño para ser apadrinado entre un mismo grupo del trabajo o del colegio, y luego escogen una suscripción mensual o anual. Ese es el caso de Andrea Bryce, Daniela Velarde y Mónica de la Villa, que apadrinan a una niña. “Como madres, el que solventemos sus gastos, es muy significativo. Saber que ante tanta necesidad ayudamos juntas nos hace sentir que hacemos algo muy especial que realmente vale la pena”, nos cuentan.
Otros colaboran de forma particular y las encargadas los agrupan con otros donantes. Por ejemplo, Juan Carlos Galdós quería apoyar, por lo que fue incluido en un grupo con el que ha estado apadrinando desde hace un tiempo. “Muchos hemos sido tremendamente afortunados de haber nacido en un país pobre e igual tener acceso a una buena educación, salud, comida, a una casa, cosas que a veces damos por sentadas. Tenemos que ser conscientes de ese privilegio, agradecerlo, y ver cómo podemos contribuir con aquellos que no lo tienen. Nuevo Futuro es precisamente uno de esos canales de ayuda”, comenta.
Son dos los modelos de padrinazgo en Nuevo Futuro, el individual y el grupal, pero en ambos casos cada quien hace el registro de forma directa en la pagina web. La cuota mínima de donación es de 50 soles mensuales. Para sus 30 años, la feria El Rastrillo y la fundación esperan ampliar sus bases de apoyo, para que más niños tengan la oportunidad de crecer en un entorno lleno de amor y calidez.
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