La madre de la reina Letizia, Paloma Rocasolano, y los hermanos Irene y Miguel Urdangarin y Borbón, sobrinos del rey Felipe, abandonan Zarzuela por requerimiento real después de tantos años de alojamiento.
Por: Redacción COSAS
En un movimiento claro hacia la redefinición de la etiqueta real, Felipe VI ha dejado en claro que el Palacio de Zarzuela no es un hotel, sino una residencia real. El monarca ha decidido que a partir de septiembre, el palacio será exclusivo para su núcleo familiar inmediato y ha ordenado la salida de otros residentes temporales.
Paloma Rocasolano: un nuevo capítulo en Murcia
Paloma Rocasolano, madre de la reina Letizia Ortiz, reina consorte de España, fue una presencia constante en la vida de sus nietas durante sus años de infancia. La reina Letizia prefirió su compañía en lugar de la de la reina Sofía debido a las obligaciones oficiales de esta última. No obstante, su relación con la familia real sufrió un golpe significativo en 2012, cuando surgieron rumores sobre su posible encubrimiento de la relación de Letizia con Jaime del Burgo.
Paloma ha decidido hacer las maletas. Aunque vivió en el Pabellón del Príncipe durante la pandemia de 2020, ha dejado Madrid y se ha mudado a Los Belones, en Cartagena, en la región de Murcia, junto a su pareja, el británico Marcus Brandler, empresario en el rubro del té, café y cacao.
La presencia de los Urdangarin en Zarzuela
En los últimos meses, los hijos de la infanta Cristina, Irene y Miguel Urdangarin, también se habían establecido en Zarzuela. Ambos hermanos fueron bien recibidos por la reina Sofía, quien estaba encantada de recibir a sus nietos; sin embargo, Felipe y Letizia puntuaron que su estancia sería temporal.
La llegada frecuente de la infanta Cristina y la visita ocasional de Victoria Federica complicaron aún más la situación. Felipe VI y Letizia exigieron a los Urdangarin que se mudaran, estableciendo como fecha límite el próximo mes de septiembre.
Nuevas reubicaciones
Con la reubicación de Paloma Rocasolano y la próxima salida de los Urdangarin, la familia real está ajustando su residencia para garantizar una mayor privacidad y control sobre su entorno. Mientras Paloma disfruta de su nueva vida en Los Belones, Felipe VI y Letizia se preparan para gestionar la dinámica familiar con un enfoque más estructurado y menos intrusivo.
La familia real continúa navegando por sus complejas relaciones y ajustes, demostrando que, aunque el Palacio de Zarzuela sigue siendo un símbolo de la realeza, la vida privada y las relaciones familiares siguen siendo un aspecto vital y delicado en su día a día.
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