¿Cuántos Petroperús hay en el Estado peruano? ¿Cuántos hoyos negros de insolvencia, ineficiencia y politización hay en los ministerios de Cultura, Ambiente y Midis, y en entidades como Sedapal, Essalud y Córpac?
Por Isabel Miró Quesada
La reciente campaña para crear el Ministerio de Infraestructura nos recuerda al viejo Ministerio de Fomento y Obras Públicas, una creación del siglo XIX. Solo a mediados del siglo XX esta institución se modernizó, transformándose en el Ministerio de Transportes. Y ya en los 90s, éste se fusionó con Vivienda y Construcción.
¿A dónde voy con todo esto? A que desde los 90s e inicios del nuevo siglo el Estado ha vuelto a crecer de forma desordenada e ineficiente. Se han creado una recatafila de nuevos ministerios, cada cual más decepcionante que el anterior: Mujer, Cultura, Ambiente, MIDIS (Desarrollo e Inclusión Social). No es que no sean necesarios, pero distan mucho de cumplir con su propósito. Y lo peor de todo es que se han politizado.
A ello hay que sumarle una lista de programas sociales, cargos públicos y consultorías que solo han engrosado el sector público.
La lección duramente aprendida en los 80s parece que ha caído en saco roto. Más de 30 años después, las nuevas generaciones no saben lo que es tener un Estado pesado y lento que no sabe gastar. Para muestra están algunas instituciones que el Estado sigue dirigiendo, como Sedapal y Petroperú. Curiosamente, dos organismos que no pudieron privatizarse en los 90s.
Hablemos de Sedapal. Somos 33 millones de peruanos y 3.4 millones no tienen agua potable. Además, 7.6 millones carecen de desagüe. Además, entre los que tienen agua y desagüe, el servicio suele ser intermitente e inconstante. La brecha parece no importarle a nadie. La opinión pública no se escandaliza cuando la ineficiencia viene de una empresa estatal.
Algo similar ocurre con Petroperú. El gobierno acaba de aprobar un nuevo salvataje de US$ 2,692 millones. Un nuevo rescate financiero que nos va a endeudar, que va a terminar en perro muerto y que cae en el barril sin fondo del caos estatal. Petroperú está lleno de gollerías que dificultan la gobernanza, desde su sindicato hasta su club en Talara, con casas, predios carísimos, concursos y hasta centros de esparcimiento familiar.
Hay al menos 35 grandes instituciones estatales ineficientes. La mayoría está a cargo del Fonafe, y destacan en rubros como Finanzas, Saneamiento, Electricidad, Transporte, Defensa, Hidrocarburos, Producción, Salud , Transporte y Comunicaciones. Y cada semana la prensa revela nuevos escándalos referidos a ellas. El mortal accidente en Córpac, por ejemplo, con las luces que no encienden y la descoordinación de los controladores aéreos que indignó al país. O los tomógrafos que no funcionan en Essalud, donde las camas se alquilan y los medicamentos desaparecen. A eso podemos sumarle las películas que ensalzan a subversivos financiadas por el Ministerio de Cultura. O la inacción del Ministerio del Ambiente, que ha sido tomado por antimineros que ponen trabas a la minería formal pero jamás se indignan por el mercurio que derrama la minería ilegal. O la politización del tema de género, que solo defiende a las mujeres atacadas de izquierda y no hace nada por los feminicidios ni las madres abusadas por sus parejas. Para no ahondar en los programas sociales del MIDIS que han logrado que vuelva la anemia.
¿Cuántos Petroperús hay en el Estado peruano? ¿Cuántos hoyos negros de insolvencia, ineptitud y politización hay en entidades estatales como los ministerios de Cultura, Ambiente y Midis, además de Sedapal, Essalud y Córpac?
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