Gracias a la reforma energética y la seguridad jurídica, Argentina experimenta un aumento notable en su producción de petróleo, alcanzando el mayor superávit en 17 años

Por: Redacción COSAS

El panorama energético de Argentina está atravesando un cambio trascendental que, según los expertos, podría marcar un antes y un después en la economía del país. A lo largo de los últimos meses, el sector energético fue uno de los principales motores de crecimiento, destacando especialmente la formación de hidrocarburos no convencionales del yacimiento Vaca Muerta. En este contexto, la reforma del sector impulsada por el presidente Javier Milei está jugando un papel crucial.

Los datos reflejan que la producción de petróleo y gas en Argentina aumentó significativamente en los últimos meses.

La balanza energética de Argentina, tradicionalmente deficitaria, dio un giro inesperado. En los primeros diez meses de 2024, el país registró un superávit de 4.300 millones de dólares, y según estimaciones, podría cerrar el año con un saldo positivo de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares. Este cambio de tendencia es histórico, ya que marca la primera vez en 17 años que el país registra un superávit energético de tal magnitud.

Uno de los factores fundamentales que permitió esta transformación es la implementación de políticas que han incrementado la seguridad jurídica en el sector energético. Según la Agencia Internacional de la Energía: «El presidente de Argentina, Javier Milei, implementó una reforma del sector energético con la publicación de una amplia modificación legal general en julio. Esa ley también ha creado un nuevo mecanismo para la inversión a gran escala (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones o RIGI) que proporcionará 30 años de estabilidad legal y regulatoria para proyectos superiores a 200 millones de dólares».

El impacto del yacimiento petrolífero Vaca Muerta promete transformar la economía nacional.

Este marco legal generó un clima de confianza entre las empresas internacionales que operan en el país, como Shell, ExxonMobil y Chevron, que ya están impulsando inversiones significativas en Vaca Muerta. La inclusión de exenciones fiscales y acceso a divisas extranjeras también fue un incentivo clave para que las empresas inviertan en el desarrollo de estos proyectos de gran escala.

El yacimiento de Vaca Muerta, ubicado en la provincia de Neuquén, es considerado uno de los mayores reservorios de petróleo y gas no convencional del mundo. Desde su exploración en 2013, recibió inversiones millonarias que ahora comienzan a mostrar frutos. La producción de crudo alcanzó en octubre un récord histórico de 447.460 barriles por día, lo que representa un incremento del 26,35% respecto al mismo mes del año anterior.

Javier Milei se reunió con los CEOs de las petroleras de Vaca Muerta.

Para Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting, la clave de este resurgir está en Vaca Muerta: «Las inversiones que se hicieron en su momento ahora están rindiendo sus frutos. Hay un flujo inercial: ya está generando producción». La formación no solo reujo la dependencia de Argentina de las importaciones de gas, sino que comenzó a generar un excedente exportable que está transformando la balanza comercial.

Un superávit energético sin precedentes

Los datos del banco CMF reflejan el impacto de este cambio: en los primeros diez meses de 2024, las exportaciones de crudo, gas y otros energéticos aumentaron un 23,4% en comparación con el año anterior, alcanzando los 7.995 millones de dólares. En contraste, las importaciones cayeron un 48,8%, a 3.693 millones de dólares. Esta reducción en las importaciones fue clave para consolidar el superávit energético.

Saldo de la balanza energética en miles de millones de dólares (acumulado en 10 meses).

A medida que la producción de Vaca Muerta sigue creciendo, se espera que el impacto en las exportaciones sea aún más significativo. Según un informe de PwC, el desarrollo masivo de Vaca Muerta podría llevar el superávit energético de Argentina a más de 30.000 millones de dólares para 2030, desplazando al sector agrícola como principal generador de divisas del país.

Las perspectivas para el sector energético argentino son optimistas. Las recientes obras de infraestructura, como la ampliación de los oleoductos Oldelval y Vaca Muerta Sur, permitirán aumentar la capacidad de exportación de petróleo y gas. Además, el nuevo acuerdo entre las principales productoras de petróleo no convencional para exportar la producción mediante el oleoducto Vaca Muerta Sur augura un incremento significativo en las exportaciones, que podrían alcanzar los 30.000 millones de dólares anuales a partir de 2027.

En este contexto, la seguridad jurídica y las reformas fiscales implementadas por el gobierno de Milei han generado un clima favorable para la inversión. «La noticia más relevante en los últimos días pasó por el acuerdo logrado por las principales productoras de petróleo no convencional de Argentina para comenzar a exportar la producción que será transportada por el oleoducto Vaca Muerta Sur hacia Punta Colorada», destacó el informe de CMF.

 

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Aunque todavía es pronto para sacar conclusiones definitivas, lo cierto es que Argentina está atravesando un proceso de transformación en su balanza energética que podría tener un impacto profundo en su economía en los próximos años. Con una producción de petróleo en aumento y una balanza comercial energética superavitaria, el país parece estar encaminado hacia un futuro con mayores reservas de divisas y una estabilidad económica que podría aliviar las presiones inflacionarias que han afectado al peso argentino.

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