Con edades entre 69 y 80 años, el grupo Wuest Ways combina camaradería y adrenalina, mostrando que la pasión trasciende generaciones.

Por: Redacción COSAS

En las alturas del sur de California, un grupo de 28 paracaidistas con edades entre 69 y 80 años protagonizó una hazaña extraordinaria durante su tradicional celebración navideña. Bajo el liderazgo de Doug Wuest, de 69 años, los integrantes del grupo Wuest Ways ejecutaron un desafiante salto en formación desde un avión DHC-6 Twin Otter a 3,800 metros de altura, demostrando que la edad no es impedimento para vivir al límite.

«Es un gran alivio para el estrés», dijo John Miller, de 77 años, en el centro.

El grupo Wuest Ways, fundado en 1987 por Doug Wuest y su esposa Marilyn, se ha convertido en una familia para estos veteranos del aire. Sus reuniones dominicales combinan la emoción del paracaidismo con la camaradería, incluyendo intercambios de regalos y momentos para compartir experiencias. Johnny Bateman, de 80 años, quien realizó su primer salto en 1962 como paracaidista militar, describe la experiencia como un momento de conexión única con el presente. «Cuando salgo del avión, es como si estuviera en mi propio mundo» comentó.

Preparación y compromiso

La práctica del paracaidismo a edad avanzada requiere una dedicación especial. Los miembros mantienen rigurosas rutinas de ejercicio y preparación. El matrimonio Thues, Paula y Ricki, ambos de 70 años, practican diariamente maniobras de emergencia. Como señala John Miller, de 77 años, la sensación de libertad en el aire hace que desaparezcan temporalmente los achaques propios de la edad. «Cuando sales del avión, no hay artritis, no hay dolores ni molestias» declaró.

El salto

Durante el descenso, los paracaidistas alcanzan velocidades de aproximadamente 290 kilómetros por hora. A los 1,700 metros de altura, se separan para mantener una distancia segura antes de desplegar sus paracaídas, creando un espectáculo visual de 28 «medusas» fluorescentes contra el cielo azul. En total, el grupo tiene unos 45 segundos para colocarse en posición y formar una figura compleja antes de abrir los paracaídas.

A pesar de los riesgos inherentes, estudios indican que el paracaidismo es más seguro que otros deportes como el surf. La Dra. Anna Lea, médica y paracaidista, enfatiza que la decisión de saltar es personal, aunque recomienda precauciones especiales para personas con problemas cardíacos o de densidad ósea.

Paula Thues, de 70 años, dijo que ha realizado 6,200 saltos, incluidos desde los 50 estados.

 

Un legado que perdura

Para muchos miembros, el paracaidismo ha sido el hilo conductor de sus historias de vida. John Miller conoció a su esposa en este deporte, compartiendo su primer beso en caída libre. Ha llevado a saltar a todos sus hijos y nietos, e incluso ha esparcido las cenizas de seres queridos durante sus descensos. Esta actividad no solo representa un desafío físico, sino que se ha convertido en una forma de vida que une generaciones y crea lazos inquebrantables.

El paracaidismo les da una perspectiva clara sobre la mortalidad y la importancia de vivir el momento. «Sabemos que cualquier día en la zona de caída podría ser el último» dice Miller. «Aceptamos que, si es tu momento, es tu momento».

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