La socialité de origen suizo ganó notoriedad en Estados Unidos tras su millonario divorcio en 1999 del comerciante de arte Alec Wildenstein y por sus llamativas intervenciones quirúrgicas en el rostro.

Por Redacción COSAS

Jocelyn Wildenstein, apodada ‘Catwoman’ por sus reconocidas cirugías plásticas, murió mientras dormía la noche del 31 de diciembre de 2024, según confirmó su pareja Lloyd Klein. La socialité de 84 años fue encontrada sin vida por Klein, quien describió sus últimos momentos juntos como «pacíficos».

“Tuvimos una agradable hora feliz esa misma noche y nos estábamos preparando para el año nuevo. Tomamos una pequeña siesta para lucir bien antes de vestirnos”, relató el diseñador de moda de 57 años a la revista People.

Al despertar, Klein intentó levantar a Wildenstein y descubrió que había fallecido. “Es extremadamente triste acostarme con mi otra mitad, a quien conocí durante 21 años, y encontrarla fría cuando esperábamos celebrar la nochevieja”, expresó.

‘Catwoman’ se hizo conocida por sus múltiples cirugías que modificaron la apariencia de su rostro.

Según el diseñador, la causa de muerte fue flebitis, una inflamación de las venas que bloqueó el flujo sanguíneo y cortó el suministro de oxígeno al cerebro. Sin embargo, otros informes médicos filtrados, como el del Daily Mail, indicaron que la causa fue una embolia pulmonar.

La transformación y el legado de la socialité

Wildenstein, nacida como Jocelyn Périsset en Lausana, Suiza, en 1940, alcanzó notoriedad no solo por su transformación física sino también por su turbulenta vida personal. Fue una figura prominente en la alta sociedad neoyorquina tras casarse con el comerciante de arte Alec N. Wildenstein en 1977, con quien tuvo dos hijos: Diane y Alec Jr.

La pareja se separó en 1997 en un divorcio sumamente millonario que le otorgó a Jocelyn una de las riquezas más grandes de la historia: 2,500 millones de dólares más 100 millones anuales durante 13 años.

Su fisonomía que llamaba la atención por la forma de sus ojos, su mentón prominente y unos pómulos exagerados, que muchos compararon con los de un gran felino, generó controversia durante décadas.

A pesar de los rumores, Wildenstein declaró en diversas ocasiones que sus característicos rasgos no eran producto de cirugía plástica, sino heredados de su abuela. En entrevistas recientes, incluso afirmó haber recurrido al botox solo en dos ocasiones y negó haberse sometido a rellenos faciales.

Recibió de su exesposo, Alec N. Wildenstein, una fortuna que superó los 2,500 millones de dólares.

Tras su divorcio, su vida estuvo marcada por altibajos financieros y legales. Aunque heredó un patrimonio considerable, en 2018 se declaró en quiebra, perdiendo tres lujosos apartamentos en la Torre Trump de Nueva York.

Alegó que su riqueza desapareció por malos manejos y por la venta infructuosa de obras de arte que habían sido parte de su fideicomiso.

Jocelyn Wildestein y el diseñador de modas, Lloyd Klein, su última pareja.

En el plano personal, su relación con Lloyd Klein, iniciada en 2003, también estuvo llena de altibajos. Ambos enfrentaron denuncias por violencia y malos tratos, aunque finalmente se reconciliaron en 2017.

Klein destacó los esfuerzos filantrópicos de Wildenstein y lamentó que su legado se limitara a las controversias sobre su apariencia. “Hizo muchas cosas increíbles en su vida”, dijo.

Durante sus últimos años, Wildenstein intentó alejarse de los focos, aunque contaba con más de un millón de seguidores en Instagram. También anunció planes para protagonizar un documental y un reality show, motivada por la necesidad económica.

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