El multimillonario natural de Hong Kong protagoniza una controversia internacional tras la venta de dos puertos del Canal de Panamá a una empresa estadounidense, en una transacción valorada en USD 19 mil millones

Por: Redacción COSAS

Li Ka-Shing, uno de los hombres más ricos de Asia, desató una ola de tensiones diplomáticas y comerciales tras anunciar la venta de dos puertos estratégicamente ubicados en el Canal de Panamá. La operación, valorada en 19 mil millones de dólares, fue adquirida por un consorcio liderado por BlackRock, una de las gestoras de fondos más grandes de Estados Unidos.

Li Ka-Shing quedó en medio de la disputa geopolítica entre China y Estados Unidos después de anunciar el acuerdo.

¿Quién es Li Ka-Shing y cómo hizo su fortuna?

Li Ka-Shing nació en China continental en 1928 y huyó a Hong Kong con su familia durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la muerte de su padre, abandonó la escuela a una edad temprana y comenzó como fabricante de flores de plástico, para luego consolidarse como inversor inmobiliario.

A través de su empresa Cheung Kong, construyó una de cada siete residencias privadas en Hong Kong. Su ascenso de la pobreza a multimillonario le valió el apodo de «Superman«. Además, su habilidad para conectar el mundo occidental con China le permitió simbolizar el papel de Hong Kong como puerta de entrada al continente.

Sin embargo, sus relaciones con los líderes chinos se han enfriado desde la llegada de Xi Jinping al poder en 2013. Li también fue apodado «Rey Cucaracha» debido a su presunto apoyo al movimiento prodemocracia en Hong Kong, lo que le generó críticas en Pekín. En 2015, su decisión de registrar sus empresas en las Islas Caimán y vender propiedades en China también desató el descontento de los medios estatales chinos.

La mayor parte de su fortuna proviene de participaciones en empresas cotizadas, incluyendo CK Asset, CK Hutchison, el productor canadiense de energía Cenovus Energy y Zoom Video Communications.

Li Ka-Shing anunció recientemente la venta de dos puertos en el Canal de Panamá a un consorcio liderado por BlackRock. Este acuerdo, considerado una jugada financiera estratégica, se produce en medio de la guerra comercial que afecta al sector del transporte marítimo. Sin embargo, también generó un beneficio político para el presidente estadounidense Donald Trump.

La venta, que no fue bien recibida por Pekín, provocó la ira del presidente Xi Jinping. Aunque las autoridades chinas aún no han tomado medidas concretas, el hecho de que CK Hutchison haya cedido a la presión estadounidense refleja el descontento de China, ya que todos los puertos en venta están fuera de su territorio.

Actualmente, Li Ka-shing, de 96 años, tiene una fortuna que asciende a 30 mil 500 millones de dólares.

El acuerdo que sacudió a la diplomacia global

El Canal de Panamá, una de las arterias comerciales más importantes del mundo, fue durante años un activo codiciado por diversas potencias. A través de su conglomerado CK Hutchison Holdings, Li Ka-Shing controlaba dos de los cinco puertos en las cercanías del canal, lo que le otorgaba un poder estratégico sobre el comercio marítimo internacional.

Sin embargo, lo que parecía ser un negocio ventajoso para Li Ka-Shing, se convirtió en una bomba diplomática. El presidente estadounidense, Donald Trump, fue un crítico constante de la influencia china en América Latina, especialmente en lo relacionado con el Canal de Panamá. En su discurso inaugural había expresado su deseo de recuperar el control sobre esta vía fluvial y aprovechó la venta para afirmar que China tenía demasiada presencia en la región.

La venta de los dos puertos permitió a Trump fortalecer su retórica contra Beijing y mostrarse un defensor de los intereses de Estados Unidos.

Por otro lado, el presidente Xi Jinping se mostró visiblemente molesto por la venta, especialmente porque fue cerrada sin consultar previamente. En Beijing, algunos funcionarios consideraron que esta operación perjudica los intereses económicos de China y refleja una rendición ante la presión de Washington. Según se informa, las autoridades chinas examirán el acuerdo.

El descontento chino se intensificó cuando se conoció que CK Hutchison, el conglomerado de Li, había decidido vender activos en 23 países, pero mantendría operaciones en China y Hong Kong. Esta estrategia de desinversión fuera del ámbito de la Gran China será revisada por varias agencias, incluida la Administración Estatal de Regulación del Mercado, que están investigando el acuerdo por posibles violaciones de seguridad nacional y de las leyes antimonopolio.

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